Trapagaran-Larreineta-Argalario 514 m-Goronillo 274 m-Gurutzeta

Empezamos nuestro recorrido en la estación de Renfe de Trapagaran. Un día más los trenes funcionan con retraso debido a una avería. Parece que el interés de nuestros dirigentes no está en prestar un buen servicio a los usuarios de cercanías.
El dinero en inversiones ferroviarias lo gastan en AVE y en TAV para beneficio de las grandes empresas constructoras de obras faraónicas que, a la hora de la verdad, son menos útiles para la población en general que los maltratados cercanías.

Bueno dejamos el disgusto inicial y pasamos a la ruta en sí.

Tras salir de Trapagaran por las empinadas cuestas de la Estrada de San Andrés proseguiremos ascendiendo cómodamente por una pista que nos lleva sin pérdida a Larreineta, barrio al que llega el famoso funicular. Pero nosotros no llegamos hasta él.
Giramos a la izquierda y comenzamos el descenso a mitad de ladera de la cara norte del cordal Argalario-Mendibil.

Es evidente que hay maneras mucho más directas de subir al Argalario desde Larreineta pero de lo que se trataba hoy era de recorrer otros parajes de la zona que suelen pasar más desapercibidos.

Así que sin prisa llegamos al cruce con la carretera que de Bengolea se dirige a Mendibil que aunque se conozca popularmente como carretera de Argalario no accede a esta cima, afortunadamente.

Tras recorrer unos escasos metros por la carretera iniciamos ya el ascenso final a la cima. Tan solo el último tramo antes de la cima presenta rampas con un serio desnivel.

Aunque para desnivel, el del tramo de descenso por el sendero que baja al pequeño barrio de Santa Luzia, lugar al que nosotros no llegaremos.

Este tramo de bajada es lo que exige más atención de todo el recorido debido a la muy intensa pendiente.
Por cierto, para nuestra sorpresa se encuentra perfectamente abierto un tramo de esta senda que amenazaba cierre debido al tupido argomal que cubre la ladera.

Cuando finaliza el tramo más empinado giramos a la izquierda y descendemos por un camino entre pinos que no es muy habitual pero que acaba desembocando en el sendero más frecuentado de esta cara del Argalario.

Más adelante en nuestra bajada realizaremos una breve ascensión al Goronilo, humilde cota a la que tenemos especial cariño por haberla recorrido en infinidad de ocasiones.

Sin más dilación, continuamos bajando hasta llegar a las bonitas campas de Gorostiza y finalmente a Cruces tras una breve cuesta.

En resumen, corta pero agradable travesía por nuestra comarca.

Salud y montaña.