Travesía Sierra Blanca y Sierra Canucha (de Istán a Monda)

Travesía integral de Sierra Blanca y Sierra Canucha. Trazado lineal que nos llevará entre los pueblos de Istán y Monda, recorriendo la quebrada dorsal de ambas sierras, moviéndonos desde la costa al interior. A su paso tocaremos las cumbres de la Concha (1.215m), Lastonar (1.275m), Cruz de Juanar (1.184m) y Picacho de Castillejos (1.238m), además de recorrer los parajes del Salto del Lobo, olivar de Juanar, Puerto de la Viborilla. el Pinsapar de los Cuchillos de Canucha y Cueva Santa de Monda.

 En esta travesía será necesario contar con dos vehículos, dejando uno en la entrada a Monda, junto al panel informativo al que llegaremos al fin de la jornada. Con el otro, tras más de 30 minutos de curvas, nos acercaremos a Istán, optando con la plaza alta del pueblo como punto de partida, aunque podríamos dejarlo algo más arriba en el aparcamiento del desahuciado Hotel Altos de Istán.

Lo dicho, una vez abandonamos el coche en la plaza alta de Istán, comenzamos a subir hacia la sierra, dejando de lado el polideportivo, la entrada al paraje del Coto y por último, las instalaciones del Hotel Altos de Istán.
Una vez pisamos la vereda del arroyo de los Molinos, perteneciente a la senda que une Istán y Ojén, haremos caso a las balizas que nos orientan a la subida a la Concha, primero con un desvío a la derecha y de seguida otro a la izquierda, ya no abandonaremos esta senda hasta coronar la misma dorsal de Sierra Blanca.
Sin cesar, iremos ganando altura por las cañadas que caen sobre el Embalse de la Concepción, sobrepasando varios collados antes de adentrarnos en la cañada del Castillejo. Una vez tocamos las rocas de su barranco, emprendemos el ascenso final hasta la cuerda, alcanzando el collado sobre la loma de los Corralillos, que ahora sí nos llevará rápidamente hasta la parte alta.





Conseguida la dorsal, sobre la senda de Sierra Blanca, viramos sobra la arista hacia la Concha. Como trataremos un tramo lineal de ida y vuelta, a la ida me quedo con el cresteo, dejando para la vuelta la senda que se dibuja a escasos metros.
Tendremos por delante un cresteo sin complicaciones, panorámico y muy estético por el lugar privilegiado de la sierra, siembre con la arista enmarcada con las azules aguas del mar Mediterráneo.
Completamos la arista sobre el espolón de la Concha, junto al banco solidario de la asoc. Piel de Mariposa y las vistas sobre la Costa del Sol, momento en que podremos decir que comenzamos la travesía que nos espera el resto de la jornada.





Comenzamos, damos la espalda a la costa, y recorremos a la inversa el cresteo, pasamos por el collado donde entramos a la dorsal y continuamos por la quebrada cuerda de la sierra.

Avanzamos hacia el interior, dejamos atrás un corto paso con cadenas sin mucha historia y nos aproximamos al cerro del Lastonar, punto alto de la jornada y la sierra, aunque olvidado a la sombra de la emblemática Concha.
Para hacer cumbre, abandonaremos por unos minutos la marcada vereda y por un terreno sin senda, pero cómodo, alcanzamos el hito de su cumbre. Punto estratégico en el trazado, ya que desde aquí podemos dibujar buen parte del recorrido que nos queda por delante, a la vez que vamos perdiendo de vista en terreno pisado no hace mucho.





De vuelta a la vereda. continuamos por el paso del Salto del Lobo, magnífico tramo de senda a la umbría de su tajo, y que si bien, en un punto existen cadenas, se supera sin más dificultad, a no ser que nos encontremos el piso resbaladizo.
Desde aquí, las vistas al amplío valle de río Verde y el macizo del Torrecilla nos acompañan hasta superar el collado y enfilar el ataque al morrón de la Cruz de Juanar.

Auque se sale de la línea serrana, es inevitable hacer este otra cumbre emblemática de la Costa del Sol, en nuestro caso, en travesía oeste-este, superando la atalaya en el Puerto de Marbella, agradable pista forestal que recorre el llano de Juanar.





Durará poco el paseo, ya que de momento abandonamos la pista, atravesamos el pintoresco olivar de Juanar, su denso y altivo pinar, y emprendemos el ascenso al Puerto de las Viborillas, collado serrano que nos hará de puertas a la travesía de Sierra Canucha.





Corto y acusado ascenso hasta el puerto, compartiendo trazado con la vereda del arroyo de los Molinos que desciende de vuelta a Istán. Nosotros, atentos al cruce, dejamos de lado el descenso y viramos por la senda hacia Sierra Canucha, mirando de reojo al cerro de la Fulaneja, fuera del circuito, y salvando el paraje de la Viborilla al enlazar con la senda del Pozuelo.





Sobre la nueva vereda, que nos entra por la derecha desde el mismo Refugio de Juanar, nos entretendremos en rodear el cerro de Gurapalo, al que no ascenderemos en esta ocasión por motivos evidentes.
Esta bonita senda nos llevará por su ladera noroccidental hasta el mismo Puerto del Pozuelo, desde donde se puede atacar el Gurapalo por su flanco y arista norte.
Pero nosotros le damos la espalda y enfilamos la escueta senda, que tras un nuevo corto pero acusado ascenso, nos permite alcanzar el collado del Picacho de los Castillejos, momento en el descubrimos el reducto de pinsapos del Pinsapar de los Cuchillos, a la par que la muralla pétrea de los Cuchillos de Sierra Canucha.





Antes de continuar con la travesía, ascendemos al Picacho de los Castillejos, corto tramo sobre roca que nos ofrece una panorámica de excepción sobre la arista del los Cuchillos.
El sol racheado al sur nos impide descubrir la línea de cerros que hemos ido dejando atrás durante la travesía, así que nuestra mirada, en lo que queda, se "limitará" al frente de la marcha.





Lugar idóneo para una parada técnica, pero el día se acorta y no hay otra que completar el trazado.
De vuelta al collado, nuestra estrecha vereda recorrerá toda la vertiente occidental de Sierra Canucha, pero sin duda yo me quedo con las primeras cañadas, donde el magnífico Pinsapar de los Cuchillos se aferra a la sierra mirando altivo a la solana de la Sierra de las Nieves.





Nuestro camino recorrerá cada una de las cañadas que se desploman al noroeste, un magnífico tobogán bajo las paredes de los Cuchillos, dejando atrás el pinsapar y pasando a pisar una sierra despoblada y abarrotada de matorral.
Así, a contraluz, perdemos de vista el Alto de Canucha, y sobre su loma recorremos los últimos metros sobre la dorsal.

Nuestros pasos abandonan la parte alta, nuestro camino se torna al este en descenso hacia Casa Pula, por lo que tendremos que prestar atención en estos metros, ya que no tardaremos mucho en adivinar la tapada vereda que nos lleva a Monda.
Vereda, a veces difusa e infestada de aulagas, que nos hará sufrir el descenso a estas alturas de ruta, intentando deshacernos de este tramo lo más rápido posible con las últimas luces del día.





Por fin pisamos tierra firme sobre el camino de Cueva Santa de Monda, que dejaremos de lado a escasos metros de nuestra marcha, ya con el tiempo ajustado a los minutos de luz.
Después de cruzarnos con el Camino de Istán, sólo nos quedará remontar un tramo de calzada del camino de Cerro Gordo y completar el recorrido en el punto donde dejamos el coche, en la entrada a Monda, a primera hora de la mañana.

Nos vemos en las montañas.