Turmo. Estós. Ibonet de Batisielles. Escarpinosa. Ibones de Perramó. Gran Batisielles. Cabaña Santa Ana. Puente San Jaime

El verano es una buena época para visitar el Pirineo pero en algunos puntos se cierra el acceso a determinados caminos, lo que alarga la aproximación a los puntos de salida de las rutas. Para compensar existe la posibilidad de utilizar un taxi o, donde los hay, un autobús que nos deje más cerca del inicio de ruta. Ambos tipos de vehículos pueden ser usados en modo ida y vuelta o en un solo sentido, lo que da mayor flexibilidad al caminante.
La ruta de hoy utiliza la aproximación en taxi 4x4 al punto de salida (la Cabaña del Turmo, poco antes de llegar al Refugio de Estós, y de donde no puede pasar el taxi), dejando antes un coche aparcado en el parking del Puente San Jaime, al principio de la pista de Estós, donde terminará la ruta a pie que hemos diseñado para hoy.
Inicialmente no habíamos contemplado pasar por los ibones de Perramó, pero uno de nosotros tenía mucho interés en hacerlo, así que extendimos la ruta sobre la marcha, pasando a los pies de las tres agujas y al lado de los varios ibones que llevan ese nombre..
Empezamos a caminar por el GR-11 en la Cabaña del Turmo, atravesando la cerca que cierra el paso en esa zona, para seguir por la ribera del río Estós, atravesando La Trabinada y la Pleta del Cantal para llegar a las cercanías del Refugio de Estós, donde cruzamos el río por un puente e iniciamos la vuelta por la ladera opuesta siguiendo ahora el sendero GR-11.2, para ir cruzando la Pleta del Pino, en la falda del Montidiego, y seguir luego por Comangarcía hacia el Ibonet de Batisielles. Esta parte de la ruta, muy bella por las vistas de río, bosque y montes, es relativamente larga (casi 7 km), pero bastante suave con pendientes moderadas, que no suponen un gran esfuerzo; nosotros encontramos preferible utilizar esta ruta en lugar de las que suben directamente desde el camping de Estós hacia el ibonet..
Nuestra previsión de seguir desde el ibonet de Batisielles hacia los ibones de Escarpinosa por el GR-11.2, que en esa zona sigue aproximadamente el trazado de la Aigüeta de Batisielles, resultó justificada por completo por un maravilloso paisaje, aunque hemos de admitir que aquí aumenta algo la pendiente, que todavía es asequible, aunque los kilómetros siguen cayendo y para cuando llegamos al ibón de Escarpinosa ya estamos en 8,5. Las vistas son aquí fantásticas, pero alguien guarda la sorpresa de que ha visto una interesante ruta de Innisfree (7827209), que pasa por los ibones de Perramó, dando un pequeño rodeo, con un desnivel añadido moderado. Algo raro pasó a continuación, porque en lugar de argumentar que mejor lo dejábamos para otros días o que ya teníamos bastante, dado lo que quedaba por delante, asumimos que pasando una cuestecita estaríamos en el collado y ya habríamos completado el añadido a la ruta.
Bueno, nos ponemos en marcha, porque ya se sabe que para acabar haciéndolo mejor no pierdes el tiempo discutiendo, y rodeamos los ibones de Escarpinosa, para llegar a la base de la pedrera que se extiende por debajo de la Aguja de Serisueles. Mas o menos penosamente (la subida es dura) subimos unos 250 metros por un caos de piedra hasta llegar al pie de la Aguja de Chuisé, para luego continuar hasta el ibón de Perramó. Pero todavía quedaban cuestas, así que seguimos a continuación hacia el ibón chico de Perramó, para luego pasar por detrás de la Aguja de Perramó y emprender el descenso por la zona conocida como Las Agullas, para alcanzar el ibón de la Aigüeta de Batisielles. Esta zona es muy bonita, pero la roca omnipresente sólo se mezcla con el agua, y la vegetación está ausente.
Desde ahí el camino continúa en un descenso relativamente cómodo hacia el ibón Gran de Batisielles. Es un poco tarde, pero ya hemos atravesado la parte añadida que creemos más problemática, y es momento de descansar un rato y de que los incondicionales aprovechen las instalaciones de baños en ibón (juran que el agua no estaba muy fría, pero debe ser un problema psiquiátrico).
Al cabo nos ponemos en marcha, para hacer un descenso largo e incómodo, que 3 miembros del grupo hacen a toda velocidad, mientras el resto va más lentamente condicionados por el dolor de rodilla de uno de nosotros, que naturalmente empeora rápidamente en estos descensos, Pero hay planes que no cambian (sobre todo si no tienes alternativa prevista), así que primero bajamos hasta el ibonet de Batisielles, y luego continuamos, eso si por un precioso bosque, hacia La Muscuruela y la Vereda de Estós, para después seguir hasta la Cabaña Santa Ana y después continuar por la pista que baja primero al Embalse de Estós, luego al Puente de San Jaima y finalmente al parking donde hemos dejado el coche.
Las fotografías dan sobrada información sobre la belleza de los lugares por los que hemos pasado. Los datos de longitud y desnivel que hemos recogido me parecieron optimistas inicialmente; mi impresión era que habíamos andado varios km más de lo que marcaba el GPS, pero sin embargo la medición concurrente del Garmin de luis.perecruz es muy similar y analizados los datos de la ruta de Innisfree parecen también muy similares, así que no es que la ruta sea más larga, posiblemente solo es lo suficientemente más dura como para que nos pareciese mucho más larga.
En cualquier caso, una ruta exigente, como mínimo difícil, salvo para personas jóvenes en óptimo estado de forma. Aún así una ruta espléndida, realizable por muchas personas con cierto entrenamiento, pero siempre teniendo en cuenta la dureza de la ruta y una dificultad técnica superior, aunque no exagerada. Excelente calzado de montaña, mucha agua y algo de comida y bastones nos parecen muy recomendables. La exposición solar es muy alta y en estas zonas la climatología puede cambiar mucho en poco tiempo. Si es un senderista experto el GPS puede ser suficiente, preferiblemente en grupo; si no lo es no se arriesgue, no intente la ruta o si quiere hacerla busque un guía o un grupo de montañeros con cierta experiencia y pida que le dejen unirse al grupo. Mientras la hacíamos nos pareció muy dura, pero unos días después de haberla hecho miramos hacia atrás con orgullo y satisfacción: ha sido la etapa reina de nuestro tour de Pirineos en este año.