Ungino - Eskutxi - Aro: circular desde Madaria

Una de esas rutas que hay que hacer al menos una vez al año, eligiendo bien el día: ni con lluvia (el ascenso puede complicarse si se realiza por terreno humedo) ni con excesivo sol, ya que la ascensión puede resultar agotadora, teniendo en cuenta que no hay una sola sombra en la que abrigarse.

En todo caso, un itinerario espectacular a nivel de paisaje que nos lleva por una zona menos transitada de la Sierra Salbada.

El recorrido se inicia en el pequeño pueblo de Madaria, poco más adelante del pantano de Maroño. Seguiremos sin pérdida el camino que nos dirige siempre hacia la cima del Ungino, que estará presente a modo de faro durante toda la ascensión. El terreno se empinará según vayamos ganando metros. Existen muchos pequeños caminos que bordean la falda del Ungino, pero nosotros cogeremos siempre el que veamos más hacia nuestra derecha. Unos cairns nos irán guiando en caso de duda. Superada la fuerte pendiente nos plantaremos en el portillo de Atatxa, la puerta de entrada a la Sierra Salbada. Nada más atravesarlo, giraremos a nuestra derecha y solo quedará atacar un último repecho para encontrarnos primero con el imponente ojo y después con la espectacular cima.

Una vez recuperado el resuello continuaremos hacia el oeste en busca de la segunda cima del día, para ello deberemos descender primero hacia un collado con una balsa que suele estar repleta de ganado. Seguiremos en la misma dirección subiendo un segundo repecho, que nos dará vía libre hacia la segunda cima: el Eskutxi. El terreno aquí comienza a ser lapiaz, por lo que deberemos vigilar dónde pisamos. Sin desviar nuestros pasos, llegamos a la parte más escénica de la ruta: los cortados de la Peña de Haro. Aquí uno se siente absolutamente diminuto ante la majestuosidad del entorno. Llegaremos al último buzón y echaremos la vista atrás, para disfrutar por última vez del paisaje.

Ha llegado la hora de emprender el camino de vuelta, para ello, en vez de volver por nuestros propios pasos, bajaremos hasta el portillo de Haro y una vez ahí tomaremos la pista por la que transita la GR284. Se trata de un terreno más monótono, que puede llegar a hacerse algo largo, pero que nos dejará sin pérdida en nuestro punto de partida.