Travesía circular Almendrón, Tajos del Sol, Navachica y Cielo, desde la Cueva de Nerja (Sierra de Almijara)

Amplio y exigente trazado circular que nos llevará a recorrer íntegramente la cuerda almijarense que une los Tajos del Almendrón (1.507m), Nido del Buitre (1.547m), Tajos del Sol (1.686m), Navachica (1.831m) y Cielo (1.508m). Nos moveremos sobre la dorsal de la Sierra de Almijara que enmarca al magnífico Barranco de los Cazadores, a la par que hacemos cumbre en buena parte de los cerros y tajos que nos encontraremos al paso.

Aunque el inicio lógico de recorrido lo tendríamos en el aparcamiento del Área Recreativa del Pinarillo, al encontrarse en estos días cortado por obras el carril de acceso, no tenemos otra que iniciar la marcha en la barrera junto a la Cueva de Nerja.

Con estas, le sumaremos un extra de kilometraje al trazado, superando los 35km, por lo que a la cierta dificultad técnica en ciertos puntos, añadiremos la exigencia física necesaria para resolver la jornada.





La aproximación al Pinarillo prácticamente no merece atención especial, sólo tendremos en cuenta la bifurcación ya en sus proximidades, derivando nuestro camino a la izquierda y dejando a la derecha nuestros pasos en descenso del Cielo para el cierre.
Pasamos junto a las instalaciones del Pinarillo en busca del Barranco de la Coladilla, que cruzamos y avanzamos por la vereda, que tras alguna encrucijada, se dirige hacia la Fuente del Esparto.

Sobrepasada la fuente, ahora nuestro camino vira hacia la divisoria de aguas del Collado de los Apretaderos, atentos a un nuevo viraje hacia la vereda de la Cuesta de los Galgos.

Podemos seguir sin abandonar la vereda hasta meternos de lleno en el ascenso a la Comatocha, pero tenemos la opción a medio camino, de tomar una trocha que recorta el vaivén de la vereda principal, opción que tomamos con un desnivel más acusado.





De nuevo en la traza nos encaminamos hacia el Collado del Cerro del Águila, lugar desde donde atacaremos el tramo final de la Cuesta de los Galgos.
En este punto abrimos por primera vez las vistas al amplio valle del río Chillar y la dorsal que lo encierra al oeste. Mirada al sur hacia la franja litoral y descubrimos el sosegado valle del Barranco de la Coladilla, perfilando ya hacia levante la dorsal opuesta por la que cerraremos el trazado, con el pico el Cielo como última cumbre de referencia.





Retomamos la marcha, en fuerte ascenso y por senda bien definida, por la cañada que nos conduce al Collado de la Terriza, primera atalaya panorámica sobre el Barranco de los Cazadores, encajonado por los Tajos de la Soledad bajo nosotros y los de la Maceta al frente.
Completamos este primer ascenso hasta coronar los Tajos de la Comatocha y el Collado de la Puerta, ya con los Tajos del Almendrón en primer plano.





Nos encontramos en un pequeño collado con una de las mejores panorámicas de la sierra, dominando toda la cabecera del río Chíllar.
Continuamos ahora por una estrecha senda que nos hará desfilar a media ladera bajo la prominencia de la Torre del Almendrón y la arista a la solana del Almendrón, próximo hito del recorrido.





Vereda que se dibuja sobre el Barranco de los cazadores, salvando algunos torrentes que se precipitan desde la dorsal, y que de no abandonarla nos lleva al collado entre el Almendrón y los Tajos del Sol.
Nosotros, esperamos el momento en que podemos atacar la rampa que nos da acceso a la arista norte del Almendrón, abandonando la vereda y deshaciendo el corto ascenso por terreno descompuesto hasta situarnos sobre la dorsal.





Una vez arriba miramos al sur, ahora nos espera un recortado cresteo de ida y vuelta hasta el punto más elevado de los Tajos del Almendrón, tramo corto y técnico, con algunos pasos expuestos pero con una ejecución evidente.
Pisamos su cumbre, junto a un buzón montañero y ponemos la mirada y el rumbo de nuevo al norte. Al frente, la arista de tajos que nos lleva a seguir remontando la sierra.





Tras deshacer el cresteo, un rápido descenso nos devuelve a la vereda que nos traía desde la Puerta, sobre la encrucijada que nos lleva hacia los Tajos del Nido del Buitre, o a descender al Barranco de los Cazadores según la elección.

Ahora continuamos por un entramado de sendas poco definidas, siempre paralelos a la arista de tajos, volviéndose la aproximación más acusada conforme nos acercamos al Nido del Buitre. Aquí dividimos las vistas, al sur el camino recorrido sobre los Tajos del Almendrón, al norte la pared de los Tajos del Sol y bajo nosotros el omnipresente río Chíllar.





Toca hacer frente a los Altos de la Mina y sus Tajos del Sol. Seguimos avanzando por sendas poco definidas, con la misma tónica, y tomando como referencia la pared por la que accederemos a su parte alta.
Zona abrupta que atacamos por nuestra derecha y así evitar el plano inclinada que la define, dibujando una diagonal a media altura para alcanzar el acceso a la balconada de los Tajos del Sol.





A partir de aquí perdemos la vista a la dorsal encabezada por el Almendrón a nuestra espalda y se abre al frente la sucesión de cerros que coronan la parte alta de la cuerda.
Sobre la nava de los Altos de la Mina, el alomado Navachica se levanta sin muchas complicaciones sobre nuestras cabezas. Lo atacaremos directamente tal y como lo vemos en la panorámica.





Recortamos la distancia que nos separa de la cumbre del Navachica sin mucho esfuerzo, a la par que empeora la meteorología y empezamos a condicionar la marcha por las nubes bajas y el fuerte viento de poniente que azota la parte alta. Parada rápida y seguimos.





Mientras el temporal nos lo permite, seguiremos nuestro avance haciendo cumbre en los cerros que nos siguen apareciendo al paso, resultando bastante cómodo avanzar sobre sus alomadas dorsales. Entre nubes descubriremos por momentos las vistas al norte de la Almijara, no alcanzando la vista más allá de los límites del parque.





Ahora avanzamos rápido, teniendo en cuenta los tiempos de marcha y lo grácil del terreno, cerrando poco a poco la dorsal que nos conduce hasta el pico del Cielo.

Una vez tenemos la marcha rumbo al sur, una espesa niebla y una fuerte ventisca nos hace desistir de continuar por la línea de cumbres, optando por la vereda que va circundando la serie de cerros que tenemos por delante.
En algunos momento la traza se difumina, pero no abandonamos el sentido de la marcha en ningún momento, pisando por momentos tramos de vereda.





Por fin, entre la niebla, adivinamos la cruz que corona el Cielo desde la senda de los Altos de la Cuesta del Espartal, dejando atrás los pinos que sobreviven en estas latitudes de la sierra. Suave ascenso final a la cumbre del Cielo y su emblemática cruz. El fuerte viento nos obligará a una corta parada y un rápido descenso por la Cuesta del Cielo.





Desde aquí el trazado pierde importancia, pisando pista forestal una vez dejamos atrás las ruinas del Cortijo de la Cibila, hormigona a tramos, y que en un interminable descenso nos deja de nuevo en el carril de acceso al Pinarillo.





Con la noche cerrada, sólo nos basta desandar los primeros pasos de la mañana para retornar al punto de partida.

Nos vemos en las montañas.