Travesía Arroyo de la Miel y Garganta del Capitán (Parque del Estrecho)
near Algeciras, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Trazado circular que os va permitir recorrer buena parte de las dos gargantas de renombre en la sierra que acorrala contra el Estrecho a la ciudad de Algeciras.
Recorremos en ascenso la ribera del río de la Miel hasta sobrepasar la Sierra de las Esclarecidas Altas, para luego descender hacia la Garganta del Capitán. Cerramos el dibujo a faldas de levante de la sierra hasta nuestro punto de partida, la Barriada del Cobre.
NOTA.-Durante la jornada pisaremos tramos de sendas definidas y pistas forestales, aunque por otra parte cambiaremos la comodidad por un avance sobre el mismo cauce, campo a través y por sendas totalmente atestadas de matorral y aulagas. Tendremos que hacernos de paciencia y cierto grado de orientación a fin de enlazar las dos gargantas, de ahí que la califique como senderismo difícil.
Comenzamos el recorrido dejando el coche en las calles de la barriada algecireña del Cobre, junto a las últimas casas pegadas a la sierra y al camino de acceso al río de la Miel. De momento nos vemos caminando de cara a la sierra.
Pronto dejamos la pista principal y nos desviamos hacia la senda y río de la Miel. Accedemos a su cauce junto al molino y un pequeño puente que nos deja en el margen del cauce, a pocos metros dejaremos la senda y caminaremos sobre las rocas del lecho.
Alternamos tramos de ribera con pequeñas pozas, algún resto de molino, helechos y rododendros en flor, el efímero espectáculo primaveral de las sierras que encierra el Parque de los Alcornocales.
Seguimos remontando junto al río, en mayor parte por una estrecha traza junto al agua, senda que va sobrepasando los escollos al cerrarse la garganta. Entre estos escollos destacamos un abrupto paraje con pozas y una chorrera que adornará nuestro paso.
Nos acercamos al primer punto donde nos vemos obligados a abandonar el río y ascender por su flanco para enlazar con la vereda que se dibuja unos metros arriba.
Cerca del enlace, aguas abajo, nos podremos acercar a un pequeño venero, volviendo a nuestro rumbo sierra arriba.
Aunque la senda está definida, de acuerdo ganamos terreno comprobamos que poco a poco se va cerrando de matorral.
Este nuevo tramo de senda nos devuelve al río con la intención de vadear avanzar hacia el oeste. Adivinamos una pequeña cascada y pozo que nos invita a adentrarnos unos metros sobre las rocas del cauce.
De nuevo tendremos que abandonar el río para ganar el monte, ahora con unos metros campo a través, atravesando un magnífico helechal durante el ascenso. Tiramos de orientación e intuición para conseguir el Puerto de la Zarza sobre la sierra de las Esclarecidas Altas, no llegando a pisar la pista forestal que lo atraviesa, desviando la marcha por la vereda que se pierde al norte en busca de la Garganta del Capitán.
Con las vistas limitadas por nuestro camino entre formidables alcornoques y helechos, emprendemos en principio un cómodo descenso hacia el cauce de arroyo de Botafuego.
Aquí nos asaltan serias dudas del camino a seguir, a sabiendas de la proximidad de la senda que acompañará a la garganta por la solana.
Barajamos opciones, decidimos vadear y remontar un corto y trabajado ascenso hasta encontrar una escueta senda y posterior angarilla.
A partir de ahora, una senda definida pero prácticamente cerrada por matorral, nos ayudará en lo posible en nuestro avance, dejando atrás los metros más enrevesados de la jornada.
La senda ya se dibuja a media ladera en un descenso continuo, acercándonos a cada paso a la entrada de la garganta, dejando la selvática cabecera de Botafuego bajo nuestra mirada. Seguimos en la misma tónica de senda tapada y matorral.
Por fin nuestro camino se abrirá y el caminar se torna bastante cómodo, aunque nos llevamos las secuelas del envite marcadas en piernas y brazos.
Un pequeño espolón sobre la garganta nos confirma el camino seguido.
Un último tramo de vereda nos deja junto a la misma poza de la Garganta del Capitán, con poca agua en estas fechas, con el estado de dejadez esperado de un lugar así de fácil acceso, pero con una impronta magnífica de los tesoros que esconden estas sierras.
Vamos por el cierre, abandonando por el flanco opuesto donde enlazamos con una nueva vereda. Unos pasos aguas arriba nos podemos acercar a las instalaciones del dique, con acceso restringido y poco interés. Volvemos sobre nuestros pasos y pronto nos situamos en el Llano de las Tumbas.
Damos unos pasos por el lugar localizando sus tumbas talladas, y en lugar de volver por la senda, marcamos una trocha directamente hasta el paraje de la Tumba del Capitán.
De nuevo en marcha por la vereda que acompaña de lejos al arroyo de Botafuego, iremos enlazando sendas, vereda y pistas forestales para cerrar la circular hacia la Barriada del Cobre. Nos espera por delante un agradable paseo a levante de la sierra, con las vistas a la bahía y el Peñón de Gibraltar.
Volvemos a la barriada, parada a repostar y damos por concluida la primaveral jornada.
Nos vemos en las montañas.
Recorremos en ascenso la ribera del río de la Miel hasta sobrepasar la Sierra de las Esclarecidas Altas, para luego descender hacia la Garganta del Capitán. Cerramos el dibujo a faldas de levante de la sierra hasta nuestro punto de partida, la Barriada del Cobre.
NOTA.-Durante la jornada pisaremos tramos de sendas definidas y pistas forestales, aunque por otra parte cambiaremos la comodidad por un avance sobre el mismo cauce, campo a través y por sendas totalmente atestadas de matorral y aulagas. Tendremos que hacernos de paciencia y cierto grado de orientación a fin de enlazar las dos gargantas, de ahí que la califique como senderismo difícil.
Comenzamos el recorrido dejando el coche en las calles de la barriada algecireña del Cobre, junto a las últimas casas pegadas a la sierra y al camino de acceso al río de la Miel. De momento nos vemos caminando de cara a la sierra.
Pronto dejamos la pista principal y nos desviamos hacia la senda y río de la Miel. Accedemos a su cauce junto al molino y un pequeño puente que nos deja en el margen del cauce, a pocos metros dejaremos la senda y caminaremos sobre las rocas del lecho.
Alternamos tramos de ribera con pequeñas pozas, algún resto de molino, helechos y rododendros en flor, el efímero espectáculo primaveral de las sierras que encierra el Parque de los Alcornocales.
Seguimos remontando junto al río, en mayor parte por una estrecha traza junto al agua, senda que va sobrepasando los escollos al cerrarse la garganta. Entre estos escollos destacamos un abrupto paraje con pozas y una chorrera que adornará nuestro paso.
Nos acercamos al primer punto donde nos vemos obligados a abandonar el río y ascender por su flanco para enlazar con la vereda que se dibuja unos metros arriba.
Cerca del enlace, aguas abajo, nos podremos acercar a un pequeño venero, volviendo a nuestro rumbo sierra arriba.
Aunque la senda está definida, de acuerdo ganamos terreno comprobamos que poco a poco se va cerrando de matorral.
Este nuevo tramo de senda nos devuelve al río con la intención de vadear avanzar hacia el oeste. Adivinamos una pequeña cascada y pozo que nos invita a adentrarnos unos metros sobre las rocas del cauce.
De nuevo tendremos que abandonar el río para ganar el monte, ahora con unos metros campo a través, atravesando un magnífico helechal durante el ascenso. Tiramos de orientación e intuición para conseguir el Puerto de la Zarza sobre la sierra de las Esclarecidas Altas, no llegando a pisar la pista forestal que lo atraviesa, desviando la marcha por la vereda que se pierde al norte en busca de la Garganta del Capitán.
Con las vistas limitadas por nuestro camino entre formidables alcornoques y helechos, emprendemos en principio un cómodo descenso hacia el cauce de arroyo de Botafuego.
Aquí nos asaltan serias dudas del camino a seguir, a sabiendas de la proximidad de la senda que acompañará a la garganta por la solana.
Barajamos opciones, decidimos vadear y remontar un corto y trabajado ascenso hasta encontrar una escueta senda y posterior angarilla.
A partir de ahora, una senda definida pero prácticamente cerrada por matorral, nos ayudará en lo posible en nuestro avance, dejando atrás los metros más enrevesados de la jornada.
La senda ya se dibuja a media ladera en un descenso continuo, acercándonos a cada paso a la entrada de la garganta, dejando la selvática cabecera de Botafuego bajo nuestra mirada. Seguimos en la misma tónica de senda tapada y matorral.
Por fin nuestro camino se abrirá y el caminar se torna bastante cómodo, aunque nos llevamos las secuelas del envite marcadas en piernas y brazos.
Un pequeño espolón sobre la garganta nos confirma el camino seguido.
Un último tramo de vereda nos deja junto a la misma poza de la Garganta del Capitán, con poca agua en estas fechas, con el estado de dejadez esperado de un lugar así de fácil acceso, pero con una impronta magnífica de los tesoros que esconden estas sierras.
Vamos por el cierre, abandonando por el flanco opuesto donde enlazamos con una nueva vereda. Unos pasos aguas arriba nos podemos acercar a las instalaciones del dique, con acceso restringido y poco interés. Volvemos sobre nuestros pasos y pronto nos situamos en el Llano de las Tumbas.
Damos unos pasos por el lugar localizando sus tumbas talladas, y en lugar de volver por la senda, marcamos una trocha directamente hasta el paraje de la Tumba del Capitán.
De nuevo en marcha por la vereda que acompaña de lejos al arroyo de Botafuego, iremos enlazando sendas, vereda y pistas forestales para cerrar la circular hacia la Barriada del Cobre. Nos espera por delante un agradable paseo a levante de la sierra, con las vistas a la bahía y el Peñón de Gibraltar.
Volvemos a la barriada, parada a repostar y damos por concluida la primaveral jornada.
Nos vemos en las montañas.
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