Txarlazo desde la Virgen de La Antigua por el Portillo del Fraile

Preciosa y espectacular ruta relativamente corta (no llega a los diez km) y un desnivel positivo acumulado discreto (601 m), pero con unas panorámicas impresionantes, que a pesar de las veces que he subido por distintos itinerarios y portillos a las cimas de esta sierra Salbada, no dejan nunca de impresionarme.

Desde hace varios días hemos sufrido unos vendavales tremendos, y cuando ha cesado un poco el viento a llover. Pasa la correspondiente DANA (ahora llaman así a los distintos frentes nubosos, ventosos y lluviosos) y viene otra de inmediato. Será porque estamos en primavera y esto tiene que ser así. Sin embargo para el día de hoy anunciaban un día primaveral los oráculos metereológicos, soleado y con temperaturas suaves, y por supuesto, cero lluvias. Y así ha sido. Por ello se me ha ocurrido hacer una ruta desde Orduña, una ruta que no hacía desde hace mogollón de años: Llegar al Txarlazo desde la Virgen de la Antigua subiendo por el portillo del Fraile y bajar por su ruta normal. Vengo solo porque algunos de mis amigos están por ahí de "vacatas", otros tiene obligaciones imperiosas que cumplir, y a otros no les apetece un pelo pegarse los madrugones que me pego para estar en el monte cuanto antes y retornar a casa cuanto antes, y así me da tiempo para todo.

Tengo que comentar algo importante antes de comenzar la descripción de la ruta: casi todos los portillos de acceso a la sierra Salbada desde el valle son bastante duros, transitan por tramos aéreos en laderas abiertas y verticales, o se asciende en general por senderos a veces inexistentes, difíciles, con piedrilla suelta y yerbas altas, que si ha llovido o hace mucho viento se convierten en un peligro aún mayor.

Los pasos a todo lo largo de la sierra desde las distintas poblaciones o aldeas del valle, a saber: Aloria, Artimaña, Delica, Tertanga, Orduña, Lendoño de Arriba, Agiñiga, Salmantón, Añes y Ahedo, son un total de 22, de los cuales tres son carreteras: La Barrerilla, Puerto de Orduña y Puerto de Angulo. De los 19 portillos restantes que se pueden subir a pie, 9 son considerados como pasos "fáciles": Monte San Pedro de Urkabustaiz y los portillos de Unzá, Bagate, Berceta, La Rasa, Goldetxo, la Berenilla, Menérdiga y Aro, 4 son considerados "normales": portillo de Atezabal, senda del Paso Malo, y los portillos de Atatxa y del Abate, y 6 son considerados "difíciles": portillos del Pico Castillete, Arando, El Fraile, Bedarbide, de las Escaleras y el Puerto Viejo de Angulo, entre estos uno es considerado "muy difícil", que es el portillo de las Escaleras. (Fuente: Artículo titulado "Los pasos de la Sierra Salbada" de José M. Yarritu publicado en el n° 336 de Pyrenaica, una joya). Las dificultades en general están propiciadas por la inexistencia a veces de sendas, de pendientes muy fuertes, de senderos con piedrilla suelta o abundantes yerbas laterales que tapan el sendero, o transitan por laderas muy verticales con un enorme espacio abierto a nuestras espaldas o a nuestro lado que a veces da vértigo o "agorafobia". Esto hace que no todo el mundo que va al montes normales esté capacitado o preparado, y no solo físicamente, para superar estos portillos o caminar por esas verticales laderas, al menos los considerados difíciles, por lo que desde estas letras rogamos encarecidamente que ante la más mínima duda no intenten subir por ellos y accedan solamente a los considerados "normales" e incluso mejor, a los "fáciles".

Después de esta información y recomendación vamos a la descripción de la ruta. Parto desde la la iglesia de la Antigua, en Orduña. Si alguien tiene dudas de cómo llegar, Google Maps nos lo soluciona perfectamente. Aparco al lado del Santuario de la Virgen de la Antigua y tras poner wikiloc en marcha arranco por el camino normal que sube hacia la Virgen de Orduña. Hay que seguir hacia arriba cruzando recto la carretera que va hacia Lendoño, siguiendo de frente por pista cementada. En la pista hay que seguir derecho y hacia arriba, aunque hay un sendero a pocos metros a la derecha que sube paralelo durante un rato. Llegamos enseguida a una especie de bifurcación: una pista que sigue a la derecha y hacia arriba o un camino herboso que sigue recto. Elijo el camino herboso, que pisar yerba fresca es mucho mejor que pisar cemento, aunque ambos confluyen un poco mas arriba, llegando a una "ataka" o paso canadiense para evitar el paso del ganado. Sigo recto hacia arriba, llegando al poco a un cruce señalizado con carteles amarillos, en el cual yo sigo de frente.

El camino, o mas bien pista, sigue hacia arriba trazando alguna curva en la que no hay desvío alguno, hasta que tras unas decenas de metros después de una curva cerrada a la derecha, parte una camino amplio y claro que va hacia la izquierda, por el hay que seguir. Por tanto, abandono la pista en ese punto y giro a la izquierda. Hasta aquí llegaré en el descenso del Txarlazo por su camino normal.

El camino que cojo llega enseguida a una bifurcación, eligiendo el camino herboso de la izquierda, que poco a poco se va convirtiendo en sendero, llegando a otra bifurcación, eligiendo ahora seguir hacia la derecha, por el camino mas claro y diáfano. A partir de ahora el sendero va a ir bordeando la inclinada ladera de la falda del monte, saliendo a espacio abierto y pasando por zonas bastante aéreas, aunque se puede andar sin dificultad, pero sin tonterías. Veo algunas tímidas rayas de color naranja bastante desleídas en alguna piedra y algún kairn que nos dicen que vamos por camino correcto. Tras otro rato de andadura, en la que de vez en cuando hay que pararse para admirar el impresionante paisaje, con los farallones pétreos cayendo a plomo sobre el valle de Tertanga y oyendo el bucólico y lejano tintineo de las esquilas de las ovejas, llego a una barrerilla alambrada que evita el paso del ganado. Cruzo el portillo y a los pocos metros veo dos sendas, una que sigue horizontal y otra que sube hacia la derecha, que es la que elijo. Entiendo que la otra es un sendero de animales. Sigo por ella entrando cada vez más en la garganta y acercándome a la mole del pico del Fraile, que veo cada vez mas cercana y a mi derecha.

La senda se empieza a empinar dentro de la garganta y a volverse tortuosa para salvar las rocas. Es un sendero zigzagueante y muy exigente, que va superando un gran desnivel. En el paredón de mi izquierda, bastante arriba, veo que algún pastor ha tapiado una oquedad en la roca, seguramente como refugio del ganado, imagino que caprino. Voy subiendo con mucho esfuerzo por la vertical senda hasta superar la altura del pico del fraile. Me paro para admirar el paisaje que se ve desde arriba, es espectacular y sobrecogedor, y saco alguna foto. La parte alta de la garganta, lo que es el portillo en sí mismo, es un bonito zigzag corto pero precioso, que llega al poco a una puerta metálica giratoria en una alambrada que protege al ganado de caerse al vacío.

El camino llano, ya por arriba del corte, sigue pegado a la alambrada, girando con ella hacia la derecha para ir desviándose un poco hasta alcanzar la amplia pista de piedrilla, que por la izquierda continua en dirección a la Virgen del Orduña. Hay que ir por ella un rato hasta abandonarla siguiendo de frente cuando la pista traza una curva a la izquierda. Sigo por un camino con grandes piedras incrustadas que se dirige recto hacia la Virgen, que se ve ya cercana. Tras unos centenares de metros llego a la mole que sostiene la gran imagen de la Virgen de Orduña, montada en un tronco enramado que simula un árbol de piedra, y que por cierto, este monumento es también una representación de la Virgen de la Antigua. Ahora no se puede acceder a su interior, pero varias veces, cuando veníamos de jóvenes en tren desde Bilbao para subir hasta aquí, hemos podido acceder dentro sin problema alguno.

Tras sacar las ineludibles fotos a la Virgen, al buzón del Txarlazo y al valle de Orduña, abro el cajoncito del buzón y veo que contiene una tarjeta de tres montañeros del G.M.Goikogane de Laudio, que me la guardo para devolvérsela por correo.

Y tras echar unos buenos tragos de agua y comer un poco de fruta arranco hacia abajo. El descenso no tiene pérdida, ya que es bajar por la ruta normal que sube desde Orduña, por la que hemos subido y bajado numerosas veces. Rodeo gran la estructura base de la Virgen y alcanzo el amplio camino pedregoso que baja un poco hacia la derecha hasta el portillo de Goldetxo. Hay unas señales en la salida (o entrada, según se mire) del portillo. El portillo es un canal estrecho excavado entre la roca de unas decenas de metros, con una valla metálica para evitar el paso de ganado, y que enseguida termina en un camino pedregoso que tras dos curvas nos deja al lado de la "Goldetxo Iturria" o Fuente de Goldetxo, con una mesa de piedra y un abrevadero con fuente generosa de la cual bebo todo lo que puedo, a morro, aunque hay un katilu.

El amplio camino sigue hacia abajo sin pérdida alguna trazando varios zigzags. En uno de ellos con curva hacia la derecha, junto a una torre metálica, parte una camino de frente que conduce hacia "Fuente la Choza", otro punto crítico y clásico desde donde partimos para subir al portillo de Bedarbide o al Toloño por la senda Negra. Mas abajo veremos también otra desviación hacia Fuente La Choza.

Sigo bajando con tranquilidad por el amplio camino sin intentar buscar atajos para los zigzags, que los hay, y varios, trazando adrede y con gusto bajo el gran hayedo, todas las curvas del camino hasta pasar al lado de una borda situada a la derecha, es el refugio de San Bítores. Sigo mi camino y al poco llego al cruce donde me he desviado a la mañana en la subida para ir hacia el portillo del Fraile. Ahora sigo de frente, bajando exactamente por el mismo camino de subida hasta llegar a la Virgen de la Antigua, donde he dejado el coche. Fin de la ruta.

Han pasado solamente tres horas desde que he salido y me parece que en este tiempo he vivido sensaciones montañeras y paisajísticas tan espectaculares, variadas e intensas que me parece que ha pasado el doble de tiempo. Ruta totalmente recomendable que he calificado como de dificultad moderada por el sendero tan aéreo que lleva hasta la garganta del portillo y por la senda tan vertical que hay que subir hasta él, andando y ascendiendo siempre con mucha cautela y sentido común. No es una ruta de senderismo al uso. El o la que desee subir hasta arriba del todo, hasta la Virgen, y quiere evitar lugares con cierto peligro o tiene vértigo, puede contentarse con subir por el camino normal que es por donde he bajado yo, y pasará una mañana montañera maravillosa, sin excesivos esfuerzos y admirando maravillosos paisajes, y sin exponerse en absoluto.