Un ocho en la noche en el Peñarroya

Paseo al atardecer por el Peñarroya para ver anochecer y cenar en los acantilados del final del cortafuegos, esplendido mirador sobre la Vega del rio Alcalá.
Dejamos los vehiculos en el collado de la Imagen. Tomamos la pista del Peñarroya, para abandonarla pronto al tomar el camino que sigue el cortafuegos en fuerte subida. Este tramo es el mas empinado de la ruta.
Cuando el camino deja el cortafuegos la pendiente se suaviza y dicurre por la umbria en la zona llamada el Peñon de los Soldados.
Debido a las lluvias transitamos sobre una mullida alfombra verde, salpicada de tempranos rebollones.
El camino recorre toda la umbria hasta salir a otro que recorre el cortafuegos cimero.
Estamos en pleno bosque de pino negro (pino moro), que cuando clarea nos regala unas magnificas vistas sobre el valle de Motorritas, sus masias y sus prados.
Al salir a este nuevo camino seguimos a la derecha para alcanzar un collado, cruce de caminos. El de la derecha es por donde volveremos, de frente sigue el cortafuegos y vamos a la izquierda para seguir por la solana.
Es bastante sombreada y en los claros nos permite ver el castillo de Alcalá, el cañon del rio y Javalambre cerrando el horizonte. Al rodear la montaña llegamos a un camino que sube por el cortafuegos desde el collado Martín.
Lo vamos a seguir de vuelta hasta la cumbre. Primero cruzamos este tramo de cortafuegos (magnífico descenso con esquis cuando tiene abundante nieve), y seguimos por la umbria, pasando junto a la fuente del Raso, antes de llegar al collado por el que ya pasamos antes.
A partir de aqui el camino sigue el cortafuegos por la parte alta de la montaña siempre en ligero ascenso. Cuando llegamos cerca del Peñarroya, el cortafuegos se divide en dos, uno sigue recto y el otro se va a la derecha hacia la cumbre y hasta el lugar donde hemos reservado mesa.
Tras pasar por el vértice geodésico y el pluviómetro, bajamos las escaleras del abrigo y monte a traves vamos hasta el cortafuegos para seguirlo hasta los acantilados.
Llegamos con el tiempo justo de ver desaparecer el sol e iluminarse las casas de la Vega. Tras la cena con esta panorámica a nuestros pies volvemos hacia el coche por el camino que nos devuelve al collado de la Imagen. Todo esto con la única iluminación de la luna llena.
Al tener forma de ocho se puede recortar el recorrido, o ir directamente en un recorrido de ida y vuelta por el camino.