Torremocha y Embalse de Gallo
near Torremocha, Extremadura (España)
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Itinerary description
Esta ruta con el texto completo (más que aquí) y las fotos acompañando al texto, puedes verla en mi blog en este enlace:
http://enfilando.blogspot.com.es/2013/11/torremocha-y-embalse-del-gallo.html
Realizada durante la mañana del 6 de noviembre de 2013. Ruta eminentemente llana y muy cómoda en cuanto al firme.
Dejamos el coche junto a la Plaza del Ayuntamiento y la Iglesia de la Asunción.
Nos dirigimos a la Ermita de San Antonio, del siglo XVIII. Es un rodeo que nos lleva un par de minutos tan solo.
Cruzamos el río Salor pasando sobre el Puente Grande. Un precioso crucero a nuestra izquierda. Su estado de conservación es magnífico.
El campo verdea; nos sorprende ver numerosas callejas entre las fincas. La mayor parte aparecen completamente abandonadas. En unas pocas, las menos, se aprecia el uso continuado.
Tras un ligero repecho encontramos a nuestra derecha la Charca de Castelar. Tras la charca, un cruce. Denlas tres posibilidades, nos encaminamos por la derecha.
La Charca de la Zarza, que encontramos con no demasiada agua. A uno de los lados de las piedras, una fuente. Está metida entre zarzas y a ras de suelo, por lo que puede pasar desapercibida.
Dando su frente a la misma charca vemos una cancela de acceso a una parcela. A pocos metros de nosotros se encuentra un magnífico ejemplar de tumba antropomorfa que no podemos dejar de visitar.
Y quiero dejar constancia aquí de mi expreso agradecimiento a la magnífica labor que Eduardo Pavón Jaraíz, verdadero “monstruo” del senderismo extremeño lleva a cabo, realizando numerosas e interesantes rutas y compartiendo sus tracks en Wikiloc, tracks fantásticamente enriquecidos con numerosos e interesantes waypoints y detallados comentarios que para muchos (quizá todos) de los que somos amantes del senderismo nos resultan de una inestimable utilidad.
Gracias a uno de sus waypoints en esta ruta localizamos con precisión la ubicación de la tumba antropomorfa a que antes me refería. Una vez pasada la cancela nos dirigimos a una semipared de piedra que tenemos enfrente. Nada más pasarla, la tumba. Es de unos 40 cms. de profundidad, y está recorrida casi toda ella alrededor por un canal que debía servir para evitar que el agua de lluvia entrase en la tumba una vez que la misma tuviera encima la lancha de piedra con la que se hubiera tapado.
Durante toda la ruta nos llamó poderosamente la atención el frecuente uso que se hace por toda esta zona de grandes piedras de granito, generalmente trabajadas, para la construcción de los paredones de separación entre fincas. En ocasiones como basamento de las paredes y de modo habitual colocadas en posición vertical a cada trecho de pared, para dar una mayor consistencia a la misma.
También muy significativo el uso de grandes piedras en la construcción de las antiguas puertas de acceso fincas, siendo lo normal el uso de tres piedras de grandes dimensiones: dos para las jambas y otra como dintel.
Kilómetro y medio más allá de la tumba encontramos, sobre un poste de cemento una señal que dice “Paraje Fuente de los Cantos”. Por ahí es por donde debemos continuar. Es una zona de esparcimiento bien cuidada y dotada.
A nuestra izquierda es un pozo con reja que cubre el brocal y un cartel nos indica que aquí hubieron, en tiempos, explotaciones mineras. Poco más allá, la Charca de los Cantos y, a su lado, una fuente con solo un hilillo de agua.
Tres chozos cuya construcción se debe a las actuaciones de la “Mancomunidad de Formación y Empleo Escuela-Taller San Agustín III”. En su interior disponen de una estructura de madera a modo de literas con capacidad para 6 personas. Para contratar su uso hay que llamar al Ayuntamiento de Torremocha, a los teléfonos 927127001 y 927127101.
El lugar cuenta también con varias barbacoas de piedra, así como de bancos y asientos de madera.
Rodeando el Monte Tinieblas nos aproximamos al Merendero de La Cancha, junto al que discurre la carretera que va de Torremocha a Albalá. El lugar cuenta también con varias mesas y bancos de cemento.
Atravesamos una canadiense y cruzamos luego la carretera para continuar el camino justo al otro lado.
Volvemos a estar en una dehesa en la que nos llama la atención tanto la presencia de enormes rocas de diversas y atractivas formas como la existencia de encinas con unas copas de considerable tamaño.
Dejando a nuestra izquierda una gran charca y atravesamos el Arroyo de Valluncal.
La vereda nos conduce a una ancha calleja a la que se accede pasando una portilla.
En un punto concreto nos sorprende encontrar el camino prácticamente cortado por alguien que ha vertido un camión de escombros de obra en mitad del camino. Ochocientos metros más allá de los escombros, cuando llevamos recorridos un total de 12,9 kilómetros, la ruta hace un quiebro a la izquierda en un ángulo de unos 300 grados. El lugar no tiene pérdida, pues en el vértice de dicho ángulo existe lo que queda de una antigua construcción.
Se trata de la puerta de entrada a una finca, con las paredes de piedra, pero de una altura de unos dos metros y medio. Las jambas de la puerta son dos enormes piedras de granito y esta puerta tuvo, en su tiempo, una segunda planta hecha a base de tres enormes lanchas también de granito, de las que una permanece aún en su sitio y dos están caídas en el suelo.
En cuanto giramos a la izquierda nos vamos a encontrar una carretera (CV-118). En ese punto, una advertencia: se puede continuar por el track de mi ruta o tomar la carretera a la derecha durante pocos metros y luego un camino que sale a la izquierda. Ambas opciones conducen al mismo sitio. Mi track hará recorrer algo más de dos kilómetros (2,4), mientras que el camino conducirá al mismo sitio en unos 500 o 600 metros.
Seguir el track supone caminar por una calleja relativamente estrecha y nada transitada, por lo que está llena de maleza. No es ni peligroso ni excesivamente molesto. El atractivo es pasar junto a un bujío que quedará a nuestra derecha así como junto a varias puertas de paso construidas con grandes piedras. Si optas por esta opción, también estarás contribuyendo al mantenimiento de estas callejas que necesitan tránsito.
La última parte de la estrecha calleja a la que antes me refería se denomina “Camino de Pozo Barbero” y prácticamente cuando llegamos al mismo sitio en que confluye dicho camino con la ruta alternativa a la que aludía más arriba, nos encontraremos con unas grandes lanchas de piedra colocadas como pasaderas para superar (si las lluvias lo han alimentado) el Arroyo de Marquí. No pudimos dejar de comentar el trabajo enorme que debió suponer a sus artífices el mover estas lanchas y colocarlas en su lugar.
Trescientos metros más adelante, y en un entrante que el camino hace a nuestra izquierda, encontramos otro de los puntos bellísimos de la ruta. Un pozo de brocal cuadrado, hecho con seis grandes lanchas de piedra de granito cogidas entre sí por su parte superior con grandes grapas de hierro. El pozo por dentro es redondo, de magnífica construcción y considerable profundidad.
Junto al pozo, una magnífica puerta de paso con cuatro grandes piedras como jambas y una sola por dintel. Cuenta, además, con lo que queda de la bóveda de ladrillo, de buena confección, que un día debió embellecer la entrada.
Llegamos a la carretera a la altura de un moderno puente sobre el río Salor.
Llegamos a la altura del enorme silo y giramos a la izquierda para ir al Embalse del Gallo. Enseguida tenemos que tomar un camino que sale en diagonal por la izquierda y que un poco más adelante se bifurca. En dicha bifurcación, tomaremos también la de la izquierda para dirigirnos a la cosa del Embalse. En este trayecto veremos nuevas puertas de paso.
Tras pasar por una escombrera llegamos enseguida a la cola del embalse donde nos encontramos con lo que, en mi opinión, fue lo más bello de toda la ruta. Un antiguo puente de dos ojos, quizá de origen romano, de bellísima confección. El arranque de su paso lo constituye una enorme roca que forma parte del terreno natural.
En los alrededores del puente, las piedras del río muestran grandes y perfectos agujeros producidos por los remolinos que en lugar deben hacer las aguas del río cuando lleva mayor caudal.
Y también aquí, los restos de los que debieron ser antiguos molinos.
Solo nos queda ir bordeando el pantano hasta alcanzar la cabecera.
El lugar es precioso tanto por el entorno como por el verdor del suelo, que comienza a brotar con fuerza. Desgraciadamente un reciente incendio ha dado al traste con todos los árboles de la zona, cuyos restos aparecen carbonizados. Así lo iremos encontrando, incluso hasta la otra orilla.
Atravesamos al otro lado una vez pasada la presa. El embalse no está arrojando agua, por lo que el cauce pasa seco. Ahí vemos los restos totalmente ruinosos de la maquinaria que en su día debió servir para la producción de electricidad. Hoy todo está abandonado y oxidado.
Contemplamos algunos patos y presenciamos los saltos de lo que creemos que son grandes tencas en el agua.
Salimos a un camino a través de una portilla.
Y regresamos a Torremocha por el camino, disfrutando de las magníficas puertas de paso que aún quedan a nuestra vista.
El enorme silo, que necesita una buena mano de pintura, nos da la bienvenida al pueblo.
La entrada en Torremocha la hacemos por la Ermita del Cristo del Humilladero, con el estupendo crucero existente a sus espaldas.
Y antes de llegar a la Plaza del Ayuntamiento para dar por finalizada la ruta, encontramos algunos ejemplos que nos parecen preciosos de la arquitectura torremochana.
A nuestro regreso no podemos dejar de comentar lo impresionados que hemos quedado por la ruta que hemos hecho. Absolutamente encantadora e imprescindible y, desde luego, recomendable para quien quiera disfrutar a tope de una jornada senderista.
http://enfilando.blogspot.com.es/2013/11/torremocha-y-embalse-del-gallo.html
Realizada durante la mañana del 6 de noviembre de 2013. Ruta eminentemente llana y muy cómoda en cuanto al firme.
Dejamos el coche junto a la Plaza del Ayuntamiento y la Iglesia de la Asunción.
Nos dirigimos a la Ermita de San Antonio, del siglo XVIII. Es un rodeo que nos lleva un par de minutos tan solo.
Cruzamos el río Salor pasando sobre el Puente Grande. Un precioso crucero a nuestra izquierda. Su estado de conservación es magnífico.
El campo verdea; nos sorprende ver numerosas callejas entre las fincas. La mayor parte aparecen completamente abandonadas. En unas pocas, las menos, se aprecia el uso continuado.
Tras un ligero repecho encontramos a nuestra derecha la Charca de Castelar. Tras la charca, un cruce. Denlas tres posibilidades, nos encaminamos por la derecha.
La Charca de la Zarza, que encontramos con no demasiada agua. A uno de los lados de las piedras, una fuente. Está metida entre zarzas y a ras de suelo, por lo que puede pasar desapercibida.
Dando su frente a la misma charca vemos una cancela de acceso a una parcela. A pocos metros de nosotros se encuentra un magnífico ejemplar de tumba antropomorfa que no podemos dejar de visitar.
Y quiero dejar constancia aquí de mi expreso agradecimiento a la magnífica labor que Eduardo Pavón Jaraíz, verdadero “monstruo” del senderismo extremeño lleva a cabo, realizando numerosas e interesantes rutas y compartiendo sus tracks en Wikiloc, tracks fantásticamente enriquecidos con numerosos e interesantes waypoints y detallados comentarios que para muchos (quizá todos) de los que somos amantes del senderismo nos resultan de una inestimable utilidad.
Gracias a uno de sus waypoints en esta ruta localizamos con precisión la ubicación de la tumba antropomorfa a que antes me refería. Una vez pasada la cancela nos dirigimos a una semipared de piedra que tenemos enfrente. Nada más pasarla, la tumba. Es de unos 40 cms. de profundidad, y está recorrida casi toda ella alrededor por un canal que debía servir para evitar que el agua de lluvia entrase en la tumba una vez que la misma tuviera encima la lancha de piedra con la que se hubiera tapado.
Durante toda la ruta nos llamó poderosamente la atención el frecuente uso que se hace por toda esta zona de grandes piedras de granito, generalmente trabajadas, para la construcción de los paredones de separación entre fincas. En ocasiones como basamento de las paredes y de modo habitual colocadas en posición vertical a cada trecho de pared, para dar una mayor consistencia a la misma.
También muy significativo el uso de grandes piedras en la construcción de las antiguas puertas de acceso fincas, siendo lo normal el uso de tres piedras de grandes dimensiones: dos para las jambas y otra como dintel.
Kilómetro y medio más allá de la tumba encontramos, sobre un poste de cemento una señal que dice “Paraje Fuente de los Cantos”. Por ahí es por donde debemos continuar. Es una zona de esparcimiento bien cuidada y dotada.
A nuestra izquierda es un pozo con reja que cubre el brocal y un cartel nos indica que aquí hubieron, en tiempos, explotaciones mineras. Poco más allá, la Charca de los Cantos y, a su lado, una fuente con solo un hilillo de agua.
Tres chozos cuya construcción se debe a las actuaciones de la “Mancomunidad de Formación y Empleo Escuela-Taller San Agustín III”. En su interior disponen de una estructura de madera a modo de literas con capacidad para 6 personas. Para contratar su uso hay que llamar al Ayuntamiento de Torremocha, a los teléfonos 927127001 y 927127101.
El lugar cuenta también con varias barbacoas de piedra, así como de bancos y asientos de madera.
Rodeando el Monte Tinieblas nos aproximamos al Merendero de La Cancha, junto al que discurre la carretera que va de Torremocha a Albalá. El lugar cuenta también con varias mesas y bancos de cemento.
Atravesamos una canadiense y cruzamos luego la carretera para continuar el camino justo al otro lado.
Volvemos a estar en una dehesa en la que nos llama la atención tanto la presencia de enormes rocas de diversas y atractivas formas como la existencia de encinas con unas copas de considerable tamaño.
Dejando a nuestra izquierda una gran charca y atravesamos el Arroyo de Valluncal.
La vereda nos conduce a una ancha calleja a la que se accede pasando una portilla.
En un punto concreto nos sorprende encontrar el camino prácticamente cortado por alguien que ha vertido un camión de escombros de obra en mitad del camino. Ochocientos metros más allá de los escombros, cuando llevamos recorridos un total de 12,9 kilómetros, la ruta hace un quiebro a la izquierda en un ángulo de unos 300 grados. El lugar no tiene pérdida, pues en el vértice de dicho ángulo existe lo que queda de una antigua construcción.
Se trata de la puerta de entrada a una finca, con las paredes de piedra, pero de una altura de unos dos metros y medio. Las jambas de la puerta son dos enormes piedras de granito y esta puerta tuvo, en su tiempo, una segunda planta hecha a base de tres enormes lanchas también de granito, de las que una permanece aún en su sitio y dos están caídas en el suelo.
En cuanto giramos a la izquierda nos vamos a encontrar una carretera (CV-118). En ese punto, una advertencia: se puede continuar por el track de mi ruta o tomar la carretera a la derecha durante pocos metros y luego un camino que sale a la izquierda. Ambas opciones conducen al mismo sitio. Mi track hará recorrer algo más de dos kilómetros (2,4), mientras que el camino conducirá al mismo sitio en unos 500 o 600 metros.
Seguir el track supone caminar por una calleja relativamente estrecha y nada transitada, por lo que está llena de maleza. No es ni peligroso ni excesivamente molesto. El atractivo es pasar junto a un bujío que quedará a nuestra derecha así como junto a varias puertas de paso construidas con grandes piedras. Si optas por esta opción, también estarás contribuyendo al mantenimiento de estas callejas que necesitan tránsito.
La última parte de la estrecha calleja a la que antes me refería se denomina “Camino de Pozo Barbero” y prácticamente cuando llegamos al mismo sitio en que confluye dicho camino con la ruta alternativa a la que aludía más arriba, nos encontraremos con unas grandes lanchas de piedra colocadas como pasaderas para superar (si las lluvias lo han alimentado) el Arroyo de Marquí. No pudimos dejar de comentar el trabajo enorme que debió suponer a sus artífices el mover estas lanchas y colocarlas en su lugar.
Trescientos metros más adelante, y en un entrante que el camino hace a nuestra izquierda, encontramos otro de los puntos bellísimos de la ruta. Un pozo de brocal cuadrado, hecho con seis grandes lanchas de piedra de granito cogidas entre sí por su parte superior con grandes grapas de hierro. El pozo por dentro es redondo, de magnífica construcción y considerable profundidad.
Junto al pozo, una magnífica puerta de paso con cuatro grandes piedras como jambas y una sola por dintel. Cuenta, además, con lo que queda de la bóveda de ladrillo, de buena confección, que un día debió embellecer la entrada.
Llegamos a la carretera a la altura de un moderno puente sobre el río Salor.
Llegamos a la altura del enorme silo y giramos a la izquierda para ir al Embalse del Gallo. Enseguida tenemos que tomar un camino que sale en diagonal por la izquierda y que un poco más adelante se bifurca. En dicha bifurcación, tomaremos también la de la izquierda para dirigirnos a la cosa del Embalse. En este trayecto veremos nuevas puertas de paso.
Tras pasar por una escombrera llegamos enseguida a la cola del embalse donde nos encontramos con lo que, en mi opinión, fue lo más bello de toda la ruta. Un antiguo puente de dos ojos, quizá de origen romano, de bellísima confección. El arranque de su paso lo constituye una enorme roca que forma parte del terreno natural.
En los alrededores del puente, las piedras del río muestran grandes y perfectos agujeros producidos por los remolinos que en lugar deben hacer las aguas del río cuando lleva mayor caudal.
Y también aquí, los restos de los que debieron ser antiguos molinos.
Solo nos queda ir bordeando el pantano hasta alcanzar la cabecera.
El lugar es precioso tanto por el entorno como por el verdor del suelo, que comienza a brotar con fuerza. Desgraciadamente un reciente incendio ha dado al traste con todos los árboles de la zona, cuyos restos aparecen carbonizados. Así lo iremos encontrando, incluso hasta la otra orilla.
Atravesamos al otro lado una vez pasada la presa. El embalse no está arrojando agua, por lo que el cauce pasa seco. Ahí vemos los restos totalmente ruinosos de la maquinaria que en su día debió servir para la producción de electricidad. Hoy todo está abandonado y oxidado.
Contemplamos algunos patos y presenciamos los saltos de lo que creemos que son grandes tencas en el agua.
Salimos a un camino a través de una portilla.
Y regresamos a Torremocha por el camino, disfrutando de las magníficas puertas de paso que aún quedan a nuestra vista.
El enorme silo, que necesita una buena mano de pintura, nos da la bienvenida al pueblo.
La entrada en Torremocha la hacemos por la Ermita del Cristo del Humilladero, con el estupendo crucero existente a sus espaldas.
Y antes de llegar a la Plaza del Ayuntamiento para dar por finalizada la ruta, encontramos algunos ejemplos que nos parecen preciosos de la arquitectura torremochana.
A nuestro regreso no podemos dejar de comentar lo impresionados que hemos quedado por la ruta que hemos hecho. Absolutamente encantadora e imprescindible y, desde luego, recomendable para quien quiera disfrutar a tope de una jornada senderista.
Waypoints
Intersection
1,444 ft
Izquierda
Izquierda
Lake
1,568 ft
Paraje Fuente de los Cantos
Aquí existen antiguas minas, un pozo, una fuente, un punto de información y tres chozos cuyo uso, para pernoctar, puede alquilerse en el Ayuntamiento de Torremocha. Es un área de recreo amplia y bien dotada.
River
1,486 ft
Arroyo de Valluncal
Arroyo de Valluncal
Intersection
1,453 ft
Carretera
Carretera
Waypoint
1,427 ft
Escombrera
Escombrera
Comments (13)
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Easy to follow
Scenery
Moderate
Magnífica y exhaustiva descripción de la ruta. La hice la primavera pasada, pero no tan completa. Fueron menos kilómetros.
Un placer leerte.
Muy interesante
Buen track y abundante información. Me la apunto para hacerla en estos días. Gracias, Dalits.
Espectacular esta ruta. La Dehesa de Torremocha es una hermosura.
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Scenery
Moderate
Hice el recorrido a principios de primavera y estaba toda la dehesa preciosa. El track me ha sido utilísimo para localizar los puntos que señalas. Gracias.
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Moderate
Dalits... gracias por la mención en tu texto. Te ha quedado la ruta de 10. Enhorabuena y a seguir así.
Gracias a ti por tu labor callada, Keducc
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Scenery
Moderate
Preciosa ruta, absolutamente recomendable. El track magnífico, tanto por el recorrido como por la abundante información que aportas. Gracias por tu trabajo.
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Moderate
Un track exhaustivamente detallado, con innumerables puntos de referencia. Gracias por tu trabajo, que doy por hecho que te llevarán horas de trabajo. Un cordial saludo.
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Scenery
Moderate
Buen track, detallado, para una ruta que no nos ha proporcionado ningún problema. La charca no tenía el nivel de agua que cuando tú hiciste el recorrido. La verdad es que si no es por tu reportaje no nos hubiéramos planteado hacerla. Gracias, como siempre, por tus aportaciones al senderismo.
Hice la ruta en noviembre pasado, acompañando a Manbema. Coincido en sus comentarios La ruta nos gustó. Sencilla y sin complicaciones por el agua ya que el pantano no estaban tan a rebosar como cuando tú la hiciste. Gracias por el track y feliz año.
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Scenery
Moderate
Hice la ruta en noviembre pasado, acompañando a Manbema. Coincido en sus comentarios La ruta nos gustó. Sencilla y sin complicaciones por el agua ya que el pantano no estaban tan a rebosar como cuando tú la hiciste. Gracias por el track y feliz año.
Próximamente va a hacer la ruta el "club de senderismo TRUJILLO EN MARCHA". La hemos elegido, porque los argumentos, la descripción, el trazado, nos han gustado mucho. Ya fuimos un reducido número de personas a verla, y hemos hecho algún pequeño cambio. Hemos insertado en nuestroblog parte de la descripciones que haces, lo que supongo no te importará. Gracias por tu trabajo que sirve para que otras personas conozcan estos lugares.