Travesía Ermua-Santa Pola. Etapa 39: Corbalán-Baronía de Escriche-Castillo de Cedrillas-Cedrillas

Comienzo la ruta donde lo dejé ayer, en la plaza de la iglesia de la localidad de Corbalán. En esta ocasión, no pasaré entre medias por otras poblaciones, sino que iré directamente a mi destino, el municipio de Cedrillas.

Para ello, avanzo de primeras por una larga pista asfaltada, rodeado por varias arboledas, que al principio va cuesta abajo, pero que pronto empieza a ir cuesta arriba. No obstante, a lo largo del recorrido realizo numerosos sube-bajas, aunque ninguno son exigentes, ya que el desnivel y pendiente a superar es bajo.

Huvo un momento que me desvíe brevemente del camino para ascender un pequeño montículo de roca que me permitía disfrutar de una bonita vista de 180° de un macizo rocoso.

Sigo por la pista asfaltada, hasta llegar a una zona repleta de vacas, y al lado, varias casas y una ermita. Se trata de la Baronía de Escriche, un antiguo palacio donde vivía el Barón de Escriche. Para más información del lugar, visitar ésta web.
https://turismocomarcateruel.com/que-ver/mirando-atras/baronia-de-escriche-corbalan/

A partir de aquí, el terreno cambia y pasa a ser una pista de piedras. Vuelvo a ir cuesta arriba, hasta llegar a la máxima elevación de la ruta, unos 1500m. Antes el paisaje era algo boscoso, con mucho árbol, pero luego ya el entorno cambia por completo, yendo ya al aire libre, y pudiendo observar amplias zonas de campo de mucho colorido. También se ve alguna que otra montaña, pero en general se ve casi plano, apenas hay desnivel de un punto a otro.

El sendero sigue siendo cómodo, más ahora si cabe, alternando la piedra con la tierra. Me detengo un rato en un lateral, para observar de cerca un pequeño estanque. Esperaba encontrarme alguna rana, y vaya si había, un montón. Fotografiarlas no iba a ser tan sencillo, ya que la mayoría saltaban al agua cuando yo me acercaba. Pero al fin conseguí captar alguna.

Los siguientes km son más de lo mismo, subir y bajar pequeños repechos, y andar sobre cómoda pista, a ratos por arboledas y otros momentos, sobre todo al final, al aire libre. En uno de estos puntos, consigo observar a lo lejos lo que parece un castillo sobre un monte, y al lado, un pueblo. Pensaba que era Cedrillas, pero se trataba del vecino pueblo de Monteagudo del Castillo, el cual visitaré mañana en la siguiente etapa.

Camino cuesta abajo, hasta dar con la ermita de Santa Quiteria.
Luego, sigo en semillano, hasta ver ahora si mi destino, la localidad de Cedrillas, que también tiene un castillo.

Antes de adentrarme por las calles del pueblo, decido ascender en primer lugar al castillo. Avanzo por un sendero que rodea dicho lugar por la izquierda, primero cuesta arriba y luego cuesta abajo.
Hago un desvío, y enseguida llego a un cruce de caminos, ya con el castillo en frente, listo para llegar a lo alto.

Existen 2 itinerarios: el de la derecha apenas se usa, ya que está rodeado de vegetación y un poco de maleza, pero se puede andar con relativa comodidad. El de la izquierda es una ancha pista de piedras. Decidí ir por ambos sitios, yendo primero por la derecha, y luego bajar por el de la izquierda.

El castillo tiene 2 entradas, una secundaria por la parte más próxima a mi posición, y la principal en el lado opuesto. Curiosamente la principal estaba cerrada, así que tuve que entrar y salir por la secundaria.
En el interior del castillo no hay nada, lo único que queda en pie son sus murallas y una torre. Aún así, solo por las vistas que se observan cerca de la torre donde está la entrada principal y al lado de un vértice geodésico en una de las esquinas, ya merece la pena venir hasta aquí.

Luego, vuelvo sobre mis pasos, y deduciendo por el otro lado. Esta vez si, me dirijo hacia el interior del municipio de Cedrillas, el cual recorro casi en su totalidad, hasta llegar a la plaza de la iglesia y el ayuntamiento, donde concluyo esta sencilla y bonita ruta.