Tres Dedos por el portillo de Avellaneda.

Desde Anzo de Mena subimos hasta la cueva de Santa Cecilia para posteriormente continuar hacia la derecha bajo los murallones de la Peña, hasta llegar al portillo de Avellaneda. A través del cuál pasamos a la otra vertiente de la Peña para llegar al portillo del Polvero por el que descendemos hasta Anzo. En el trayecto entre portillos pasaremos por varias cimas siendo las más destacadas: Tres Dedos (con su viejo buzón en forma de helicoptero) y la Peña Complacera (con su buzón de los aros olímpicos).

El ascenso hasta la cueva es empinado y físicamente exigente. Los últimos metros se realizan por terreno herboso muy inclinado y carente de camino. Resbaladizo y húmedo. A partir de la cueva y hasta el portillo de Avellaneda encontramos el terreno más incómodo, aunque físicamente no es muy exigente, por mantenernos en la misma cota, no hay camino y la progresión entre la vegetación es incómoda. En esta zona el pantalón largo se agradece.

El portillo de Avellaneda sin ser técnicamente difícil, sí tiene cierta exposición, resulta resbaladizo (a evitar con mal tiempo o tras lluvias recientes) y puede resultar peligroso si no se acierta con el paso correcto. De las dos opciones que ofrece el portillo (que tiene forma de W), la más recomendable es la V de la izquierda aunque pueda parecer más evidente la de la derecha. Para encontrar el paso haremos una vira a la izquierda, bordeando un par de árboles, para salir a terreno herboso. Nos será de utilidad tratar de discernir pisadas ocultas por la vegetación. A continuación encontraremos un hito escondido y un par de clavijas en un resalte de aproximadamente un metro de altura que nos hará poner las manos. Se puede pasar perfectamente sin usar las clavijas, pero verlas nos ayuda a confirmar que vamos por el buen camino. A partir del resalte las dificultades decrecen hasta salir por arriba a la otra vertiente.

Una vez en la cima del portillo continuaremos por el cordal en dirección al Pico para pasar por Tres Dedos y llegar al portillo del Polvero. En él, una barrera metálica de color rojizo nos confirmará que estamos en el portillo correcto. Siguiendo el camino que allí mismo comienza podremos descender hasta el depósito de aguas de Anzo y de allí al propio pueblo.

Excursión circular muy completa y bonita, pero para gente acostumbrada a la montaña, con experiencia y sin vértigo. Buena parte de la ruta discurre por zonas agrestes carentes de camino. Evitar con mal tiempo. Extremar las precauciones en el portillo de Avellaneda.