Un paseo por Igueste de San Andres

Igueste de San Andrés está situado en el suroeste del macizo de Anaga, a unos diez metros sobre el nivel del mar, entre los valles que forman los barrancos del Monte de Igueste y de Chiquita que nacen en las cumbres de Anaga. Llegamos a través de la carretera TF 121, partiendo desde S. Andrés. Comenzando el recorrido justo donde acaba esta carretera y comienza el sendero TF PR 5.1 “Igueste San Andrés – El Semáforo”.
El nombre del barrio proviene del barranco y valle en que se ubica. Según algunos investigadores el término es de procedencia guanche, siendo traducido como 'húmedo' Otros autores lo han considerado como una deformación del inglés highest, 'alto'.Por su lado, el apelativo de «de San Andrés» le viene por haber sido desde su origen un pago de esta localidad vecina.
En el siglo XVI nació Igueste de San Andrés. Inicialmente, dado a sus dificultades orográficas, la forma más rápida y utilizada para entrar y salir del mismo, fue la vía marítima, primero con barcos a vela y posteriormente a motor, donde el trayecto, de una hora aproximada de duración, costaban una peseta y veinticinco céntimos. Las comunicaciones terrestres eran prácticamente inexistentes hasta el año 1922, cuando se logró contar con una pista de tierra, que fue asfaltada en el año 1940. El transporte público comenzó a principios de los años 70 del siglo XX.
El clima y la vegetación están en función de su situación geográfica, dando lugar a un microclima peculiar que favorece el cultivo de especies frutales tropicales. De hecho cuando se transplantaron variedades americanas como el mango, el aguacate, la papaya o mamey, se hicieron tanto en estas tierras que no se consideraron cultivos alternativos.
Fue a partir del siglo XIX cuando se empezaron a construir las primeras casas en las proximidades del mar,
Las especies xerofilas como tabaibas, cardones y balos conforman la vegetación basal o de costa, mientras que en la cumbre, la laurisilva domina sobre el resto de las especies.
Lo primero con que nos encontramos es con la Iglesia de San Pedro. Se comenzó a construirse como ermita dependiente de la parroquia de San Andrés en 1890, consagrándose el 29 de junio de 1909. En 1943 fue ascendida al rango de parroquia por el obispo de Tenerife Fray Albino. San Pedro Apóstol ha sido desde sus inicios el santo titular de la iglesia de Igueste. La talla se encuentra en el centro del altar mayor entre las imágenes de Santa María Magdalena y San Juan Evangelista. Pero hay en la iglesia otras muchas imágenes, entre ellas la de la Virgen del Carmen que llegó por mar. También se encuentra en la iglesia desde 1974 una imagen de San Martín de Porres, tallada en una sola pieza de madera y procedente de la República Dominicana, la cuál es considerada la más valiosa talla de este Santo en Canarias desde el punto de vista artístico.
Continuaremos por el Pasaje Inciensial, pasaremos por delante de la fuente San Benito y a pocos metros realizaremos una desviación a la izquierda para dirigirnos al Paseo el Cementerio. Justo al acabar este paseo, a pocos metros de la entrada del cementerio accederemos por una vereda, no señalizada, que nos llevará hasta el semáforo. Esta variante de la ruta se presenta con la dificultad de tramos con desprendimientos, algo expuestos y sin señalización. Por lo que no resulta nada aconsejable para senderistas sin experiencia, con alguna dificultad física y, totalmente desaconsejada con factores meteorológicos adversos como viento y lluvia. Por lo demás ,y como siempre digo, respetando la montaña, con el conocimiento y la prudencia debida se puede realizar sin ningún problema.
Se llega al Semáforo, está situado a unos 220 metros sobre el nivel del mar y es una especie de faro antiguo que, en lugar de contar en su parte superior con una serie de luces, disponía de un mástil donde antaño se trepaba para dar aviso al puerto de Santa Cruz de Tenerife .Se trata de una antigua estación de señalización marítima mediante un sistema de banderas. Fomento lo construyó en la década de los 90 del siglo XIX y funcionó hasta 1970, bajo la competencia del Ministerio de Marina. Varios operarios, los semaforistas o vigías (del Cuerpo de Suboficiales de la Armada), que residían en él acompañados de sus familias, se encargaban de su uso: observación marítima y meteorológica y comunicación con los buques que transitan frente a este tramo de costa de Tenerife, a través de banderas, así como con el puerto, gracias al telégrafo, que lo unía con la capital. El edificio contaba con numerosas habitaciones (dormitorios, cocina, etc) e incluso con una sala en el extremo NE de planta hexagonal, que colmataría los deseos de muchos para ubicar en ella su estudio o comedor. En el exterior existía un horno y bajo la terraza en la que se ubica el mástil, un aljibe.
Las vistas desde el Semáforo son espectaculares. La costa a nuestros pies. Gran Canaria en frente, sobresale entre el horizonte. Santa Cruz al SO, y por encima las cumbres de la la isla con el Teide incluido. Y al norte la costa de Anaga con el Roque y Playa de Antequera como lugares más destacados.
Resulta penoso y muy triste el abandono absoluto de estas instalaciones. No nos cansaremos de solicitar su rehabilitación y darle el uso que merece como parte de nuestra historia. Referente en el pasado para la navegación y actual y de obligado paso para senderistas.
Abandonaremos el Semáforo dirección la Atalaya ascendiendo hasta llegar a la bifurcación que indica a Antequera. La dejaremos a la derecha y comenzaremos un pronunciado descenso, rompe piernas, por un camino ancho excavado en la roca que se mantiene casi todo el recorrido.
Ya de nuevo en el camino al cementerio, seguiremos de frente por el paseo a la playa que recorreremos en su integridad, bordeando el barranco de Igueste. A continuación por el Pasaje Los Barquitos, atravesamos el barranco por el Pasaje la Cunilla para finalizar en el punto donde empezamos la caminata.