Tres Aguas, Tejo de Zarzabala y Cascada de los Chapatales.

3 de Enero del 2022

IBP Index :
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Primera ruta para subir a Wikiloc, que no primera del año 2022.
Muchas veces, dónde menos lo esperamos surge una buena caminata, un recorrido sorprendente, como nos ha ocurrido en esta ocasión. La idea original era ascender hasta Pozo Negro desde Tres Aguas, pero por falta de tiempo, y una climatología un tanto adversa en la zona alta, el plan se modificó sobre la marcha y acabamos visitando el gran Tejo de Zarzabala.

Nos dirigimos con nuestro vehículo hasta la localidad de Fresneda de La Sierra Tirón. Tomamos una pista forestal en la base del Puerto de la Pradilla, que se interna hacia la montaña en sentido Sur. Pasamos el área recreativa de Las Zarras, y aproximadamente un km más adelante llegamos al refugio de Tres Aguas, punto de inicio de la ruta.

Nos ponemos en marcha, comenzando la andadura por la pista que remonta el Barranco de Pozo Negro, con componente E. La pista es muy cómoda, con una pendiente suave, pero continua. Avanzamos con el arroyo siempre a nuestra izquierda, acompañados de forma mayoritaria por el bosque de hayas, con algún pino suelto, casi anecdótico.

Llegamos a una primera divisoria de caminos, dónde tomamos el camino de la derecha. Encontramos aquí los primeros postes indicadores de Pozo Negro y del Tejo, en el mismo sentido de la marcha. Con la idea puesta en la pequeña laguna glacial, seguimos hacia arriba, con una pendiente un tanto más exigente.

Llegamos a una marcada curva a derechas. Miramos el reloj, miramos el tiempo que hace arriba,...la niebla está ganando terreno. Desestimamos la idea del ascenso a Pozo Negro (senda a la izquierda), y decidimos seguir por la pista hacia arriba, con un nuevo objetivo: el Tejo de Zarzabala.

Seguimos por la pista ganando altura rápidamente, y observando pequeños tejos en las orillas del camino, entre una vegetación variada, con pinos, acebos, algo de haya... Llegamos a una zona en la que la pista va recobrando la horizontalidad, alcanzando el punto de máxima altitud del recorrido, a medida que nos introducimos en pleno hayedo. Nos encontramos un tejo enorme en el margen derecho, que ya nos hace imaginar cómo será el que vamos buscando.

Finalmente desembocamos en un pequeño claro, donde la pista algo más estrecha, gira a izquierdas para empezar un breve descenso hasta alcanzar las aguas del Barranco de Zarzabala.
Los últimos metros antes de alcanzar el arroyo, así como los posteriores tras vadearlo, son un auténtico lodazal,....de los de meter la bota hasta el tobillo. Son pocos metros, pero dicho queda. Otra cosa a tener en cuenta, es que cruzar el arroyo en este punto y en esta época del año, es una aventura, debido al caudal del pequeño río que baja con fuerza. No es difícil acabar mojándose los pies.

Tras el paso del río, tomamos una trocha, de nuevo hacia arriba, y con pendiente considerable. Hay algún hito de piedra, y la verdad que tampoco hay mucha alternativa que de lugar a dudas. De nuevo la pendiente se suaviza, hasta casi ser nula, y vamos siguiendo marcas de todo tipo, hitos, flechas, pintadas amarillas....No obstante, y ante tanta y confusa información, no hay pérdida, y la trocha se va reduciendo a una estrecha senda, un single track, muy incómodo en los últimos metros antes de llegar al Tejo de Zarzabala, un arbusto de medidas descomunales, digno de ser visitado, al menos una vez en la vida.

Breve parada, fotos de rigor y rápida toma de decisiones. Los únicos postes indicadores, (que además diré que son escasos para mi gusto en todo el trazado), y que nos señalan la localidad de Fresneda, lo hacen por el mismo camino por el cual vinimos hasta este punto. Pero,....como ya nos conocemos y nos va la marcha, más por intuición y sentido de la orientación propio, que por otra cosa, una vez más a la aventura.

De esta manera decidimos bajar desde el Tejo, hasta el arroyo. La senda, muy desdibujada, (casi es un campo a través), es relativamente corta, pero muy incómoda de bajar. A medida que perdemos altura, encontramos más hitos de piedras, lo que nos lleva a pensar que no vamos mal encaminados.

Alcanzamos por segunda vez el arroyo de Zarzabala. Y ahora sí, el camino se empieza a ver más claro. Cruzamos el arroyo siguiendo esta vereda, en varias ocaciones: unas veces por puentes artesanales que son un cúmulo de ramas, otras veces por puentes de madera y troncos más elaborados.

Para nuestra tranquilidad, en nuestro camino volvemos a encontrar un poste indicador que nos señala Fresneda. Vamos bien !!!. La senda cada vez es más clara y simplemente nos dejamos llevar, perdiendo altitud paulatinamente. Nos empezamos a cruzar con algún senderista, que busca nuestro mismo objetivo, pero realizando el itinerario de manera inversa.

A medida que nos acercamos a la confluencia de este barranco con el de Rehoyo, este se encañona ligeramente formando algún pequeño salto de agua. Justo en la unión de estas aguas encontramos un cartel indicador de una pequeña cascada a unos escasos 25 metros de la desembocadura del arroyo Zarzabala. Visita obligada de este paradisíaco lugar. Se trata de la Cascada de los Chapatales.

Seguimos el curso del río, y tras pasar un puente sobre el mismo, alcanzamos la pista principal que en aproximadamente medio km nos devuelve al refugio de Tres Aguas.

Satisfechos, llegamos al punto de inicio, tras haber realizado un recorrido improvisado, por una zona desconocida al menos para mí. La visita al Tejo de Zarzabala, es un aliciente de un recorrido de una gran belleza paisajística, y que tiene un poco de todo. A veces los cambios de recorrido, tienen su recompensa !!!

Tiempo real en movimiento 2 h 51'

La ruta aquí descrita, así como los tracks para gps, son orientativos. Queda bajo la responsabilidad de quién la realice, tomar las medidas de seguridad apropiadas para el itinerario, que dependerán de las condiciones climatológicas, así como la preparación tanto técnica como física de la persona que la lleve a cabo. Quede bien claro que todo lo indicado (track y comentarios) es meramente a nivel informativo y sin ningún otro tipo de ánimo, eximiéndose el autor de responsabilidad alguna, ante cualquier percance que pudiera sufrir quién por voluntad propia o inducida realice la ruta.