Untzillatx desde Mañaria

Mañana de sábado veraniego con algunas nubes pero con buena temperatura para practicar esta maravillosa afición.

En esta ocasión vuelvo a acercarme a Mañaria, Bizkaia, para subir a otras de las montañas emblemáticas del Duranguesado, el Untzillatx de 941 metros, perteneciente al macizo del Amboto.

Es una ruta corta de 6 kilómetros (ida y vuelta) pero bastante exigente debido a la pendiente que hay que librar.

Esta temporada se nos había quedado descolgada esta cumbre, y como la semana pasada parecía que nos saludaba desde las cumbres del Astxiki y Alluitz, (http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=7792591), decido acercarme hasta su buzón, por la vía más fácil.

La ruta parte desde el primer aparcamiento que encontramos a la entrada de Mañaria. A poco más de 50 metros tenemos una carretera a la derecha de las canteras que sube hasta el caserío Mendiburi.

La carretera se transforma en sendero el cual se interna en un pinar y que pronto nos empezara a arrancar las primeras gotas de sudor. Nos tomamos con calma la ascensión ya que hasta la cumbre no da tregua la pendiente.

Llegamos al collado Oraieta, desde donde se cruza a la vertiente norte de la montaña y desde donde son excepcionales las vistas del Mugarra, (que hará de guardaespaldas durante toda la ascensión), Artatxagan, Leungane y Errialtabaso y todo el Duranguesado con el Oiz al fondo.

Seguimos tomando altura poco a poco siguiendo las marcas de pintura, cairns y el terreno pisado. Se pasa al lado de una concavidad bajo una roca a modo de cueva deteniéndonos solo para sacar unas fotos y tomar un respiro.

Tras llegar a la cumbre el esfuerzo realizado no se tiene en cuenta porque lo que tenemos delante de nuestros ojos ha merecido la pena.

Desde el buzón veo a un grupo de gente subiendo por Markuarre subida que impresiona un poco por los tramos aéreos que hay que sortear. En esta ocasión al haber realizado la ascensión en solitario decido bajar por el mismo lugar de subida y dejar, la bajada o subida, por Markuarre para otra ocasión en la que vaya acompañado.

Lo que sobrecoge son las “heridas” causadas por la acción de la mano del hombre en las laderas de estas montañas para la explotación de las canteras. Daño irreparable y que ya no tiene solución desgraciadamente.