Torre de Sa Mola de Tuent.

Después de dejar el vehículo en el aparcamiento público de La Calobra , cuya máquina de tikets se halla fuera de servicio en esta época del año, comenzamos la subida por el asfalto y a nuestra izquierda a lo lejos sobre la carretera vemos la gran roca que llaman el Penyal Bernat. Según toponimiamallorca.net se suele dar este nombre a rocas que tienen forma fálica y de ello hay varios ejemplos en la geografía balear.

Cruzado el torrente des Racó, por nuestra derecha sale el camino asfaltado que va al llogaret de La Calobra, a la altura del km 11'800. A ambos lados de éste pequeño recorrido los olivos centenarios y algarrobos entre bancales nos acompañan.

En unos pocos minutos se llega al llogaret que no son más de 8 casas, con un sabor especial, a auténtico, algo que el turismo de masas no ha podido quebrar.

Al finalizar las casas el camino continúa subiendo entre rejillas y bancales, en ocaciones con su empedrado original. Existen dos pequeñas puertas para evitar que transite el ganado y que hay que dejarlas cerradas. Por aquí llegaremos al coll de Sant Llorenc, accediendo a la carretera por una puerta metálica con pasador pero sin candado, donde se encuentra la iglesia homónima del siglo XIII y un estupendo mirador sobre Cala Tuent. Esta ermita da consuelo espiritual a las gentes de Tuent y de La Calobra.

Por su lado izquierdo detrás de ella,entre matas, continúa el empinado camino que llega al Pas dels Torrers, medio derruido y que para personas con vértigo resultará complicado. En este paso hay instalado un cable acerado bien anclado a la pared, una barandilla con dos cables también acerados y tres escalones de hierro en la roca. Pocas bromas.

Pasado el portillo entre la pared de piedras, los hitos y los nudos en el carrizo nos guiarán hasta el siguiente coll y la torre, pero conviene ir atentos porque la altura del carrizo tapa muchas indicaciones.

El conjunto lo conforman la torre, dos aljibes, la ermita y una caseta, y debajo de esta unos cuantos bancales en muy mal estado, el S'Hort d'en Rom. La fortificación conocida también como de Can Palou por estar construida en terrenos de esta propiedad, data de 1596 encontrándose en muy buen estado y debido a su localización solo servía como torre de fuego. En 1844 se instalo aquí un destacamento de carabineros para el control del contrabando. La escalera de acceso es una modificación realizada en 1939 cuando se utilizó por el Ejército como punto de observación. Actualmente se puede acceder a ella y contemplar desde su teraza unas vistas fabulosas. Al igual que en la torre de Aubarca o des Matzoc, hay un cañón y un punto geodésico. Si caminamos unos 50-60 metros hacia el este o desde la misma torre (WP 14), veremos abajo la zona de Ses Fel-les y los Cingles des Romaní, unos acantilados que caen a plomo sobre el mar. Espectaculares.

Después de llenarnos los ojos de tanta maravilla, regresamos por el mismo camino para dar por finalizada la ruta donde la comenzamos, aunque si se desea alargar se puede visitar el puerto de La Calobra y el torrente de Pareis. Compañera de ruta: Magdalena.