Travesía circular Capilla y Huma (Sierras de Abdalagís y Huma)

En realidad nos encontramos con dos trazados circulares unidos en forma de 8, y que nos llevarán por la Sierra de Abdalagís y Sierra Huma, partiendo desde Valle de Abdalagís, y pasando por sus cumbres, Pico Capilla (1.185m) y Huma (1.191m).

Aparcamos a pocos metros pasada la entrada de Valle de Abdalagís, justo donde desemboca la calle por la que llegaremos a la vuelta. Ya preparados, deshacemos unos cuantos metros de carretera, pasamos el manantial de Abdalagís y buscamos un pequeño merendero junto a la carretera donde comienza nuestro sendero.
Siguiendo las marcas de las zonas de escalada, damos un pequeño rodeo hasta que el sendero nos obliga a empezar la subida con un giro a la izquiera y empezamos a ganar altura. Tras algunos zigzageos por la entrada del valle, siempre en contínua subida, nos topamos con la gran lapiaz inclinado de la Muela. Este tramo, sin sendero, no tiene dificultad alguna, sólo algo de precaución por las grietas y el esfuerzo del plano inclinado que forma y que nos lleva hasta las paredes del torcal. Se intuye un pequeño sendero, pero no hay dudas si vamos dejando las perdes a nuestra izquierda sin perder altura, y algunos metros más adelante ya nos encontramos bajo los espectaculares tajos y la cima de la Capilla a la vista. Nos movemos por la base de los tajos y tras una pequeña subida nos situamos en la base de la Capilla (hay un poste indicativo de cruce de senderos), de aquí podemos imaginar el camino de subida, con un primer tramo de ladera que tiene dificultad y el segundo ya sobre piedra (a libre elección) que con algunas trepadas te coloca justo en el pico, que aunque no tiene vértice geodésico, tiene un gran hito de piedras. Aquí disfrutamos de la cara norte de nuestro próximo objetivo, la Huma.
Deshacemos la bajada, igual que en la subida, por donde nos va pareciendo, hasta que localizamos un pequeño sendero que baja hasta el Cortijo de la Rejanada, en una suave bajada, pero tortuoso por la cantidad de aulagas que invaden el sendero, un mal menor. Ya en el cortijo nos refrescamos en su fuente, que aún en estas fechas saca un pequeño chorro de agua. De aquí cruzamos el sembrado para coger el carril que hay a pocos metros justo enfrente a los pies de la Huma, carril que tras ir perdiendo altura va a parar al carril que une Valle de Abdalajís y el Chorro.
...Ya en la pista, tomando dirección al Chorro, continuamos unos cientos de metros ya metidos en el pinar que baja hasta el embalse y en la primera curva cerrada a la izquierda tenemos el desvío del sendero que suba hasta la "escalera árabe". Ya este conocido tramo, típico de la subida a la Huma y compartido con multitud de escaladores, nos va deleitando primero con sus vistas, después con la famosa escalera (esta vez la veo más deteriorada de lo normal) y tras el último esfuerzo con las vistas de la cara sur de la mole de la Huma, con el cortijo de Campedrero a sus pies e intuyendo la falla (bautizada de los palmitos) por la que avanzaremos.
Tras cruzar el almendral del cortijo, llegamos al carril y a la izquierda, tras unos metros, tenemos el senderillo (entrada marcada con hito de piedra) que sube poco a poco hasta el comienzo de la falla, bastante entretenida en su subida y donde empezamos a acusar el desnivel y los km que llevamos. Finalizada la falla, seguimos por el sendero hasta el collado que separa las dos vertientes, vistas a los embalses, al desfiladero del caminito y al Tajo de Estudiante. Esta vez vamos a optar por la subida por la chimenea, así que seguimos el sendero (bastante claro), que nos situa justo a la entrada de la chimenea, la trepada correspondiente y ya por fín en la plataforma da la Huma.
Parada técnica para reponer fuerzas, y de nuevo en marcha hasta el vértice nos entretenemos en buscar fósiles (hoy damos con dos, marcados con waypoint).
Pasada por el vértice y ahora vemos la Sierra de Abdalajís y la Capilla desde la Huma, espectacular la vista y recordando el camino por el que hemos andado hace pocas horas.
Ahora nos toca bajar la cara norte y situarnos de nuevo entre las dos sierras, buscando de nuevo el Cortijo de la Rejanada y tomando la pista en bajada, pasando por la pista de vuelo de poniente y perdiendo altura, pero ganando vistas a ambos lados a cada paso cuando volvemos la vista atrás.
La pista se convierte en asfalto una vez llegamos a las primeras casas, ahora tenemos a nuestra izquierda los espectaculares tajos de la sierra que amenizan un poco la interminable pista (nos estamos volviendo alérgicos al asfalto). Tras unos pesados 5 km entramos al pueblo, que cruzamos por su parte alta justo hasta el aparcamiento.

...Una ruta dura por el desnivel, los km y el calor que hizo a ratos, exigente por la variedad de terrenos (acusadas pendientes, sobre rocas, trepadas, bajadas por terreno suelto, aulagas, calor, carriles...) y sobre todo espectacular por las vistas de las dos sierras el mismo día desde la perspectiva de su vecina.