Travesía Arroyo del Infierno, Los Reales y Morrón del Zagalete, desde Los Pedregales (Sierra Bermeja)
near Buenas Noches, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Trepidante y exigente trazado circular que nos llevará a descubrir íntegramente el barranco del Arroyo del Infierno, en la vertiente costera de Sierra Bermeja, alcanzando el vértice geodésico de Los Reales como meta.
Cerramos el recorrido por la abrupta dorsal que recoge al Morrón del Zagalete, descenso directo y trabajado que nos devuelve al área de Los Pedregales, punto de inicio de esta odisea serrana.
Ni que decir tiene que todo el trazado se desarrolla fuera de pista, exceptuando los metros que enlazan el vértice de Los Reales con el Mirador Salvador Guerrero al inicio del descenso.
El ascenso por el arroyo es evidente hasta alcanzar su cabecera, avanzando siempre sobre el caos de bloques de su lecho, teniendo que salvar algunas trepadas y siempre con la mejor elección de los pasos a seguir. La salida del barranco la acometemos por la vertiente oeste de la cabecera del arroyo, teniendo una trepada en su parte final.
El descenso sobre el Morrón del Zagalete es puramente intuitivo, caminando siempre sobre la espina dorsal de la loma, sin traza alguna y con mucho matorral que nos dificulta el avance. Una vez hacemos cumbre en el morrón, le sigue un descenso continuo hasta tocar tierra. En nuestro caso, una inesperada lluvia y un viento gélido nos desaceleró la marcha y nos hizo optar, desde ese momento, por los pasos menos comprometidos al resbalar mucho el terreno, esquivando los destrepes directos.
Nuestro punto de partida lo tenemos en el área de Los Pedregales, por lo que dejamos el coche en al aparcamiento justo en el acceso de la carretera que viene de Estepona. Ya en marcha. recorremos el carril que atraviesa Los Pedregales, en pocos metros dejaremos atrás la Ermita de San Isidro y la entrada al Dolmen de Corominas, avanzando un poco más sobre la pista forestal que faldea la sierra por el sur.
No andaremos demasiado para vadear el mismo lecho del Arroyo del Infierno, momento en que abandonaremos tierra firme, prácticamente para toda la jornada.
Avanzamos de golpe por las rocas del mismo cauce, donde un menudo torrente nos acompañará en buena parte del remonte del arroyo. La roca es firme, tiene buen agarre y nos facilita un avance cómodo por el barranco, en estos primeros metros sin ganar mucho desnivel y encontrando una primera poza bajo las instalaciones de la protectora de animales.
Por ahora ganamos poca altura y el barranco se ancla al fondo de un valle abierto, luminoso y saliendo al paso infinidad de pequeños saltos de agua y pozas. El rojizo de la peridotita nos ofrece una gama de tonalidades únicas en cada recodo del barranco.
La tónica no cambiará durante un buen tramo, aunque poco a poco el valle se va cerrando y tendremos que ir sorteando más obstáculos en el avance, con algunas pequeñas trepadas que nos ayudan a salvar los escalones por donde se precipitan estéticas chorreras.
A nuestras espaldas va asomando las aguas del Mediterráneo, a la par que el barranco se encajona y los desniveles a superar van ganando importancia. A pesar de lo entretenido del remonte, en ningún momento nos toparemos con pasos que nos compliquen el avance, siempre por el mismo lecho del arroyo.
Nos aproximamos a la cabecera del arroyo, que ya ha perdido su manantial, y se nos ofrecen distintas opciones para abandonar el barranco.
Como nuestra vuelta será sobre la loma del Morrón del Zagalete, a nuestra derecha, barajamos la opción de remontar hacia la loma de Los Reales, a nuestra izquierda.
Primero sobre el caos de roca de una correntía que nos aparta del curso principal, abocados a un trecho de matorral a fin de situarnos bajo la arista de tajos al frente.
Alcanzamos la pared de roca y con dos trepadas, sin complicaciones, accedemos a la dorsal, virando en ascenso ya en busca del vértice de Los Reales.
Un último repecho y conseguimos la cumbre de Sierra Bermeja.
Comenzamos el cierre caminando cómodamente por la pista y la vereda que nos conduce al Mirador Salvador Guerrero. Vista a la costa, pero nosotros fijamos la mirada en la abrupta dorsal que desciende al sur dominada por el Morrón del Zagalete.
Dejamos atrás el mirador y nos despedimos de cualquier atisbo de senda en lo que nos queda de descenso.
En los primeros metros nos encontraremos obstáculos, excepto el paso de una valla, hasta tocar el collado antesala a la subida al morrón.
Poco a poco el avance se vuelve más complejo, a elegir entre denso matorral y roca, completando un primer cerrillo antes de enfilar el ascenso final la morrón. Ahora nos dejamos llevar por la intuición en el avance, intentando pisar toda la roca posible y así evitar el trance del matorral.
A la par que se nos acercan nubes cargadas de agua por el oeste, y que nos condicionarán el resto de la tarde, nos situamos sobre el Morrón del Zagalete. Por delante, el quebrado descenso hacia los pies de la sierra sometidos a un fuerte viento y una incesante lluvia.
Tendremos que desistir de los pasos directos en la bajada por la lluvia, siendo necesarios varios destrepes, por lo que tendremos que ir continuamente modificando la dirección del avance para encontrar los pasos más factibles.
Trabajado descenso el que por fin nos deja sobre el último escollo, ya con las instalaciones de la protectora bajo nuestros pies. Conforme nos acercamos a la pista forestal, una traza de senda nos ayudará a evitar en lo posible el matorral que atesta la zona baja de la sierra.
Metidos en la noche, sólo nos queda recorrer Los Pedregales hasta el punto de partida.
Nos vemos en las montañas.
Cerramos el recorrido por la abrupta dorsal que recoge al Morrón del Zagalete, descenso directo y trabajado que nos devuelve al área de Los Pedregales, punto de inicio de esta odisea serrana.
Ni que decir tiene que todo el trazado se desarrolla fuera de pista, exceptuando los metros que enlazan el vértice de Los Reales con el Mirador Salvador Guerrero al inicio del descenso.
El ascenso por el arroyo es evidente hasta alcanzar su cabecera, avanzando siempre sobre el caos de bloques de su lecho, teniendo que salvar algunas trepadas y siempre con la mejor elección de los pasos a seguir. La salida del barranco la acometemos por la vertiente oeste de la cabecera del arroyo, teniendo una trepada en su parte final.
El descenso sobre el Morrón del Zagalete es puramente intuitivo, caminando siempre sobre la espina dorsal de la loma, sin traza alguna y con mucho matorral que nos dificulta el avance. Una vez hacemos cumbre en el morrón, le sigue un descenso continuo hasta tocar tierra. En nuestro caso, una inesperada lluvia y un viento gélido nos desaceleró la marcha y nos hizo optar, desde ese momento, por los pasos menos comprometidos al resbalar mucho el terreno, esquivando los destrepes directos.
Nuestro punto de partida lo tenemos en el área de Los Pedregales, por lo que dejamos el coche en al aparcamiento justo en el acceso de la carretera que viene de Estepona. Ya en marcha. recorremos el carril que atraviesa Los Pedregales, en pocos metros dejaremos atrás la Ermita de San Isidro y la entrada al Dolmen de Corominas, avanzando un poco más sobre la pista forestal que faldea la sierra por el sur.
No andaremos demasiado para vadear el mismo lecho del Arroyo del Infierno, momento en que abandonaremos tierra firme, prácticamente para toda la jornada.
Avanzamos de golpe por las rocas del mismo cauce, donde un menudo torrente nos acompañará en buena parte del remonte del arroyo. La roca es firme, tiene buen agarre y nos facilita un avance cómodo por el barranco, en estos primeros metros sin ganar mucho desnivel y encontrando una primera poza bajo las instalaciones de la protectora de animales.
Por ahora ganamos poca altura y el barranco se ancla al fondo de un valle abierto, luminoso y saliendo al paso infinidad de pequeños saltos de agua y pozas. El rojizo de la peridotita nos ofrece una gama de tonalidades únicas en cada recodo del barranco.
La tónica no cambiará durante un buen tramo, aunque poco a poco el valle se va cerrando y tendremos que ir sorteando más obstáculos en el avance, con algunas pequeñas trepadas que nos ayudan a salvar los escalones por donde se precipitan estéticas chorreras.
A nuestras espaldas va asomando las aguas del Mediterráneo, a la par que el barranco se encajona y los desniveles a superar van ganando importancia. A pesar de lo entretenido del remonte, en ningún momento nos toparemos con pasos que nos compliquen el avance, siempre por el mismo lecho del arroyo.
Nos aproximamos a la cabecera del arroyo, que ya ha perdido su manantial, y se nos ofrecen distintas opciones para abandonar el barranco.
Como nuestra vuelta será sobre la loma del Morrón del Zagalete, a nuestra derecha, barajamos la opción de remontar hacia la loma de Los Reales, a nuestra izquierda.
Primero sobre el caos de roca de una correntía que nos aparta del curso principal, abocados a un trecho de matorral a fin de situarnos bajo la arista de tajos al frente.
Alcanzamos la pared de roca y con dos trepadas, sin complicaciones, accedemos a la dorsal, virando en ascenso ya en busca del vértice de Los Reales.
Un último repecho y conseguimos la cumbre de Sierra Bermeja.
Comenzamos el cierre caminando cómodamente por la pista y la vereda que nos conduce al Mirador Salvador Guerrero. Vista a la costa, pero nosotros fijamos la mirada en la abrupta dorsal que desciende al sur dominada por el Morrón del Zagalete.
Dejamos atrás el mirador y nos despedimos de cualquier atisbo de senda en lo que nos queda de descenso.
En los primeros metros nos encontraremos obstáculos, excepto el paso de una valla, hasta tocar el collado antesala a la subida al morrón.
Poco a poco el avance se vuelve más complejo, a elegir entre denso matorral y roca, completando un primer cerrillo antes de enfilar el ascenso final la morrón. Ahora nos dejamos llevar por la intuición en el avance, intentando pisar toda la roca posible y así evitar el trance del matorral.
A la par que se nos acercan nubes cargadas de agua por el oeste, y que nos condicionarán el resto de la tarde, nos situamos sobre el Morrón del Zagalete. Por delante, el quebrado descenso hacia los pies de la sierra sometidos a un fuerte viento y una incesante lluvia.
Tendremos que desistir de los pasos directos en la bajada por la lluvia, siendo necesarios varios destrepes, por lo que tendremos que ir continuamente modificando la dirección del avance para encontrar los pasos más factibles.
Trabajado descenso el que por fin nos deja sobre el último escollo, ya con las instalaciones de la protectora bajo nuestros pies. Conforme nos acercamos a la pista forestal, una traza de senda nos ayudará a evitar en lo posible el matorral que atesta la zona baja de la sierra.
Metidos en la noche, sólo nos queda recorrer Los Pedregales hasta el punto de partida.
Nos vemos en las montañas.
Waypoints
Waypoint
3,283 ft
Inicio descenso
Comments (1)
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Fantástico trazado para esta vertiente sur bermejeña, tan dura de roer. La peridotita es implacable fuera de senda. Bien las has domado. Sus arroyos, aunque sean a media carga, siempre son agradecidos de recorrer. Un saludo. Nos vemos en el camino.