Toriezo - Picos Contruteiro y Gorrión

Llevaba tiempo queriendo coronar el emblemático Picu Mayor, o Gorrión, y se presentó, por fin, la ocasión en la jornada de hoy, aunque no tan perfecta como me gustaría.

Partimos del pequeño y cuidado pueblo de Toriezo, tras pasar el embalse de Valdemurio. Un hermoso y nuevo panel informativo de la ruta nos da la bienvenida, estando a los pocos metros el primero de los muchos rótulos que nos encontraremos en el recorrido y que, en esta ocasión, nos marca el sendero de inicio.

Tendremos una prolongada, y algo pindia, subida por una ancestral pista ganadera que puede resultar bastante incómoda con lluvia, al ser bastante sencillo pegar un buen patinazo pisando las piedras más lisas. Tras superar un buen desnivel, la pista se abrirá y disfrutaremos de algún pequeño repecho antes de encarar una nueva subida, esta vez más suave y vistosa, con la siempre impresionante Peña Rueda a nuestra izquierda.

Un nuevo rótulo nos señalizará un corto tramo de bajada, antes de llegar a la majada que marcará el inicio de la subida final al collado de Ordiales. Comenzaremos a encontrarnos numerosos jitos que nos invitarán a seguir por el amplio y limpio sendero de ascenso. En ocasiones puntuales, algunos árboles caídos por los temporales nos pueden ralentizar, sin mayor complicación.

Una vez en el collado nos dirigimos a la derecha, a nuestra primera cumbre de hoy. La subida al Picu Contruteiro tiene un par de pasos algo expuestos en los que conviene prestar atención. La vistas desde la cima son un balcón privilegiado de numerosas cumbres ilustres, como la cercana Forcá, la Airúa Naval y la siempre imponente Sierra del Aramo.

Sin más demora, bajamos para intentar la dupla de cumbres de hoy, iniciando el sencillo y despejado sendero de subida al Gorrión. Sin embargo, el persistente vendaval que nos acompañó fielmente durante casi todo el trayecto nos impidió culminar los últimos 20 metros, muy expuestos y peligrosos, incluso con una calma total. Se recomienda evitar a toda costa esta subida si el viento hace acto de presencia, siendo necesario agudizar los cinco sentidos en caso contrario.

Encarando las majadas que nos encontramos a la bajada llegamos a una abandonada aldea de pastores, la cual nos marca el inicio del descenso al pueblo de Villuriche. Este tramo discurre por una antigua y empedrada pista ganadera, muy similar a la que nos encontramos al comienzo de la ruta y que puede presentar los mismos puntos incómodos, debido a los resbalones con abundante agua. Tras un prolongado descenso llegará un tramo de descanso, en forma de repecho, antes de llegar a la última maravilla del día: la Cueva Furada, impresionante Ojo de Buey que atraviesa la pared sobre la que se sustentan los techos de hoy.

Una vez pasemos Villuriche continuaremos por una nueva pista que, tras un par de kilómetros y algo de barro, nos devolverá al punto de partida, terminando nuestra vistosa, completa y algo exigente jornada.