Urrestilla-Barrio de Eizagirre-Izazpi-Ezkio
near Urrestilla, País Vasco (España)
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Vuelta al País Vasco desde Ermua. Etapa 65:
Comienzo en el núcleo rural de Urrestilla, perteneciente a la localidad guipuzcoana de Azpeitia. Lo primero es dirigirme al barrio de Eizagirre, que tiene varios caseríos dispersos a lo largo de una empinada pista de cemento, el cual tengo que ascender.
Hoy, al igual que ayer, el día ha amanecido con una densa capa de niebla, aunque en ésta ocasión se situaba a mucho menor altura. De igual modo, su techo tendría que situarse a menor altitud, así que entre eso, y que mi objetivo es subir a la cima del Izazpi (973m), tenía totalmente asegurado ver un mar de nubes.
Pero por ahora, vistas 0, así que asciendo de manera continua y a buen ritmo, sin apenas entretenerme, excepto para fotografiar alguno de los caseríos y los distintos animales que pastaban por las praderas.
La niebla se cerraba más y más, apenas veía 10 metros mas allá de lo que tenía en frente.
Pero fue poco después de abandonar la pista asfaltada, para continuar por otra de piedras, más o menos a unos 500m de altitud, cuando conseguí pasar la barrera de nubes y situarme por encima de ellas. Eran las 11 de la mañana en ese momento, y mirara por donde mirara, todos los valles y montes estaban rodeados por un mar de nubes. Impresionante, ha sido (y seguiría siendo) un precioso espectáculo.
Ya tengo a la vista el monte Izazpi, pero aún se encuentra lejos.
Ahora, avanzo en semillano, subiendo y bajando algún que otro repecho.
Primero, dejo atrás la pista de piedras para ir ya por sendero natural. Se nota que la niebla y las heladas ha hecho de las suyas, porque los senderos estaban empapados y embarrados, incluso con algún que otro charco.
Me adentro por una zona boscosa, y aquí cometí el único error del recorrido. En un cruce, en vez de ir recto (que a priori era lo más lógico), me fui por la derecha, donde el camino estaba más cerrado por la vegetación. Ambos caminos llevaban al mismo lugar, pero incomprensiblemente, decidí complicarme la vida. Retrocedí al cruce y esta vez si, fui recto.
Más adelante, supero varias puertas metálicas, y luego tengo a la vista algún que otro caserío. Bonito espectáculo de nuevo con los animales, esta vez un amplio grupo de ovejas en mitad del sendero.
Al llegar al primero de los caseríos, giro a la derecha, y continuo por una pista asfaltada, así hasta llegar al segundo, aunque más bien ese trata de una granja de vacas. Aquí hay una gran puerta metálica, y me hizo dudar de que se pudiera pasar, pero un joven me abrió la puerta y me dijo que si, que el acceso es libre.
Al otro lado de la granja... me encontré la mayor mierda de toda la ruta, además literal. Había un lodazal y una cantidad de mierda... lógico si se tiene en cuenta que las vacas suben por aquí desde la granja, para luego ir a pastar a la pradera de al lado.
Tenía que pasar si o si por el sendero para iniciar el verdadero ascenso a la cima del monte Izazpi. Recomendable tener a mano bastones y llevar calzado impermeable.
Durante los primeros 200-300 metros el sendero se encuentra en malas condiciones, aunque luego, poco antes de llegar a un bonito pinar, el estado del mismo mejora bastante. Lo único hay que tener cuidado con la arenilla, muy presente en casi todo el ascenso. Subir no es problema, pero si lo puede ser bajar.
El camino se estrecha pero al menos hay poco o nada de barro y se anda perfectamente. Eso sí, las rampas...ay las rampas!, son descomunales, de al menos el 30-35%, además de principio a fin, prácticamente no hay descanso, así durante unos 2km.
A mitad de ascenso, la cosa se complica un poco, ya que, si bien es cierto que de primeras se distingue 2 minisenderos (uno a la izquierda más directo a modo de atajo que fue el que utilicé, y otro a la derecha que hace un rodeo), luego hay un momento que dudo de por donde tengo que continuar. Al fondo, al final de la rampa, se distingue una pequeña arboleda situada sobre varias rocas. Allí, hay que hacer un pequeño rodeo por la derecha, y al final, se sale a una nueva ladera, donde ésta vez el protagonista es la hierba.
Sigo cuesta arriba, sufriendo por las rampas, pero a la vez disfrutando por las descomunales vistas, todavía con el mismo mar de nubes presente (no mencionaré aún lo que se ve, lo haré en cuando llegue a la cima).
Enseguida, alcanzo una pequeña elevación, donde se sitúa un mugarri. Aquí se observa de frente una nueva y empinadísima ladera, que se asciende cómodamente por senda natural.
Avanzo sin pausa pero sin prisa... bueno si, alguna que otra pausa si que hago, soy incapaz de darle continuidad a semejante paliza de ascenso. Son brutales las rampas que tiene este monte por su cara Norte, muy pronunciadas y sobre todo, muy prolongadas.
Una vez en lo alto del repecho, distingo otra más, pero ésta vez si, resulta ser la última.
Finalmente, consigo llegar a la cumbre del monte Izazpi (973m). Aparte del mítico buzón y vértice geodésico, también hay una bonita cruz. Pero para bonitas las vistas, todavía con el mar de nubes presente, siendo ya las 13:301 de la tarde.
La panorámica es bestial, de casi 360° (hay algún que otro árbol tapando un poco la vista) pudiendo ver sierras y montes como Aralar, San Donato/Beriain, Murumendi, Usurbe, Altzania, Aizkorri, Elgea, Gorbea, Anboto, Oiz, Urko, Izarraitz, Hernio, y muchísimos más. Por abajo tendría que verse alguna que otra localidad (supongo que Azpeitia, Azkoitia, Urrestilla...), aunque la niebla no dejaba ver nada, únicamente se distinguía parcialmente la silueta de lo que podría ser Urretxu/Zumárraga, o quizás Legazpi?.
Tras las fotos de rigor, y después de hacer un parón para comer y beber algo, prosigo la marcha, para dirigirme hacia el Sur, rumbo a mi destino, la localidad de Ezkio.
Si la subida por la cara Norte fue muy bestia, no lo iba a ser menos la bajada por la Sur, de hecho, diría que todavía es más bestia, más empinado. Si no llega a ser porque el minisendero estaba seco, y porque hay algún que otro zig-zag, la mejor manera de llegar abajo sería rodando, como si participara en la carrera de atrapar el queso que hacen en Inglaterra.
Aquí lo recomendable sería tener a mano un par de bastones, para bajar con mayor seguridad.
Aseguro cada paso, con cuidado de no patinar (hay mucha arenilla) y en un visto y no visto, llego a un cruce de caminos. Aquí la pendiente se suaviza considerablemente y el sendero es más ancho y de más calidad.
Me detengo un instante para echar una mirada hacia atrás, y observar así todo lo que he descendido... asusta y mucho, es increíble que haya podido bajar por ahí.
De aquí hasta el final es coser y cantar. Me queda por hacer algún que otro desvío, pero siempre yendo por sendas y rampas muy cómodas y llevaderas, señalizadas con flechas rojas.
Más adelante, paso primero al lado del refugio de Lizarreta (tiene que ser privado, ya que la puerta estaba cerrada con llave), y luego me dirijo hasta la ermita de Santa Marina.
A escasos metros de la ermita, tengo a la vista mi destino, Ezkio. Este barrio, pueblo o núcleo rural, forma junto con Itsaso el municipio de Ezkio-Itsaso, una lástima que al segundo no llegaré a ir (al menos por ahora), porque de cara a mi Vuelta a Euskadi, estratégicamente hablando se ubica en mala posición.
Ya solo me queda descender rápidamente por una pista asfaltada, hasta llegar a su centro, lugar donde cogeré una furgoneta rumbo a Ormaiztegi o Zumárraga (depende de la hora que sea, la furgo te lleva a un lugar o a otro), y finalizar así esta dura aunque preciosa ruta.
Comienzo en el núcleo rural de Urrestilla, perteneciente a la localidad guipuzcoana de Azpeitia. Lo primero es dirigirme al barrio de Eizagirre, que tiene varios caseríos dispersos a lo largo de una empinada pista de cemento, el cual tengo que ascender.
Hoy, al igual que ayer, el día ha amanecido con una densa capa de niebla, aunque en ésta ocasión se situaba a mucho menor altura. De igual modo, su techo tendría que situarse a menor altitud, así que entre eso, y que mi objetivo es subir a la cima del Izazpi (973m), tenía totalmente asegurado ver un mar de nubes.
Pero por ahora, vistas 0, así que asciendo de manera continua y a buen ritmo, sin apenas entretenerme, excepto para fotografiar alguno de los caseríos y los distintos animales que pastaban por las praderas.
La niebla se cerraba más y más, apenas veía 10 metros mas allá de lo que tenía en frente.
Pero fue poco después de abandonar la pista asfaltada, para continuar por otra de piedras, más o menos a unos 500m de altitud, cuando conseguí pasar la barrera de nubes y situarme por encima de ellas. Eran las 11 de la mañana en ese momento, y mirara por donde mirara, todos los valles y montes estaban rodeados por un mar de nubes. Impresionante, ha sido (y seguiría siendo) un precioso espectáculo.
Ya tengo a la vista el monte Izazpi, pero aún se encuentra lejos.
Ahora, avanzo en semillano, subiendo y bajando algún que otro repecho.
Primero, dejo atrás la pista de piedras para ir ya por sendero natural. Se nota que la niebla y las heladas ha hecho de las suyas, porque los senderos estaban empapados y embarrados, incluso con algún que otro charco.
Me adentro por una zona boscosa, y aquí cometí el único error del recorrido. En un cruce, en vez de ir recto (que a priori era lo más lógico), me fui por la derecha, donde el camino estaba más cerrado por la vegetación. Ambos caminos llevaban al mismo lugar, pero incomprensiblemente, decidí complicarme la vida. Retrocedí al cruce y esta vez si, fui recto.
Más adelante, supero varias puertas metálicas, y luego tengo a la vista algún que otro caserío. Bonito espectáculo de nuevo con los animales, esta vez un amplio grupo de ovejas en mitad del sendero.
Al llegar al primero de los caseríos, giro a la derecha, y continuo por una pista asfaltada, así hasta llegar al segundo, aunque más bien ese trata de una granja de vacas. Aquí hay una gran puerta metálica, y me hizo dudar de que se pudiera pasar, pero un joven me abrió la puerta y me dijo que si, que el acceso es libre.
Al otro lado de la granja... me encontré la mayor mierda de toda la ruta, además literal. Había un lodazal y una cantidad de mierda... lógico si se tiene en cuenta que las vacas suben por aquí desde la granja, para luego ir a pastar a la pradera de al lado.
Tenía que pasar si o si por el sendero para iniciar el verdadero ascenso a la cima del monte Izazpi. Recomendable tener a mano bastones y llevar calzado impermeable.
Durante los primeros 200-300 metros el sendero se encuentra en malas condiciones, aunque luego, poco antes de llegar a un bonito pinar, el estado del mismo mejora bastante. Lo único hay que tener cuidado con la arenilla, muy presente en casi todo el ascenso. Subir no es problema, pero si lo puede ser bajar.
El camino se estrecha pero al menos hay poco o nada de barro y se anda perfectamente. Eso sí, las rampas...ay las rampas!, son descomunales, de al menos el 30-35%, además de principio a fin, prácticamente no hay descanso, así durante unos 2km.
A mitad de ascenso, la cosa se complica un poco, ya que, si bien es cierto que de primeras se distingue 2 minisenderos (uno a la izquierda más directo a modo de atajo que fue el que utilicé, y otro a la derecha que hace un rodeo), luego hay un momento que dudo de por donde tengo que continuar. Al fondo, al final de la rampa, se distingue una pequeña arboleda situada sobre varias rocas. Allí, hay que hacer un pequeño rodeo por la derecha, y al final, se sale a una nueva ladera, donde ésta vez el protagonista es la hierba.
Sigo cuesta arriba, sufriendo por las rampas, pero a la vez disfrutando por las descomunales vistas, todavía con el mismo mar de nubes presente (no mencionaré aún lo que se ve, lo haré en cuando llegue a la cima).
Enseguida, alcanzo una pequeña elevación, donde se sitúa un mugarri. Aquí se observa de frente una nueva y empinadísima ladera, que se asciende cómodamente por senda natural.
Avanzo sin pausa pero sin prisa... bueno si, alguna que otra pausa si que hago, soy incapaz de darle continuidad a semejante paliza de ascenso. Son brutales las rampas que tiene este monte por su cara Norte, muy pronunciadas y sobre todo, muy prolongadas.
Una vez en lo alto del repecho, distingo otra más, pero ésta vez si, resulta ser la última.
Finalmente, consigo llegar a la cumbre del monte Izazpi (973m). Aparte del mítico buzón y vértice geodésico, también hay una bonita cruz. Pero para bonitas las vistas, todavía con el mar de nubes presente, siendo ya las 13:301 de la tarde.
La panorámica es bestial, de casi 360° (hay algún que otro árbol tapando un poco la vista) pudiendo ver sierras y montes como Aralar, San Donato/Beriain, Murumendi, Usurbe, Altzania, Aizkorri, Elgea, Gorbea, Anboto, Oiz, Urko, Izarraitz, Hernio, y muchísimos más. Por abajo tendría que verse alguna que otra localidad (supongo que Azpeitia, Azkoitia, Urrestilla...), aunque la niebla no dejaba ver nada, únicamente se distinguía parcialmente la silueta de lo que podría ser Urretxu/Zumárraga, o quizás Legazpi?.
Tras las fotos de rigor, y después de hacer un parón para comer y beber algo, prosigo la marcha, para dirigirme hacia el Sur, rumbo a mi destino, la localidad de Ezkio.
Si la subida por la cara Norte fue muy bestia, no lo iba a ser menos la bajada por la Sur, de hecho, diría que todavía es más bestia, más empinado. Si no llega a ser porque el minisendero estaba seco, y porque hay algún que otro zig-zag, la mejor manera de llegar abajo sería rodando, como si participara en la carrera de atrapar el queso que hacen en Inglaterra.
Aquí lo recomendable sería tener a mano un par de bastones, para bajar con mayor seguridad.
Aseguro cada paso, con cuidado de no patinar (hay mucha arenilla) y en un visto y no visto, llego a un cruce de caminos. Aquí la pendiente se suaviza considerablemente y el sendero es más ancho y de más calidad.
Me detengo un instante para echar una mirada hacia atrás, y observar así todo lo que he descendido... asusta y mucho, es increíble que haya podido bajar por ahí.
De aquí hasta el final es coser y cantar. Me queda por hacer algún que otro desvío, pero siempre yendo por sendas y rampas muy cómodas y llevaderas, señalizadas con flechas rojas.
Más adelante, paso primero al lado del refugio de Lizarreta (tiene que ser privado, ya que la puerta estaba cerrada con llave), y luego me dirijo hasta la ermita de Santa Marina.
A escasos metros de la ermita, tengo a la vista mi destino, Ezkio. Este barrio, pueblo o núcleo rural, forma junto con Itsaso el municipio de Ezkio-Itsaso, una lástima que al segundo no llegaré a ir (al menos por ahora), porque de cara a mi Vuelta a Euskadi, estratégicamente hablando se ubica en mala posición.
Ya solo me queda descender rápidamente por una pista asfaltada, hasta llegar a su centro, lugar donde cogeré una furgoneta rumbo a Ormaiztegi o Zumárraga (depende de la hora que sea, la furgo te lleva a un lugar o a otro), y finalizar así esta dura aunque preciosa ruta.
Waypoints
Information point
2,618 ft
Atajo por la izquierda, luego rodear por la derecha
Atajo por la izquierda, luego rodear por la derecha
Information point
2,894 ft
Superar valla. Subir nueva rampa empinada
Superar valla. Subir nueva rampa empinada
Comments (2)
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Todo correcto
Aúpa iarra, me alegro que todo haya ido bien.
Un saludo, y gracias por tu valoración.