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Utande, Gajanejos, Valfermoso de las Monjas

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Trail stats

Distance
9.41 mi
Elevation gain
1,371 ft
Technical difficulty
Moderate
Elevation loss
1,371 ft
Max elevation
3,399 ft
TrailRank 
30
Min elevation
2,614 ft
Trail type
Loop
Time
6 hours 33 minutes
Coordinates
166
Uploaded
May 2, 2012
Recorded
May 2012
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near Utande, Castilla-La Mancha (España)

Viewed 2047 times, downloaded 30 times

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Itinerary description

Hemos hecho esta excursión con ánimo de legarla a quien sepa disfrutar de los tres caminos que en ella se describen, muy distintos entre sí, cada uno con sus encantos particulares. El recorrido lo hemos hecho en sentido inverso al que sugiere el título para enhebrar los caminos con facilidad. Sugerimos recorrerlos con GPS en el sentido del título, excepto en días muy fríos.

Dejamos el coche bajo tres colosales sauces llorones junto al molino de aceite de Utande. Pasamos por el pueblo, luminoso y bien cuidado, pero echamos en falta su mejor casa-palacio, sustituida por un “Consultorio Local”. Lamentamos que los edificios oficiales sean los únicos con licencia para desentonar; y que la usen tan impúdicamente.

Subimos a la alcarria (la altiplanicie, en idioma alcarreño) por un camino de tractores zigzagueante, ancho, cómodo y con poco encanto salvo por sus vistas sobre los barrancos del Valdeiruega y Valdecastejón. El caminante se pregunta cómo semejantes regatos, secos aun tras las lluvias de abril, se las habrán apañado para abrir barrancos de 200 m de profundidad.

Una vez arriba nos sentamos inadvertidamente sobre una mata de espliego con brotes tiernos que se equivoca al querer regañarnos con olor. Después, abandonamos el camino cómodo y nos internamos por caminos vacilantes entre espesuras de monte bajo de encina. (No hagáis esto sin la ayuda de un GPS a menos que seáis mucho más hábiles que lo es este caminante en el arte de “desperderse”.) Si seguís la traza del GPS, podéis tomar un desvío de ida y vuelta (con alguna oposición de la flora) para asomaros al borde del barranco del Badiel y obtener una vista anticipada del monasterio de las Benedictinas.

Vueltos al camino, el GPS nos ayudará en la no simple tarea de enhebrar acertadamente el pintoresco camino de La Robleda, primer objetivo de nuestra marcha. Los robles, aún sin hoja, nos dejan ver bien el paisaje. El caminante no entiende la existencia de este camino que nos baja a Valfermonjas desde ninguna parte sin titubeos. En el pueblo nos explican que se usaba sólo para bajar leña a lomos de mulo en los tiempos pre-butano. Sospechamos que el acierto del trazado es de los mulos.

A Valfermonjas llegan aguas de todas partes; es un vergel de huertas y vegetación; sus casas están muy bien cuidadas. Bajamos al monasterio evitando la carretera por un camino paralelo ella.

El camino que sube a Gajanejos sale por detrás del monasterio de las Benedictinas y cruza inmediatamente el río Badiel por un puente señalizado como Camino del Cid. En un punto no bien marcado nos despegamos de este camino (que nos volvería a Utande si quisiéramos acortar la marcha) y tomamos el sendero que es el segundo objetivo de nuestra marcha.Éste asciende lentamente; al acercarnos al pueblo encontramos una fuente ornamental y ahí el sendero se troca en pintoresca calzada junto a farallones calizos y nogales venerables.

Si no fuera por su nombre, creeríamos que Gajanejos es un poblado de la posguerra al que han añadido chalets con tejados de pizarra. Además, lo ensordece el tráfico de la A-2. Buscamos apresuradamente nuestro tercer objetivo, el camino que baja a Utande. Es una suerte encontrarlo y que se mantenga tenuamente abierto porque a su alrededor crecen plantas pinchosas de secano y de humedal y podríamos quedar tan enredados en ellas como el carnero de Isaac. El paraje vuelve a ser muy pintoresco. Al cabo de un rato el tenue sendero desemboca en una auténtica calzada de aspecto medieval, amplia y bien trazada. Así se mantiene largo trecho por bosque de encina. Encontramos un pozo que aventuramos sería para almacenar nieve. Ya casi abajo, una cárcava rompe el camino y lo abandonamos por huertos de olivos. Alcanzamos otra vez al Camino del Cid, torcemos junto al cementerio de Utande y llegamos muy satisfechos al punto de partida.

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