Vados de San Ciprián de Sanabria - Zamora

San Ciprián es una pequeña localidad zamorana de la comarca sanabresa que pertenece al municipio de San Justo. Desde aquí podremos disfrutar de una magnífica vista panorámica de la Sierra Cabrera.
San Ciprián, como la mayoría de los pueblos que son final de una carretera, parece realmente vivir a otro ritmo. Es la paz hecha aldea y más si como yo, lo visitáis a primera hora de la mañana.

Pude comprobar como existen bastantes muestras de casas típicas sanabresas que comparten espacio con construcciones más modernas que a su vez son arropadas por multitud de huertos dispuestos sin un patrón fijo.
La panorámica de las casas de piedra, junto con las enormes fincas llenas de verde y colores florales y la Sierra Cabrera de fondo, le da un aspecto bucólico al pueblo y es una razón más para acercarse hasta aquí.

LA SIERRA CABRERA.
Desde la panorámica que encontramos a lo largo de la ruta, unos cientos de metros antes de llegar a las cascadas, podremos ver como a un lado, la sierra cierra el horizonte, separando la parte occidental de Zamora y León. El pico dominante es el Faeda con 2021 msnm.
En Peña Trevinca, la Sierra Cabrera se llega a «tocar» con la Sierra Segundera, donde se unen las provincias de Zamora, León y Orense.
En las laderas, donde están las peñas más duras, podremos encontrar corzos y águilas reales. En la parte baja los ríos Fontiego y Barciniella se juntan en el punto denominado Trambasaguas. En ambos ríos existen gran diversidad de especies como la trucha, el desmán ibérico y la nutria.

LA RUTA.
Como comentaba más arriba, la ruta Cascada de los Vados es corta pero intensa. Nos dirigiremos al pequeño pueblo de San Ciprián y desde allí caminaremos 4 kilómetros (y otros tantos de vuelta o un poco más) entre extensas praderas y caminos de carros, a lo largo del precioso valle formado por el río Trefacio. Durante el recorrido pasamos por dos paisajes muy diferentes y 4 puntos de interés que merecen una parada.
Comienzo a caminar a las 8 de la mañana pero pronto me detengo en un par de bocacalles para observar algunas casas antiguas de piedra. En una casa de turismo rural, giro a la derecha por la calle Real. Aquí ya se ven señales que indican por donde sigue la ruta.
Un nuevo giro a la derecha y se llega a un cruce que nos saca del pueblo. Bonitas vistas de ambos lados de San Ciprián en este punto. Unas rocas dispuestas en el suelo me permiten cruzar un arroyo y empiezo a andar por camino. Una pista cómoda.
Y así, la senda va abriéndose entre bonitas praderas. Cruzo un puente de piedra y al lado de un cercado actual de apicultura que visito para observar los contrastes de lo que sé que me espera uno poco más adelante, pero debo seguir por la izquierda por un sendero que se estrecha.

Llego al CURMENEIRO y entro en el recinto, no tengo prisa y quiero verlo todo, empaparme de tradición. Se trata de Un recinto utilizado para proteger las colmenas de posibles ataques de especies animales de los robos, del fuego y del ganado; también del frio y del viento. Situado en la ladera para que las abejas reciban mejor los rayos de sol, evitando espacios de sombra.

Comienza la subida y me encuentro con las RUIDERAS de los carros: Durante muchos años, los carros de San Cipriàn han recorrido este camino cargando los productos de la sierra: brezo, carbón abono de las majadas veraniegas. Estas roderas son el símbolo más claro del duro trabajo: subidas penosas y bajadas peligrosas reteniendo el carro con piedras encadenadas o con la ayuda de una mula, en la trasera.
Alucinada por el paisaje y las cumbres del fondo, alcanzo pronto y sin mucho problema, la cota más alta de la senda. Coincide con un cruce de ríos desde donde el Arroyo de Barcenilla pasa a ser el de Trefacio. Y aquí un mirador natural espectacular sobre la Sierra Cabrera.

A nuestra izquierda, la SIERRA DE CABRERA cierra el horizonte, separando la parte occidental de Zamora y León, Sanabria de las dos Cabreras; el pico que domina en la altura es el Faeda con 2021 m. En Peña Trevinca entra en contacto con la Segundera, donde se unen las provincias de Zamora, León y Orense. Abajo el rio Fontiego y el Barciniella, hermosos nombres que hacen referencia a fuente o orilla. Se han abierto paso en el roquedo adornando el paisaje con abedules dorados y sauces. El lugar donde se juntan se llama Trambasaguas: las dos aguas. Acogen en sus aguas especies escasas como el desmán ibérico o la nutria
Enfilo hacia la CASCADA a la que llego en pocos minutos. Esta pequeña catarata es realmente una cascada dividida en pequeños saltos en la pared, donde el agua va casi todo el tiempo pegada a la roca. El rincón es precioso y las pozas que se forman también. Me tomo un respiro largo para disfrutar del lugar, vadeo el arroyo (atención a los resbalones entre las rocas) y me dirijo a los rápidos de la parte superior. Haber caminado muchas veces apartando la vegetación a mi paso me ayuda. Me hubiese gustado seguir el camino, pero era ya demasiado. Después de ver las pozas, que ahora traen poca agua, vadeo de nuevo el arroyo, hay suerte y llego sana y salva a la otra orilla.

El camino de vuelta es el mismo por el que has ido, pero para y mira, tienes otras vistas, otras sensaciones, nunca tengas prisa en una ruta.
Esta es sencilla o a mi me lo pareció, en muchas partes el camino es muy pedregoso, pero sin ningún problema y la subida se hace cómoda sorteando rodeiras y peñascos.

La ruta se puede acortar sin entrar en el pueblo, cruzando la carretera desde la iglesia y pasando por huertos particulares ¿Crees que esa el la forma de conservar la naturaleza, respetar los lugares que visitas y la idiosincrasia de los habitantes?

Dificultad de la ruta: IBP: 42