Travesía circular desde Peña de la Cruz a los Riscos del Moro, desde Prado Negro (Sierra Arana)

 Travesía por la cuerda central del alargado macizo de Sierra Arana, línea de altos cerros, peñones y tajos que recorren de este a oeste la vertiente norte del Parque Natural de la Sierra de Huétor.
 En este trazado, y partiendo desde Prado Negro, recorremos las cumbres de la Peña de la Cruz, máxima cota de la sierra, el cerro Cabeza del Caballo y Jinestral, completando el recorrido por la parte alta sobre los Tajos de Medialuna y Riscos del Moro. A la vuelta, y remontando el morrón del Peñón de la Cruz, enlazaremos pistas forestales para volver al punto de partida.

 Como punto de inicio/fin del trazado circular tenemos la aldea de Prado Negro, donde tenemos algunas zonas habilitadas como aparcamiento, ya que en fin de semana es habitual las familias que visitan a la zona y los restaurantes.
Nuestro camino comienza junto a una fuente y un gran árbol, en la misma travesía del pueblo, tomando de momento la pista de hormigón que asciende entre casas y cultivos.
 De momento ganamos altura y abandonamos las últimas casas, pasando a pisar una vereda de tierra a la altura del depósito de agua. Aquí ya aparece la línea de la cuerda serrana que recorreremos, desde la Peña de la Cruz a los Tajos de Medialuna.

(Vistas de la cuerda desde la Peña de la Cruz a los Tajos de Medialuna, desde Prado Negro)

 Alcanzamos la última edificación en nuestro camino, junto a la pila y toma de agua del pueblo. A partir de aquí enlazaremos con la senda que recorre las faldas de la peña en dirección al Collado del Agua, donde daremos comienzo a la travesía.
Caminando bajo la peña, tenemos la opción de recortar hacia la cumbre, pero nosotros decidimos recorrer la senda hasta el mismo collado, disfrutando así de unos metros de cómodo llaneo.
 Sobre el collado, ahora sí, enfilamos el ascenso final, primero por una vereda marcada hasta un gran bloque de roca, punto donde viraremos en busca de la cara este de la peña por donde atacaremos la cumbre. Andaremos por veredas de animales a media ladera hasta toparnos con las primeras estribaciones rocosas.

(Acercándonos a la Peña de la Cruz)

 Desde aquí, con un ascenso por libre por la roca, con algunas pequeñas trepadas y evitando el terreno suelto que se amontona en algunos pasos, alcanzamos las espaldas de la Peña de la Cruz, divisando su vértice, y situándonos junto a él a la vez que disfrutamos de la blanca corona que luce hoy Sierra Nevada.
 Sin mucho trabajo hacemos cumbre, epicentro de las vastas panorámicas de las líneas de sierra, así como de la vecina Sierra de Huétor y su máxima cota, el Majalijar.
En dirección a nuestra marcha, empezamos a dibujar el trazado que sigue, con el cerro de Cabeza del Caballo al otro lado del Collado de Pedro Andrés.

(Cuerda de Sierra Arana, por los altos de la Peña de la Cruz)

 Proseguimos por la dorsal de la peña, ya en descenso, hasta tocar tierra firma en el amplio collado, volviendo a remontar hasta la misma base del prominente Cabeza del Caballo. Aunque desde el sur parece un pequeño peñón sobre la cuerda, resulta que viene a ser una dorsal transversal a la cuerda por su vertiente norte, y a modo de iceberg, sólo apunta a sobresalir el peñón del cerro.
Aunque el ascenso parece viable por algunos pasillos entre las rocas, lo más cómodo es rodearlo y ascender por su espalda, sin dificultad y alcanzando su escueta cumbre en pocos pasos.
 Situación privilegiada que nos brinda su cumbre, ahora con la Peña de la Cruz al este y el Cerro del Jinestral al oeste, próximo hito en nuestro camino.

(Peña de la Cruz, desde el morrón de Cabeza del Caballo. Detrás, los Altos de Majalijar)

 De nuevo, caminando por el collado que nos separa del Jinestral, nos acercamos a los tajos que amurallan el cerro, que se compone en una sucesión de cerros y pequeñas cuerdas, unas seis cotas diferenciadas, acotadas al sur por los Tajos de Medialuna.
Nada más situarnos bajo el tajo, buscaremos el paso practicable por la derecha, según la marcha, que nos permite situarnos sobre la dorsal. Aquí si tendremos alguna que otra trepada más entretenida, pero exenta de dificultad.
 Sobre la dorsal, con el camino recorrido a nuestras espaldas, nos espera un canchal de roca, sin sendero, que recorrerá toda la parte alta de la sierra y que no abandonaremos hasta el descenso de los Tajos de Medialuna.

(Riscos del Moro y Peñón de la Giganta, desde los altos del Cerro Jinestral)

&nbsoCon un avance algo más lento por el terreno, caminaremos por la parte alta, sumando los distintos cerros que nos llevan hasta la cota más alta del Jinestral.
Sobre la cumbre, ya aparece la planicie que se alarga en dirección este, bordeada en su cara norte por los verticales Riscos del Moro.

(Riscos del Moro y Peñón de la Giganta, desde los altos de los Tajos de Medialuna)

 Seguimos avanzando en dirección este, ahora caminando sobre los Tajos de Medialuna, al sur del cerro, y tras perder altura nos movemos sobre los tajos de los Riscos del Moro. Sobre los riscos, optamos por avanzar unos metros sobre la cornisa de los tajos hasta alcanzar lo que nos parece su cota más elevada.
Con la vista en los tajos destaca el Peñón de la Giganta.

(Vistas de los tajos de los Riscos del Moro)

 Aquí tenemos el punto de retorno, por lo que ahora nos moveremos de vuelta, abandonando la parte alta de los tajos y virando al sur en busca de un descenso práctico por los Tajos de Medialuna. Caminamos pegados a la vertiente sur y damos con lo que parece ser una rampa que desciende hasta la parte baja.
Comenzamos el descenso, zigzageando por la rampa, que resulta ser baste cómodo, tocando la parte baja de los tajos en menos tiempo de lo esperado.

(Vista de los Tajos de Medialuna)

 Ahora tenemos que ir enlazando veredas de ganado a fin de situarnos junto a la valla que divisamos más abajo. Pegados a la valla, igualmente por senda de ganado, tocaremos el carril terrizo que nos aparta de la sierra.
 Frente a nosotros, el morrón del Peñón de la Cruz, pequeña prominencia rocosa en las faldas de la sierra, y que tras ascenderlo, nos servirá de excelente mirador de toda la cuerda que acabamos de caminar.

(Vista de la cuerda de Sierra Arana, desde la PEña de la Cruz a los Riscos del Moro)

 Tras el peñón, iremos enlazando distintos carriles, pasando junto el Cortijo de Pedro Andrés y otras instalaciones a las afueras del pueblo.
A la altura de los restos del Cortijo de la Doncella, nos unimos a la pista forestal que engloba el sendero de pequeño recorrido entre Prado Negro y Sillar Bajo. Camino por el que volveremos cómodamente al punto de partida.

(En las inmediaciones del Cortijo de la Doncella, llegando a Prado Negro)

Nos vemos en las montañas.