Uclés - Monasterio - Castillo - Calzada Romana y Batalla de la guerra de la independecia
near Uclés, Castilla-La Mancha (España)
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Itinerary description
Iniciamos la ruta en la misma puerta del monasterio de Uclés, en cuya explanada se puede dejar perfectamente el coche.
Damos la vuelta completa al monasterio y tras disfrutar del entorno y de las panorámicas desde este punto decidimos ir a buscar el casco histórico y el castillo.
En este recorrido destacan unas cuantas edificaciones, entre ellas las tres torres (dos en la parte más cercana, al norte de la fortaleza y unidas por un puente alto, que se conocen como torres del Palomar y del Póntido; la tercera torre, situada al sur y de mayor tamaño es la Torre Albarrana, o Torre del Homenaje). Las torres están unidas imaginariamente por un lienzo de muralla, construido en el siglo XII y ahora recién rehabilitado.
En el exterior podemos ver un gran edificio, aún no rehabilitado, donde estaban las caballerizas y que fue construido con sillares traídos desde Segóbriga, algunos de los cuales muestran relieves ornamentales de época visigoda. Existe además un poderoso recinto amurallado, construido en sillarejo y bastante bien conservado a pesar de no haber sido rehabilitado.
El conjunto fortificado impresiona; a sus pies, en 108, tuvo lugar la batalla de los Siete Condes (donde murieron el heredero de Alfonso VI y los siete infantes de Lara, a manos de los almorávides).
Por detrás de la Torre Albarrana vimos una traza de sendero que seguía la ladera de la Sierra de Altomira, prolongándose en las Lomas de Valdehondo, en cuya parte alta vimos una pequeña torre en ruinas, posiblemente resto de una torre de vigilancia.
Seguimos por el sendero para encontrar que en algunos puntos se ampliaba en un camino de piedra tallada, con huellas del paso siglos atrás de carros cargados que no es otra que la calzada romana entre Segóbriga y Complutum.
Seguimos adelante y nuestra senda sigue una especie de vaguada entre rocas, que al principio nos impresionan como una especie de muralla semiderruída, y en varios lugares aparecen en el suelo parches de roca tallada por los carros. Seguimos así hasta el Portillo de la Recua, donde la calzada parece atravesar un pequeño collado entre rocas, tal vez para dirigirse más directamente hacia La Calzada y Segóbriga.
Vamos siempre por la linde de un campo bien labrado que no nos deja girar a la izquierda para encarar el torreón hasta que se acaba justo a una pequeña pendiente y entonces aquí decidimos atrochar y andar a veces por un pequeño sendero hasta llegar al torreón.
Por el cordal de ese pequeño altozano decidimos volver al pueblo disfrutando de excelentes vistas desde el otro lado al Castillo y el Monasterio.
Callejeamos por el pueblo y disfrutamos de muchas de sus construcciones históricas, nos cruzamos con blasones en las puertas, puertas de acceso a la muralla, la muralla, casas señoriales, la formidable iglesia, la fuente de los cinco caños, el área recreativa junto al río Bedija. Un fantástico entorno y recorrido plagado de huellas de nuestra historia y recogido en carteles en el pueblo para que no nos perdamos ningún rincón.
En un extremo del pueblo se encuentra el Sepulcro, en una loma que para acceder se pasa por una calle en cuyos laterales aparecen cruces señalando las etapas de un Vía Crucis, para llegar al final al Sepulcro, excavado en la roca, y sobre el cual se dispone un pequeño recinto con varias cruces. Aquí se ofician algunos actos religiosos durante la semana santa y está dedicado al culto desde 1751.
La última parte de la ruta, es encarar hacia la loma que hay a las fueras del pueblo junto a la carretera de acceso desde Tribaldos desde no sólo hay excelentes vistas del pueblo, sino que uno se encuentra donde años atrás tuvo lugar la batalla en la guerra de la independencia entre españoles y franceses.
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https://ucles.es/
El Municipio
Uclés es un pequeño municipio, cuyo origen se remonta a la prehistoria, en el que han quedado huellas de un pasado romano, visigodo, árabe y cristiano.
La primera impresión de Uclés es la que contemplamos desde el cerro del Portillo, donde podemos admirar enfrente el altozano monumental, con una serie de edificaciones que permiten revivir la historia. A la izquierda, en el norte, el Monasterio coronando el conjunto, al que siguen las torres del Pontido y el Palomar, unidas por un puente y un lienzo de muralla y al sur, la torre Albarrana. A los pies del conjunto está la muralla, que sigue un trazado en diente de sierra, y debajo de ésta, la huerta cercada con una tapia y atravesada por el río Bedija, en cuya orilla aún queda un molino. Al norte se ven edificaciones de la localidad que se extiende por la ladera este del monasterio.
La riqueza histórica, la tranquilidad de su entorno natural y la acogida de sus gentes, hacen que nuestro pueblo tenga un encanto especial, que incitan al viajero a recorrer sus calles, disfrutar de su gastronomía y alojarse en los establecimientos locales, teniendo como colofón la visita al monasterio.
Historia
Durante la ocupación árabe se convirtió en un importante enclave estratégico. La Uqlis musulmana fue uno de los bastiones de la Marca media de Al-Andalus, haciendo de atalaya y fortificación fronteriza ante la Castilla cristiana.
En 1108, durante el reinado de Alfonso VI, se produjo la batalla de Uclés o de los Siete Condes, que supuso la derrota del ejército cristiano por las tropas almorávides de Tamim ben Yusuf. En ella murió Sancho Alfonsez, heredero de Alfonso VI, junto con más de 3.000 cristianos.
Pasó a manos cristianas en el año 1157, y en 1174 Alfonso VIII y Leonor de Plantagenet donan la villa y el castillo a la Orden de Santiago, con D. Pedro Fernández de Fuenteencalada como primer maestre de la Orden, siendo desde entonces la casa principal de ésta: Caput Ordinis.
El conjunto se transforma en un convento fortaleza, que irá remodelándose según las necesidades de la orden y de los tiempos históricos. La construcción del monasterio actual comienza en 1529 en la fachada este, y finalizará en el siglo XVIII, en la fachada principal.
Destacados personajes están ligados a nuestra historia local, como el poeta Jorge Manrique que recibió sepultura en la antigua iglesia del convento en 1479, junto a su padre, el maestre de Santiago D. Rodrigo Manrique. También Francisco de Quevedo, que estuvo preso en el convento y Alonso de Ercilla, que residió en Uclés, durante su noviciado para profesar como caballero de la Orden.
En la historia contemporánea, durante la guerra de la Independencia, el 13 de enero de 1809 tuvo lugar la batalla de Uclés, saldada con la derrota española y el saqueo de la villa.
El Monasterio
El Monasterio de Uclés, sede histórica de la Orden de Santiago, se asienta sobre el cerro a cuyos pies se encuentra el pueblo. Este lugar fue primitivamente un antiguo castro celtibérico, después una alcazaba árabe y tras la Reconquista se convirtió en la sede “caput ordinis” de la Orden de Santiago. La obra del nuevo convento comenzó el 7 de Mayo de 1.529, reinando Carlos V y concluyó en 1.735 durante el reinado de Felipe V, tras 206 años de construcción.
El edificio es de planta cuadrada con un patio central y muestra tres estilos arquitectónicos distintos: plateresco, herreriano y churrigueresco.
En la fachada de levante, el refectorio o “Sala Grande” y la sacristía se construyen entre 1.529-1.550, siendo un exponente del estilo plateresco conquense donde se puede ver la huella de Andrés de Valdelvira. En la Sala Grande es digno de mencionar el rico artesonado con casetones octogonales y efigies de caballeros, tallado en madera de pino.
La iglesia se realiza gracias al impulso del rey Felipe II, de estilo herreriano puro. Entre los diversos arquitectos que participan en el proyecto y dirección destaca el conquense Francisco de Mora, quien dirigió las obras desde 1.587 a 1.609. El retablo del altar mayor fue obra de Francisco García Dardero (el actual es una réplica del original) y está presidido por un cuadro obra de Francisco de Ricci, pintor de cámara de Felipe IV (1.670), representando a Santiago en la batalla de Clavijo.
En la fachada norte de estilo herreriano, destaca una portada monumental de dos cuerpos, al igual que la del pie de la iglesia, en el ala oeste del monasterio.
El claustro construido en el siglo XVIII, es de grandes proporciones y de estilo barroco, tiene dos alturas, el bajo está abierto y el alto cerrado. En el patio central destaca el aljibe con majestuoso brocal barroco, que muestra en su parte superior el escudo real, por uno de los lados y por el otro el escudo de la Orden de Santiago.
La escalera imperial de estilo barroco tiene escalones de una sola pieza, en el primer piso se divide en dos brazos, y destaca por la forma que se encajaron los arcos del claustro alto y bajo.
La fachada orientada al sur, es una obra del S. XVIII, atribuida a Pedro de Ribera, discípulo de Churriguera, según consta en una inscripción se finaliza en el año 1.735. El vano de la entrada tiene cuatro pilastras, dos a cada lado y numerosos elementos decorativos: cruces, leones, guerreros, trofeos, ángeles, caras monstruosas etc… Un balcón corrido y en la parte superior destaca una imagen con una inscripción en su peana: «Caput ordinis» (cabeza de la Orden), para referirse a este monasterio como casa madre de la Orden de Caballería de Santiago.
El monasterio y los restos de la fortaleza fueron declarados Monumento Nacional el 3 de junio de 1931. En 2003 se amplió la protección a su entorno y fue declarado BIC. Desde Marzo de 2019 el edificio tiene gestión privada.
Gracias a la iniciativa de la Fundación Fernando Núñez, que nació en el verano de 2020, se ha puesto en marcha un proyecto de revitalización y difusión de los valores históricos y culturales del Monasterio y la villa de Uclés. El edificio se ha convertido en un laboratorio cultural, que realizará a lo largo de los próximos años exposiciones, espectáculos, conferencias y eventos gastronómicos.
El primer proyecto de esta nueva etapa es MDU RE_NACIMIENTO, que mediante el uso de instalaciones audiovisuales y una cuidada iluminación incitan al visitante a realizar sus propias interpretaciones artísticas.
Damos la vuelta completa al monasterio y tras disfrutar del entorno y de las panorámicas desde este punto decidimos ir a buscar el casco histórico y el castillo.
En este recorrido destacan unas cuantas edificaciones, entre ellas las tres torres (dos en la parte más cercana, al norte de la fortaleza y unidas por un puente alto, que se conocen como torres del Palomar y del Póntido; la tercera torre, situada al sur y de mayor tamaño es la Torre Albarrana, o Torre del Homenaje). Las torres están unidas imaginariamente por un lienzo de muralla, construido en el siglo XII y ahora recién rehabilitado.
En el exterior podemos ver un gran edificio, aún no rehabilitado, donde estaban las caballerizas y que fue construido con sillares traídos desde Segóbriga, algunos de los cuales muestran relieves ornamentales de época visigoda. Existe además un poderoso recinto amurallado, construido en sillarejo y bastante bien conservado a pesar de no haber sido rehabilitado.
El conjunto fortificado impresiona; a sus pies, en 108, tuvo lugar la batalla de los Siete Condes (donde murieron el heredero de Alfonso VI y los siete infantes de Lara, a manos de los almorávides).
Por detrás de la Torre Albarrana vimos una traza de sendero que seguía la ladera de la Sierra de Altomira, prolongándose en las Lomas de Valdehondo, en cuya parte alta vimos una pequeña torre en ruinas, posiblemente resto de una torre de vigilancia.
Seguimos por el sendero para encontrar que en algunos puntos se ampliaba en un camino de piedra tallada, con huellas del paso siglos atrás de carros cargados que no es otra que la calzada romana entre Segóbriga y Complutum.
Seguimos adelante y nuestra senda sigue una especie de vaguada entre rocas, que al principio nos impresionan como una especie de muralla semiderruída, y en varios lugares aparecen en el suelo parches de roca tallada por los carros. Seguimos así hasta el Portillo de la Recua, donde la calzada parece atravesar un pequeño collado entre rocas, tal vez para dirigirse más directamente hacia La Calzada y Segóbriga.
Vamos siempre por la linde de un campo bien labrado que no nos deja girar a la izquierda para encarar el torreón hasta que se acaba justo a una pequeña pendiente y entonces aquí decidimos atrochar y andar a veces por un pequeño sendero hasta llegar al torreón.
Por el cordal de ese pequeño altozano decidimos volver al pueblo disfrutando de excelentes vistas desde el otro lado al Castillo y el Monasterio.
Callejeamos por el pueblo y disfrutamos de muchas de sus construcciones históricas, nos cruzamos con blasones en las puertas, puertas de acceso a la muralla, la muralla, casas señoriales, la formidable iglesia, la fuente de los cinco caños, el área recreativa junto al río Bedija. Un fantástico entorno y recorrido plagado de huellas de nuestra historia y recogido en carteles en el pueblo para que no nos perdamos ningún rincón.
En un extremo del pueblo se encuentra el Sepulcro, en una loma que para acceder se pasa por una calle en cuyos laterales aparecen cruces señalando las etapas de un Vía Crucis, para llegar al final al Sepulcro, excavado en la roca, y sobre el cual se dispone un pequeño recinto con varias cruces. Aquí se ofician algunos actos religiosos durante la semana santa y está dedicado al culto desde 1751.
La última parte de la ruta, es encarar hacia la loma que hay a las fueras del pueblo junto a la carretera de acceso desde Tribaldos desde no sólo hay excelentes vistas del pueblo, sino que uno se encuentra donde años atrás tuvo lugar la batalla en la guerra de la independencia entre españoles y franceses.
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El Municipio
Uclés es un pequeño municipio, cuyo origen se remonta a la prehistoria, en el que han quedado huellas de un pasado romano, visigodo, árabe y cristiano.
La primera impresión de Uclés es la que contemplamos desde el cerro del Portillo, donde podemos admirar enfrente el altozano monumental, con una serie de edificaciones que permiten revivir la historia. A la izquierda, en el norte, el Monasterio coronando el conjunto, al que siguen las torres del Pontido y el Palomar, unidas por un puente y un lienzo de muralla y al sur, la torre Albarrana. A los pies del conjunto está la muralla, que sigue un trazado en diente de sierra, y debajo de ésta, la huerta cercada con una tapia y atravesada por el río Bedija, en cuya orilla aún queda un molino. Al norte se ven edificaciones de la localidad que se extiende por la ladera este del monasterio.
La riqueza histórica, la tranquilidad de su entorno natural y la acogida de sus gentes, hacen que nuestro pueblo tenga un encanto especial, que incitan al viajero a recorrer sus calles, disfrutar de su gastronomía y alojarse en los establecimientos locales, teniendo como colofón la visita al monasterio.
Historia
Durante la ocupación árabe se convirtió en un importante enclave estratégico. La Uqlis musulmana fue uno de los bastiones de la Marca media de Al-Andalus, haciendo de atalaya y fortificación fronteriza ante la Castilla cristiana.
En 1108, durante el reinado de Alfonso VI, se produjo la batalla de Uclés o de los Siete Condes, que supuso la derrota del ejército cristiano por las tropas almorávides de Tamim ben Yusuf. En ella murió Sancho Alfonsez, heredero de Alfonso VI, junto con más de 3.000 cristianos.
Pasó a manos cristianas en el año 1157, y en 1174 Alfonso VIII y Leonor de Plantagenet donan la villa y el castillo a la Orden de Santiago, con D. Pedro Fernández de Fuenteencalada como primer maestre de la Orden, siendo desde entonces la casa principal de ésta: Caput Ordinis.
El conjunto se transforma en un convento fortaleza, que irá remodelándose según las necesidades de la orden y de los tiempos históricos. La construcción del monasterio actual comienza en 1529 en la fachada este, y finalizará en el siglo XVIII, en la fachada principal.
Destacados personajes están ligados a nuestra historia local, como el poeta Jorge Manrique que recibió sepultura en la antigua iglesia del convento en 1479, junto a su padre, el maestre de Santiago D. Rodrigo Manrique. También Francisco de Quevedo, que estuvo preso en el convento y Alonso de Ercilla, que residió en Uclés, durante su noviciado para profesar como caballero de la Orden.
En la historia contemporánea, durante la guerra de la Independencia, el 13 de enero de 1809 tuvo lugar la batalla de Uclés, saldada con la derrota española y el saqueo de la villa.
El Monasterio
El Monasterio de Uclés, sede histórica de la Orden de Santiago, se asienta sobre el cerro a cuyos pies se encuentra el pueblo. Este lugar fue primitivamente un antiguo castro celtibérico, después una alcazaba árabe y tras la Reconquista se convirtió en la sede “caput ordinis” de la Orden de Santiago. La obra del nuevo convento comenzó el 7 de Mayo de 1.529, reinando Carlos V y concluyó en 1.735 durante el reinado de Felipe V, tras 206 años de construcción.
El edificio es de planta cuadrada con un patio central y muestra tres estilos arquitectónicos distintos: plateresco, herreriano y churrigueresco.
En la fachada de levante, el refectorio o “Sala Grande” y la sacristía se construyen entre 1.529-1.550, siendo un exponente del estilo plateresco conquense donde se puede ver la huella de Andrés de Valdelvira. En la Sala Grande es digno de mencionar el rico artesonado con casetones octogonales y efigies de caballeros, tallado en madera de pino.
La iglesia se realiza gracias al impulso del rey Felipe II, de estilo herreriano puro. Entre los diversos arquitectos que participan en el proyecto y dirección destaca el conquense Francisco de Mora, quien dirigió las obras desde 1.587 a 1.609. El retablo del altar mayor fue obra de Francisco García Dardero (el actual es una réplica del original) y está presidido por un cuadro obra de Francisco de Ricci, pintor de cámara de Felipe IV (1.670), representando a Santiago en la batalla de Clavijo.
En la fachada norte de estilo herreriano, destaca una portada monumental de dos cuerpos, al igual que la del pie de la iglesia, en el ala oeste del monasterio.
El claustro construido en el siglo XVIII, es de grandes proporciones y de estilo barroco, tiene dos alturas, el bajo está abierto y el alto cerrado. En el patio central destaca el aljibe con majestuoso brocal barroco, que muestra en su parte superior el escudo real, por uno de los lados y por el otro el escudo de la Orden de Santiago.
La escalera imperial de estilo barroco tiene escalones de una sola pieza, en el primer piso se divide en dos brazos, y destaca por la forma que se encajaron los arcos del claustro alto y bajo.
La fachada orientada al sur, es una obra del S. XVIII, atribuida a Pedro de Ribera, discípulo de Churriguera, según consta en una inscripción se finaliza en el año 1.735. El vano de la entrada tiene cuatro pilastras, dos a cada lado y numerosos elementos decorativos: cruces, leones, guerreros, trofeos, ángeles, caras monstruosas etc… Un balcón corrido y en la parte superior destaca una imagen con una inscripción en su peana: «Caput ordinis» (cabeza de la Orden), para referirse a este monasterio como casa madre de la Orden de Caballería de Santiago.
El monasterio y los restos de la fortaleza fueron declarados Monumento Nacional el 3 de junio de 1931. En 2003 se amplió la protección a su entorno y fue declarado BIC. Desde Marzo de 2019 el edificio tiene gestión privada.
Gracias a la iniciativa de la Fundación Fernando Núñez, que nació en el verano de 2020, se ha puesto en marcha un proyecto de revitalización y difusión de los valores históricos y culturales del Monasterio y la villa de Uclés. El edificio se ha convertido en un laboratorio cultural, que realizará a lo largo de los próximos años exposiciones, espectáculos, conferencias y eventos gastronómicos.
El primer proyecto de esta nueva etapa es MDU RE_NACIMIENTO, que mediante el uso de instalaciones audiovisuales y una cuidada iluminación incitan al visitante a realizar sus propias interpretaciones artísticas.
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