Torreta de l'Orri

La ruta de la Torreta d’Orri, un 100 cims de la Feec, empieza donde terminan las pistas de esquí de la Estación de Port Aine, dejo mi vehículo en los grandes parkings de la estación, ahora penosamente desierta, pues no nieva, y enfilo un sendero local hacia el Serrat de la Coma del Forn, muy suave, bajo un bosque de pino negral, y señalizado con marcas amarillas y de vez en cuando, coincidiendo con los cruces de senderos, unos postes de direcciones, a la altura de la Portella camino hacia el Bony de la Socarrada, donde sin pena ni gloria, corono la cima sin apenas darme cuenta, simplemente un montón de piedras te anuncian que estas en lo más alto, una manada de caballos embellecen la estampa de este paisaje, está compuesta por el semental de mirada firme y varias yeguas con sus potros, así como otros corceles, uno de ellos bayo, retomo el sendero local viendo las grandes torres de comunicaciones de la cima, en los postes de direcciones observo que por la zona hay trincheras de la guerra civil, doy un garbeo pero no soy capaz de ver referencia alguna, encontrare otras en el flanco oeste, a medida que me acerco por las anchas pistas, el viento que ahora sopla fuerte, hace silbar las grandes pantallas, parabólicas de las ondas, las ultimas rampas de una inclinación aceptable, no son impedimento para llegar detrás de un edifico, de donde emergen parte de las altas antenas y descubrir el cilindro del vértice geodésico, sobre un bloque de hormigón descalzado, el paisaje a cedido espacio para las nuevas tecnologías, la velocidad en las comunicaciones es lo que prima en nuestros tiempos, en el descenso me dirijo hacia los Rasos del Orri, poco antes de llegar a la caseta de vigilancia, descubro unas trincheras que exploro, son republicanas de la guerra civil, las construyeron soldados del ejército republicano, al otro lado de la ctra. de Balaguer a Francia estaban las líneas rebeldes, los franquistas, que ayudados por fascistas extranjeros, hicieron retirar al ejército del gobierno legitimo, y con la conquista de estas tierras catalanas, la republica quedo para los libros de historia, siempre por pista y a buen ritmo desciendo hacia las instalaciones de la estación de esquí, es un placer andar por estos bosques de soberanos arboles, de vez en cuando encuentro algún cartel, donde explican propiedades de la fauna, cruzo la cafetería de estas vacías instalaciones, detrás tengo mi coche aparcado.