Travesía Hoyo del Toro y La Torca, desde el Boquete de Zafarraya (Sierra de Alhama)

Trazado circular que nos permite recorrer en travesía íntegramente la Sierra de Alhama, desde el Boquete de Zafarraya, y haciendo cumbre en sus hitos más señalados, el Mirador del Boquete, Cueva de los Cuaicos, Hoyo del Toro, Tajo del Cabrero y la Torca.

La primera vez que realizamos esta travesía, optamos la vuelta por el pinar a la umbría de la Torca y el camino entre huertas hasta Ventas de Zafarraya. En esta ocasión abandonamos la dorsal por la solana, descendiendo hacia la Hoya de la Majada de las Vacas y la cabecera del río Guaro. Cerramos el recorrido por el camino de Marchamona, la Gran Senda de Málaga y el trazado del GR7 sobre el antiguo trazado ferroviario.





Iniciamos la marcha en el aparcamiento del Boquete de Zafarraya, nada más abandonar el pueblo y antes de cruzar el umbral hacia la alta Axarquía malagueña.
Desde aquí, una zigzageante y mínima senda nos hace remontar la rampa hacia el Mirador del Boquete, acusado repecho donde ganamos las primeras vistas del amplio polje de Zafarraya.
Tras recuperar el aliento, un corto tramo sobre la loma nos conduce hasta la Cueva Orá y el Mirador del Tajo de la U. Ya nos encontramos en la parte alta de la estilizada dorsal de la Sierra de Alhama.





Damos la espalda a los tajos y comenzamos la travesía hacia la cumbre de Hoyo del Toro, avanzando los primeros pasos sobre la loma. Nos situamos ante un primer escollo de grandes bloques de roca, simplificando el avance unos metros por su flanco derecho según la marcha.
Al primer paso que vislumbramos la posibilidad de remontar, una rápida trepada nos vuelve a situar sobre la dorsal, avance cómodo y limpio que nos hace ganar los cerros que se nos van presentando.





Un día nuboso nos impide visualizar al frente la blanca caliza de la Torca, nuestra segunda cumbre de la jornada, pero una mirada atrás nos sorprende la silueta del macizo de Sierra Tejeda sobre el mar de nubes. De aquí en adelante el día nos irá alternando momentos sumidos en nubes bajas, con otros de claros que nos permitirán disfrutar levemente de las panorámicas a dos aguas que nos brinda este trazado.





Dejando atrás el tramo más agreste de lo que llevamos caminado, junto al collado que antecede a la cumbre del Hoyo del Toro, nos topamos con el acceso de la Cueva de los Cuaicos. Con los frontales, nos aventuramos unos metros por sus galerías, volviendo al desapacible clima tras la visita.





Pocos metros de ascenso nos separan del vértice geodésico del Hoyo del Toro.
Inmersos en una densa niebla, parada rápida y continuamos el avance por la dorsal.
Con escasos metros de alcance visual, el sentido de la marcha es evidente, aunque siempre es aconsejable en días como éste disponer de GPS para facilitar la tarea
En algún momento caminamos sobre una senda bien definida que nos acompañará hasta las proximidades del Tajo del Cabrero.





Sobre el tajo perdemos de vista el sendero y optamos por descender por la vía más directa hasta el collado de Veredas Blancas. Aquí, a pocos metros, el Mirador del Polje.

Continuamos por la corta transición hasta la caliza de la Torca, entrando de golpe en su ascenso sobre la áspera y blanca roca.
En los primeros metros de subida nos movemos sobre la roca, sin perder el punto de referencia de unos arbustos que tenemos al frente. Una vez alcanzamos esa zona de referencia, una marcada y empinada trocha nos llevará primero a ganar altura, alcanzando la dorsal un poco más adelante.





Aquí la marcha es más que evidente, y aunque seguimos caminando en las nubes, no tendremos duda alguna en al avance. La pendiente se suaviza, caminamos sobre roca y un gran hito de piedras nos adelanta la consecución final de este entretenido tramo.





Abandonamos de momento la roca, no por mucho tiempo, por eso aprovechamos el cómodo caminar por una franja tapizada paralela a la línea de cerros que se desmarcan en la sierra.
A nuestro paso, el pozo y la lagunilla de la torca del Pozuelo nos avisan de los metros finales de ascenso.





Completamos el ascenso al vértice de La Torca por el canchal calizo que forma toda su cumbre, y por el que caminaremos en buena parte del descenso.
Una tregua atmosférica nos regala las vistas de la vecina Sierra Tejeda y la Maroma, así como el polje de Zafarraya.
Al sur, sólo la cumbre del Chamizo despunta sobre las nubes por momentos, durará poco la tregua.





Para el descenso optamos por la vertiente sur de la sierra, sin dejar el canchal calizo de momento y caminando sobre la alomada dorsal que cae hacia el Puerto del Sol, nexo con la vecina Hoya de las Vacas, lugar donde nos adentraremos en la cabecera del río Guaro.





A primera vista se antoja un descenso asequible por el mismo lecho de la vaguada, confirmado una vez que caminamos por la agradecida senda que se dibuja a cada paso que damos.





Ganado buena parte del descenso, la vaguada se abre y el lecho parece tornar a barranco, momento en el que nosotros abandonamos su caída a nuestra izquierda.
De nuevo, tramo sin senda, donde nos viene bien tirar de GPS, para tener como referencia unos muros de piedra.

Una vez localizamos las ruinas, un nuevo sendero nos ayudará a completar la salida de la sierra, ahora moviéndonos rápidamente en la línea de los bancales de cultivo que conforman este flanco de la sierra.





Las ruinas de un cortijo y sus corraletas dan por completado el descenso, a la par que pisamos tierra firme en el camino de Marchamona, escueta aldea a la que llegaremos tras dejar de lado los tajos que caen de la Torca.





Cerramos el recorrido desde Marchamona, siempre por camino terrizo, pisando tramos de la Gran Senda de Málaga, y culminando la travesía por el antiguo trazado del ferrocarril, hoy englobado el el sendero de gran recorrido del GR7.
Nada más pasamos el túnel junto al Boquete retornamos al punto de partida.

Nos vemos en las montañas.