Ubide-Hayedo de Otzarreta-Barrios de Ipiñaburu, Jauregi y Ortuzar-Zeanuri

Aprovechando que durante las últimas 2 semanas apenas ha caído una gota de lluvia por nuestro territorio, he querido desplazarme hasta Ubide, una zona en el que andar en seco por los alrededores resulta casi misión imposible, ya que buena parte del recorrido está cubierto por bosques muy húmedos y cerrados, que impiden el paso del sol, y por tanto dificulta el que se puedan secar los senderos.

Comienzo pues en la parada de bus del pequeño pueblo de Ubide o Ubidea. Paso al lado del ayuntamiento y de la iglesia, lugar donde se haya un cartel que cuenta la historia de un antiguo camino real, cuyo origen es desconocido aunque se dice que durante la Edad Media se utilizó mucho a modo de ruta comercial, conectando quizás con varios puertos del litoral vizcaíno.

Hoy tenía intención de recorrer dicho camino. Por ahora, sigo avanzando por pista asfaltada durante 1km, y otro medio por pista de piedras. Es al final de dicho camino cuando en teoría empieza el famoso camino real. Pero el panorama que te encuentras es un bosque totalmente negro al frente, sin ver camino o sendero alguno. Ante esta situación, las dudas llenan mi cabeza, y me pregunto si quiero continuar por ahí.

Yo llevo unas jornadas en el que mi planteamiento es, "anda toda la distancia que quieras, pero por terrenos cómodos, 0 complicaciones". Justo a la izquierda partía otro sendero, así que entre ir a ciegas en un bosque sombrío (que a saber si estaría embarrado hasta los topes) o ir por a priori un sendero en condiciones, decidí hacer lo segundo. Y sin entrar en grandes detalles, he de decir que fue un error, ya que dicho sendero se alejaba mucho de mi objetivo, y el terreno al final fue empeorando tanto que no me quedó otro remedio que volver atrás y continuar por el bosque sombrío. Para no confundir al personal, he decidido crear un track a mano, eliminando el mencionado error, y dejando solo a la vista el camino correcto.

Al final el camino real no fue tan chungo como me lo parecía al principio. Un bosque cerrado, si, al principio camino inapreciable, también, pero luego la cosa mejoró bastante (en parte). Al fin hizo aparición un fino sendero de tierra/hierba que ascendía suave pero cómodamente entre el denso bosque. Incluso tuve la oportunidad de disfrutar de alguna pequeña vista por el lado izquierdo, de los cercanos montes Eneabe y Upeta.

Unos metros mas adelante, es cuando pude ver lo que el cartel del pueblo hacía mención, el camino real, o lo que queda de él. Se trata de una especie de calzada romana, con adoquines que en caso de estar el suelo húmedo o mojado al pisarlo resbala bastante. Digo eso de "lo que queda de él" porque muy poco queda ya de lo que antes era el camino real, únicamente sigue teniendo importancia en el aspecto histórico, por los muchos siglos que han pasado y por la función que tenía.

Continúo ascendiendo, aunque enseguida llega un momento en el que el camino se allana. Ahora, avanzo por un bonito bosque de árboles de gran altura, que no son pinos, quizás abetos douglas?. En este punto me encontré el panorama mas desagradable para la vista. El sendero estaba inundado y repleto de ramas, completamente impracticable. Por fortuna, yendo por el lado derecho, entre los "abetos", se podía seguir adelante sin problemas, siempre sin perder de vista el sendero original.

Después el camino comienza a picar para abajo, abandono aquella arboleda, y enseguida el camino se ensancha un poco y gana en calidad, aunque aun con algún que otro charco a los lados (menos mal que ha hecho mucho calor y no ha llovido nada en 2 semanas).
Mas adelante, llego a otro claro, mucho mas amplio, donde me detengo varios minutos vara disfrutar del precioso entorno y de las vistas. Por el lado izquierdo, se puede observar el macizo del Gorbea en su máximo esplendor y al lado el macizo de Itxina. Al frente, se ve las praderas y bosques de la zona en las inmediaciones del Humedal de Saldropo. Y a la derecha, se ven las crestas cimeras del macizo de Anboto. Todo esto acompañado de un numeroso grupo de caballos tomando el sol. ESPECTACULAR!.

Prosigo la marcha, cuesta abajo por cómodo sendero de piedras, hasta llegar a un punto en el que el firme pasa a ser una carretera. Estoy en un punto clave de la ruta, en el famoso y precioso Hayedo de Otzarreta. Obviamente no desperdicio la oportunidad y me adentro un poco en él. Sin palabras, una maravilla de lugar. No es que sea un lugar inmenso, para nada. Aquí habrá alrededor de 100 hayas, 1 arroyo, y especialmente en Otoño, una gran multitud fotografiando el lugar. De hecho, este hayedo es uno de los mas fotografiados de todo Euskadi. Hoy por fortuna solo estábamos 3 pelaos en ese momento, así que pudimos disfrutar de todo el bosque sin nadie que pudiera estorbarnos. Intentaré volver aquí en Otoño, porque si ya es un espectáculo verlo en Primavera, cuando las hojas caigan y el suelo esté teñido del típico marrón o rojizo... sin palabras.

Tras un importante parón de a saber cuanto tiempo y tras sacar un porrón de fotos, prosigo la marcha volviendo a la carretera y yendo en dirección al Puerto de Barazar.
No llegaré a dicho puerto sino que abandonaré la carretera haciendo un giro brusco a la izquierda y seguir por una ancha pista de piedras. Ahora me dirijo hacia el barrio de Ipiña o Ipiñaburu.

Sigo perdiendo altitud, ahora de manera considerable, pero el sendero es cómodo y sencillo de principio a fin. A ratos puedo disfrutar de unas preciosas vistas del Gorbea y de parte del valle próximo a mi destino, Zeanuri junto con el embalse de Arratia y varias montañas a lo lejos.

Al final del camino, giro a la izquierda y en pocos minutos llego al barrio de Ipiña o Ipiñaburu (no se si son 2 barrios distintos o se llama de ambas formas a todo el conjunto de casas de la zona). En este barrio se encuentra la primera de las 3 fuentes que hay a lo largo de la ruta, al lado de la ermita de Santiago Apostol.

Sigo por la izquierda, a través de otra carretera. Paso al lado de otro conjunto de casas, todavía perdiendo altitud, aunque de forma mas modesta, hasta llegar a un par de edificios. Unos metros antes de llegar a dicho edificio, hay que hacer un giro brusco a la derecha.
Poco después hay 2 senderos que llevan al mismo sitio, pero que a simple vista se ve que la calidad de los caminos son muy diferentes. El que va de frente (el sendero mas corto) está aparentemente en mal estado, y el que va a la izquierda (sendero mas largo) se ve en óptimas condiciones.

Una vez mas, siguiendo mi norma personal, avanzo por el camino de mejor calidad, independientemente de la distancia a andar (siempre y cuando haya una conexión con mi destino). Ésta vez si mi apuesta salio bien. Es un camino largo, ascendente en su mayoría pero de muy buena calidad de principio a fin, es una gozada andar por aquí. Ademas, en varios momentos, por el lado derecho, disfruto de bonitas vistas del entorno.

Como decía antes, mientras haya conexión con el rumbo principal, no hay problema. Al final del sendero conecto con el otro camino de mas atrás. Giro a la izquierda y sigo hacia delante, llegando al final del mismo hasta una segunda ermita, la de San Juan Bautista.
Aquí hay otro cruce de caminos. Ambas conducen hasta mi destino, el pueblo de Zeanuri. El de la derecha es mas corto y acaba en las inmediaciones del embalse de Arratia. El de la izquierda, un poco mas largo, se aleja mas de la localidad, pero se adentra a su vez por mas barrios y pasa por otra ermita.

Ya que aun me encontraba bien físicamente, y tenía ganas de marcha, opté por ir por el camino largo, hacia la izquierda.
Avanzo por una ancha pista de piedras en suave pero constante ascenso, hasta que el camino vuelve a bajar. Por un momento, disfruto de otra bonita vista, con el monte Larragana cerca, y al fondo, los imponentes montes Leungana y Eskuagatx.

Varios minutos después, llego a la tercera y última ermita (y fuente) del día, la de San Justo y San Pastor.
A partir de aquí, lo que resta de ruta es coser y cantar. De principio a fin camino por una carretera que me lleva al barrio de Jauregi (aquí con magníficas vistas de la parte alta de la sierra de Anboto casi al completo, junto con el también imponente monte Urrekoatxa, y al barrio de Ortuzar (aquí con otra preciosa vista del pantano de Arratia y su entorno).

Por último, desciendo unos últimos metros por la carretera, con bonitas vistas del pueblo de Zeanuri por la izquierda, hasta llegar al centro de dicha localidad, donde lo recorro parcialmente, hasta llegar a la parada de bus y dar por finalizada esta bonita e interesante ruta.


El tiempo total dedicado a esta ruta ha sido de 7h y 28min. Un tiempo bastante elevado, pero que tiene su explicación. En primer lugar perdí algo así como 1h recorriendo los 3km de distancia extra que tuve que andar para ir y volver por el camino erróneo. Y por otro lado, también he dedicado mucho tiempo en disfrutar de los numerosos parajes y miradores naturales de la zona, especialmente en el hayedo. Eso, sumado a mi lento andar (que empieza a ser una costumbre en mi últimamente, el confinamiento me ha jodido pero bien) ha hecho que el tiempo final haya sido muy elevado.
Para aquellos que no se anden "con tonterías", un tiempo realista podría ser alrededor de 5h, o incluso menos.