TORMON - EL PELAO Y LOS MANADEROS

Ruta de mediana distancia que tiene su inicio y final en Tormón. Los primeros kilómetros son por carretera casi sin tráfico, pero en cualquier caso hay que estar atentos. Vamos en dirección Teruel, y tras recorrer unos escasos 6 km, nos desviamos hacia la Masía del Prado. Dicho camino nos conducirá a la Casa Forestal y al circuito creado para contemplar las numerosas pinturas rupestres del arte levantino que se han descubierto en varios abrigos y cuevas que conforman este espacio, y que se encuentra a la izquierda de la casa (Abrigo del Tío Jorge, Abrigo de la Ceja de Piezarrodilla, Abrigo de las Cabritas Blancas…) Seguimos un poste indicador con la marca de las pinturas hasta la base del monte que tenemos enfrente, donde aparece el primer abrigo con pinturas rupestres, protegido con una gran reja, es el Abrigo del tío Jorge o tío José.
Continuamos por una senda ascendente hasta Abrigo de Ceja de Piezarrodilla, que alberga la pintura de un importante toro y seguimos la senda hasta llegar al Mirador desde el que se divisa unos parajes imponentes: magníficos ceñajos de piedra arenisca (Ceñajos del Tío Espejo), la Casa Forestal, el Rincón del Prao con su denso pinar de Rodeno y, en el horizonte, la Sierra de Camarena.
Continuamos nuestro recorrido, pasando por Ceja de Piezarrodilla, bordeado el camino por densos romerales y grupos de carrascas.
El camino nos llevará hasta el monte El Pelao, el punto más alto del recorrido, pasando por la Vaguada de la Umbría de La Canaleta.
Hemos llegado a la cima de la montaña, donde aparece un mojón indicador. Estamos a 1.344 metros de altura, y desde aquí tenemos una magnífica panorámica de los cerros de la zona que se distinguen desde esta vertiente: Cerro Jabalón, Cerro el Royo, Peñalta… Iniciamos el descenso siguiendo el cortafuegos. Un poco más adelante, a la izquierda, aparece un denso pinar: las Pinadas de la Tía Roya.
Descenderemos hacia la Rambla del Pajarejo, cuyo cauce baja sin agua la mayor parte del año. El cauce se ha ido estrechando poco a poco, a modo de garganta, y caminamos ahora por una zona fresca y muy húmeda.
En época de lluvias, vemos y oímos una espectacular cascada de agua de belleza salvaje, procedente del Barranco de las Balsillas, para llegar más adelante a la Cueva la Iglesia, lugar agreste de enorme belleza, que aparece como una enorme bóveda natural producida por la erosión del agua.
Llegamos a los Manaderos, lugar donde, oficialmente, nace el río Ebrón. Desde su nacimiento, el río presenta un paisaje muy interesante por su gran valor natural.
Llegaremos a una antigua presa, ya abandonada, desde donde el río aflora a la superficie por primera vez cuando el año es escaso en lluvias. A su derecha, vemos una gran grieta en la roca, a modo de cueva, que hizo las veces de refugio durante la guerra civil.
Ya estamos casi al final y accedemos al pueblo, viendo la imponente peña del Castillo, a cuyos pies se encuentra Tormón.