Torres - Puente San Miguel

Ruta en el entorno de la mina de Reocín. Partí del Apeadero del tren de Ganzo (línea de cercanías de Santander-Cabezón de la Sal). Una vez cruzada la calzada a la derecha y tras el último edificio que por ese lado se encuentra se inicia una estrecha línea de tierra y grava por la que, tras una pequeña subida, alcanzo una senda peatonal ciclable, la llamada Sendas verdes del Besaya, que sigo hasta alcanzar la iglesia parroquial de Torres. Allí, la senda cruza una calle y se puede seguir por las señales pintadas en la calzada que adentran entre urbanizaciones de chalets hasta llegar a un parquecito estrecho. Lo cruzo y subo por una calle de frente en la misma dirección que llevaba. Siguiéndola hasta su mayor elevación la senda va dando vuelta hacia otras partes del núcleo urbano en leve descenso. En la primera calle a la que aboco giro a la izquierda, luego en el próximo cruce a la derecha, y a la izquierda en el siguiente. Precisamente en la siguiente bifurcación se puede observar una cruz de piedra, cruz de ánimas de tipología muy habitual en Cantabria. La llamada Cruz de Torres. Aquí toca volver a girar por la calle de la izquierda topando con la siguiente calle que sube a la derecha hasta lo más alto del pueblo, donde deja de estar asfaltada desapareciendo en un camino de tierra que sigo y pasada la primera curva intento abrirme de frente una ruta hacia la laguna de la mina y llegando a adentrarme en una selva frondosísima de escobas, zarzas y tojo. Con inmensa dificultad llego a divisar entre la vegetación la laguna de la mina, lo que me anima a seguir adelantándome para mejorar la vista. Pronto, me veo atrapado, en medio de una selva sin camino visible alguno. Más abajo hacia la izquierda diviso una zona más libre de vegetación, y decido tirar hacía allí, pero pronto veo que la bajada es muy difícil, y acabo dándome cuenta de que también es problemático volver a subir. Poco a poco, trabajando cada metro, resbalando por embarrados, consigo, tras mucho tiempo y trabajo, bajar abajo y por allí circular de una manera algo mejor. De repente, cuando mejor voy me topo con una valla metálica me impide seguir por el contorno de la mina. Otra posible salida sería escalar por un bosque a la izquierda de la laguna, pero veo que también por allí hay una subida por caminos embarrados impracticables. Opto por saltar la valla metálica. Pienso que estoy invadiendo los terrenos vedados de la Compañía Minera. Pero veo que es lo único que puedo hacer para salir de allí. Sigo contorneado la parte izquierda de la laguna, pero ya puedo marchar bastante bien. Sin embargo, tendré que saltar dos vallados más adelante hasta llegar a una ruta amplia de tierra despejada. Sigo por ella y veo primero un desvío a la izquierda. No lo tomo y sigo de frente. Sin embargo, al poco, el camino del frente desaparece ante una puerta de prohibido el paso. Por ello vuelvo atrás a la senda que primero deseché y siento que ya debo estar próximo a Mare, la empresa de MEDIO AMBIENTE, AGUA, RESIDUOS Y ENERGÍA, S. A., que tiene Instalaciones por allí y de donde hay salida a la carretera que va a Puente San Miguel. Efectivamente, tras saltar una última puerta metálica candada, puedo ver pronto la carretera esperada. De allí, sin dificultad ninguna ya puedo terminar mi ruta.
En resumen, he realizado una ruta que no puedo aconsejar por su dificultad y peligrosidad y porque además invade el territorio prohibido de la Mina.