Usurbil-Andatza-Ezkeltzu-Aduna-Villabona
near San Inazio, País Vasco (España)
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Trail photos
Itinerary description
Vuelta al País Vasco desde Ermua. Etapa 47:
Comenzamos en la parada de bus del municipio guipuzcoano de Usurbil. Recorremos parcialmente el pueblo, para luego bajar hasta las vías del tren.
Luego, cruzamos un puente y accedemos al barrio de Santu-Enea.
A continuación, ascendemos suavemente por una carretera, hasta llegar a la ermita de San Esteban. Justo en frente, tenemos a la vista nuestro primer objetivo, el monte Andutz. Avanzamos primero por pista de cemento, pero enseguida seguimos por senda natural, adentrándonos a un precioso bosque.
A lo largo del camino, vemos un montón de marcas pintadas en los árboles. Algunas pertenecen a un PR, y otras a un tipo de senderos que no conozco. En cualquier caso, a pesar de la variedad de caminos, siguiendo el track no hay pérdida.
Más adelante, salimos a cielo abierto, y disfrutamos de una bonita vista de montes como las Peñas de Aia, Adarra, Txindoki, Hernio y Gazume, entre otros. También observamos algún que otro caballo pastando en la vegetación.
Al llegar a un cruce, podemos elegir entre ir recto para ver un dolmen y seguido acceder por la vía directa hacia la cumbre del Andatza, o girar a la derecha para ascender primero a la cruz del mismo nombre, y luego ya ir a la cima. Ya que la distancia entre los distintos puntos no es grande, optamos por ir en primer lugar al dolmen, y luego volver atrás para ir hacia la cruz.
Tras ver el dolmen, volvemos al cruce y ascendemos un sencillo repecho hasta llegar a la cruz de Andatza. No hay vistas por culpa de la arboleda.
Ahora, seguimos recto por el cordal cimero, pasando primero por la ermita de Andatza, y acto seguido, llegamos hasta el buzón, vértice geodésico y caseta del monte Andatza (562m). Apenas hay vistas desde lo alto, sólo deja ver un pequeño tramo de monte con el mar Cantábrico al fondo.
Tras las fotos cimeras de rigor, descendemos por la vertiente contraria, yendo por un empinado e incómodo sendero de tierra y piedras.
Luego, en un par de cruces, seguimos recto, hasta llegar a la par de una puerta metálica. Desde aquí tenemos la oportunidad de cruzarla por un paso elevado de madera, y ascender una loma herbosa que nos lleva hasta la cima del monte Ezkeltzu (508m). Si no os interesa esta opción, podéis seguir recto por el sendero principal. En nuestro caso, decidimos probar suerte, y subir la mencionada loma herbosa.
Ha sido todo un acierto. A pesar de que la parte baja del camino estaba lleno de barro, arriba se encontraba más seco, y bonito, con la presencia de un montón de caballos y de unas vistas espléndidas. Desde lo alto se observa montes como el Jaizkibel, Peñas de Aia, algún que otro monte de Navarra, Adarra, Txindoki, Hernio (ligeramente nevado), Gazume, Erlo, Pagoeta y mucho más. Por abajo, se observa las localidades de Aizarna, Getaria, Zarautz, parte de Orio, Pasaia, Lezo, Oiartzun, Irún, Hendaya, y la costa francesa, además del mar Cantábrico.
Tras las fotos de rigor, descendemos por el lado opuesto hasta conectar con el sendero principal. Acto seguido, llegamos a un cruce. Si seguimos recto, iríamos hacia los pueblos de Zizurkil y Villabona. Y si giramos a la izquierda, accederíamos a los pueblos de Aduna y Villabona. Cualquiera nos vale, ya que nuestro destino es Villabona, pero por no repetir localidad en mi Vuelta a Euskadi (en la siguiente etapa paso por Zizurkil), la mejor opción es visitar la otra parte, es decir, Aduna.
También hay que mencionar las diferencias en cuanto al entorno del camino. Hacia Zizurkil se avanza íntegramente por pista asfaltada, y la primera parte transcurre por bosque, pero luego se va a cielo abierto, habiendo una gran vista del macizo de Hernio. En cambio, hacia Aduna, apenas hay vistas hacia el Hernio, ya que el camino transcurre casi en su totalidad por bosque, yendo a través de senda natural. No obstante, merece mucho la pena, ya que dichos bosques son muy bonitos. Lo malo, la presencia de barro en algunos tramos, por culpa del paso de maquinaria pesada.
Al finalizar el bosque, ya tenemos a la vista la pequeña pero bonita localidad de Aduna, además de una vista del cercano municipio de Andoain. Atravesamos Aduna, y luego descendemos por un paseo peatonal que va a la par de una carretera.
Después, seguimos por un bidegorri, que nos lleva directos a nuestro destino, el municipio de Villabona, el cual recorremos casi en su totalidad, hasta llegar a la estación del cercanías, donde ponemos punto y final a esta sencilla y bonita ruta.
Comenzamos en la parada de bus del municipio guipuzcoano de Usurbil. Recorremos parcialmente el pueblo, para luego bajar hasta las vías del tren.
Luego, cruzamos un puente y accedemos al barrio de Santu-Enea.
A continuación, ascendemos suavemente por una carretera, hasta llegar a la ermita de San Esteban. Justo en frente, tenemos a la vista nuestro primer objetivo, el monte Andutz. Avanzamos primero por pista de cemento, pero enseguida seguimos por senda natural, adentrándonos a un precioso bosque.
A lo largo del camino, vemos un montón de marcas pintadas en los árboles. Algunas pertenecen a un PR, y otras a un tipo de senderos que no conozco. En cualquier caso, a pesar de la variedad de caminos, siguiendo el track no hay pérdida.
Más adelante, salimos a cielo abierto, y disfrutamos de una bonita vista de montes como las Peñas de Aia, Adarra, Txindoki, Hernio y Gazume, entre otros. También observamos algún que otro caballo pastando en la vegetación.
Al llegar a un cruce, podemos elegir entre ir recto para ver un dolmen y seguido acceder por la vía directa hacia la cumbre del Andatza, o girar a la derecha para ascender primero a la cruz del mismo nombre, y luego ya ir a la cima. Ya que la distancia entre los distintos puntos no es grande, optamos por ir en primer lugar al dolmen, y luego volver atrás para ir hacia la cruz.
Tras ver el dolmen, volvemos al cruce y ascendemos un sencillo repecho hasta llegar a la cruz de Andatza. No hay vistas por culpa de la arboleda.
Ahora, seguimos recto por el cordal cimero, pasando primero por la ermita de Andatza, y acto seguido, llegamos hasta el buzón, vértice geodésico y caseta del monte Andatza (562m). Apenas hay vistas desde lo alto, sólo deja ver un pequeño tramo de monte con el mar Cantábrico al fondo.
Tras las fotos cimeras de rigor, descendemos por la vertiente contraria, yendo por un empinado e incómodo sendero de tierra y piedras.
Luego, en un par de cruces, seguimos recto, hasta llegar a la par de una puerta metálica. Desde aquí tenemos la oportunidad de cruzarla por un paso elevado de madera, y ascender una loma herbosa que nos lleva hasta la cima del monte Ezkeltzu (508m). Si no os interesa esta opción, podéis seguir recto por el sendero principal. En nuestro caso, decidimos probar suerte, y subir la mencionada loma herbosa.
Ha sido todo un acierto. A pesar de que la parte baja del camino estaba lleno de barro, arriba se encontraba más seco, y bonito, con la presencia de un montón de caballos y de unas vistas espléndidas. Desde lo alto se observa montes como el Jaizkibel, Peñas de Aia, algún que otro monte de Navarra, Adarra, Txindoki, Hernio (ligeramente nevado), Gazume, Erlo, Pagoeta y mucho más. Por abajo, se observa las localidades de Aizarna, Getaria, Zarautz, parte de Orio, Pasaia, Lezo, Oiartzun, Irún, Hendaya, y la costa francesa, además del mar Cantábrico.
Tras las fotos de rigor, descendemos por el lado opuesto hasta conectar con el sendero principal. Acto seguido, llegamos a un cruce. Si seguimos recto, iríamos hacia los pueblos de Zizurkil y Villabona. Y si giramos a la izquierda, accederíamos a los pueblos de Aduna y Villabona. Cualquiera nos vale, ya que nuestro destino es Villabona, pero por no repetir localidad en mi Vuelta a Euskadi (en la siguiente etapa paso por Zizurkil), la mejor opción es visitar la otra parte, es decir, Aduna.
También hay que mencionar las diferencias en cuanto al entorno del camino. Hacia Zizurkil se avanza íntegramente por pista asfaltada, y la primera parte transcurre por bosque, pero luego se va a cielo abierto, habiendo una gran vista del macizo de Hernio. En cambio, hacia Aduna, apenas hay vistas hacia el Hernio, ya que el camino transcurre casi en su totalidad por bosque, yendo a través de senda natural. No obstante, merece mucho la pena, ya que dichos bosques son muy bonitos. Lo malo, la presencia de barro en algunos tramos, por culpa del paso de maquinaria pesada.
Al finalizar el bosque, ya tenemos a la vista la pequeña pero bonita localidad de Aduna, además de una vista del cercano municipio de Andoain. Atravesamos Aduna, y luego descendemos por un paseo peatonal que va a la par de una carretera.
Después, seguimos por un bidegorri, que nos lleva directos a nuestro destino, el municipio de Villabona, el cual recorremos casi en su totalidad, hasta llegar a la estación del cercanías, donde ponemos punto y final a esta sencilla y bonita ruta.
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