Travesía Área Recreativa del Bacal, río Cebollón y río Bacal (Sierra Almijara)

Día caluroso y rumbo al P.N. Tejeda, Almijara y Alhama, esta vez con una amplia ruta circular entre manos, un mixto de senderismo acuático y pateo de los nuestros.

La idea, y plan consumado, describe un amplio recorrido por la vertiente norte de la sierra, partiendo del Área Recreativa del Bacal (Jáyena).

Con los río Cebollón y Bacal como ejes centrales del trayecto, necesitamos dos tramos de trancisión que nos permita unir sendos barrancos. Así, comenzamos la primera fase pasando de la ribera del Bacal al barranco del Cebollón, subiendo por un cómodo sendero hasta el cortafuegos de la loma de la Cuesta de los Morros, para dejarnos caer entre senderillo y pedrera hacia el río Cebollón, a la altura de un amplio valle y junto a los restos de una explotación agrícola.

Metemos los pies en agua bien temprano y no lo sacaremos del remojo hasta mediodía, momento en que alcancemos su "nacimiento" en el día de hoy.

Durante un buen rato iremos avanzando cómodamente por el lecho del río, llegando en algunos pasos el agua hasta la cintura. Cuando el barranco se cierra alcanzamos las primera pozas. A partir de aquí el avance resulta más entretenido, dejando de lado el escaso aporte que supone el barranco de la Culebra y culminando en la cascada bajo el puente de Monticana.

Aquí tenemos la opción light, coger el carril que viene de Monticana y enfilarlo hasta las ruinas del cortijo de Cabañeros, que nos da acceso al barranco cabecera del Bacal.
La variente larga, con laque nos acercamos a los 30 km de ruta, es remontar el barranco de la Alfaja, por el que sigue subiendo el río Cebollón, del que tenía poca información, pero sobre el terreno parece factible remontarlo hasta donde emane el último nacimiento del barranco. Manos a la obra.

El primer paso es salvar el salto de la cascada, para ello buscamos la salida del barranco y nos colocamossobre el puente, y desde aquçi destrepamos para volver al fonde del barranco. Esta parte mucho más encajonada, con infinidad de pequeños saltos de agua y pozas que vamos salvando con pequeñas trepadas. Muuucho más entretenido que la primera parte, alcanzamos la unión del barranco de la Alfaja y del barranco Sin salida. Seguimos por el menguado cauce del de la Alfaja, ya más abierto, hasta que damos con el "nacimiento" a fecha de hoy.

En este punto no nos queda otra que buscar el sendero que viene de la caseta de Monticana por el barranco Sin salida y que metros más arriba cruza el barranco de la Alfaja para rodear la bace del cerro Cabañeros por su vertiente noroeste. Así que en la primera pedrera que tenemos a mano comenzamos a subir ladera arriba hasta hallar el senderillo. Senderillo difuso y en algunos tramos invadidos por helechos. Aunque el Sol aprieta, no hace excesivo calor, avanzando a buen ritmo y sorprendidos de camino por asustadiza fauna local.

Recorrida buena parta de la cara norte de cerro el sendero cae hasta el barranco de Cabañeros, enlazando más abajo con el barranco del arroyo de las Golondrinas. Avanzando este tiempo por una pequeña pista, recorremos tanto densos pinares poblado con helecho, como los paisajes semidesérticos tan típicos de esta sierra.

Una vez sobrepasamos el depósito contraincendios nos adentramos en la barranco del río Bacal. Aunque en mente tenemos bajar el lo posible por el río, tras varios intentos desistimos, ya que nos topamos continuamente con troncos y ramas que taponan el cauce, una selva de zarzas y el poco caudal hace que algunas pequeñas "pozas" se conviertan en fluorescentes caldos de cultivo. Además, nos acosan los insectos, y nos traemos de recuerdo una colección importante de picaduras. Con la opción del sendero que baja paralelo al cauce, cruzado en infinidad de ocasiones, vamos cerrando poco a poco la circular. Sin duda, la parta más bonita de este río es cuando se encajona y aparecen algunas pozas, algo estancadas, pero que no quitan belleza al entorno. Y alcanzamos de vuelta el área recreativa, dando por finalizada esta incursión veraniega en la montaña.