Travesía por el Monfrechu: Santianes d'Ola - Monfrechu - Juyandongu - Santianes del Agua

Para esta travesía por el Monfrechu fuimos con dos coches, dejando uno en Santianes del Agua, que seria donde acabásemos la travesía, y moviéndonos con el otro a Santianes d'Ola, punto desde el que iniciamos la ruta.

El inicio de la ruta es como ya se ha dicho desde Santianes d'Ola por pistas muy marcadas que se internan en el macizo rodeando la primera peña por el lado izquierdo según miramos la ladera del pueblo. Por esta pista primero llegaremos a un collado, que con el día que nos toco tenia unas vistas espectaculares, y de ahí sigue hasta unas brañas, con cercados y cabañas. De ahí nos toca ir en dirección este, subiendo directamente la ladera del monte, sin camino claramente marcado, para llegar tras un trecho a la semimeseta que constituye la parte superior de esta sierra, y por la que cresteando llegaremos a nuestro primer destino, el pico Monfrechu.

Las vistas desde el pico son impresionantes. venos gran parte de la costa asturiana, viéndose incluso el espigón del puerto de Gijón. También en la costa se ven claramente las sierras litorales del Sueve y el Cuera, ya que estamos entre ambas. Y hacia el interior se ven imponentes los tres macizos de Picos de Europa, con una cercanía impresionante.

Tras el bocata en la cumbre iniciamos la bajada por la cresta para ir en dirección al Juyandongo, que se ve claramente y nos guía. Por la cresta el camino es bastante abrupto, y aunque se puede hacer sin demasiada dificultad, en la vaguada entre los dos picos decidimos salirnos a un camino mucho mas marcado que tenemos hacia la derecha y que nos llevara mas rápido al segundo pico de este monte.

El Juyandongo no tiene nada que envidiar en cuanto a vistas al Monfrechu, y parece que incluso se ven mejor los Picos de Europa por un lado y la ria de Ribasesella por el otro. Tras disfrutar de las vistas y hacer algunas fotos iniciamos el descenso, siguiendo un poco la cresta por la que llegamos y bajando por una ladera de hierba bastante inclinada hacia la izquierda algo más adelante. Aquí el camino hay que inventárselo un poco, aunque no tiene excesiva dificultad y siempre tenemos a la vista la loma hacia la que hemos de dirigirnos para continuar el descenso.

Tras bajar esta ladera salimos a un pequeño pinar que nos encamina hacia unos prados en la cresta de la loma en la que nos encontramos y que hemos de seguir para ir a dar finalmente a una ancha pista que nos llevara camino abajo. La pista se hace algo pesada aunque como se camina rápido, en un momento estamos ya en los bosques del valle de Santines del Agua, que poco después nos sacan al pueblo mismo donde tenemos nuestro segundo coche.

Una ruta preciosa con un día despejado como el que tuvimos.
Ni muy dura, ni técnica, el único problema puede ser no ver muy bien el camino, pero llevando track no supone ninguna dificultad.