Valdepeñas de Jaén - Peñón Gil López

A pesar de las casi dos horas y media que se tarda en llegar desde Málaga hasta Valdepeñas de Jaén, bien merece la pena el desplazamiento hasta este paraíso interior, rodeado de montañas. ¡Eso si!, si es para mínimo para dos días, pues venir hasta aquí para ir y volver en el día es una paliza.

Iniciamos nuestra caminata por el precioso sendero de Las Chorreras, que discurre por el perímetro oriental de la localidad de Valdepeñas de Jaén, cual "Rivendel" (hogar de los Elfos). Coincidiendo con nuestro primer y último kilómetro de ruta. Envueltos por el referente sonido del agua, una vegetación de ribera casi tropical donde no faltan: helechos, ombligo de Venus, o cola de caballo. Flanqueando a este precioso arroyo, que se transforma en puro espectáculo, encajonados en un estrecho barranco, a través del que discurre este idílico sendero fluvial, donde se van alternando una sucesión de pequeñas pozas, rápidos y saltos de agua (uno de ellos de 15 metros que cae justo en nuestros pies) y que tras pasar por varios puentes de madera nos conduce a las proximidades del Paraje del Nacho, muy próximo al área recreativa del Vadillo.

El sendero finaliza en una pequeña carreterita que tomamos a nuestra izquierda en dirección noroeste. Pasando junto al campo de fútbol y al Polígono Industrial, dirigiéndonos hasta su parte más alta, para seguir ascendiendo por una pista terriza que nos lleva a un pinar hasta llegar a una construcción alargada (unos depósitos de agua) donde abandonamos el carril que traemos y tomamos uno de tierra a la derecha bordeando esta construcción y que se introduce de nuevo en el pinar. Inmediatamente encontramos una primera valla con su puerta y seguimos subiendo. Justo al pasar la tercera puerta aparecerá una pista a la derecha que hemos de tomar y que de nuevo nos introduce en el pinar, desde donde vamos ampliando las vistas sobre el pueblo de Valdepeñas con el piramidal Cerro del Agudillo (de Alcaudete al fondo, el Puerto de Carboneros y el Cerro del Hoyo.

Buen lugar para tomar aire y seguir ascendiendo. El sendero muestra sus vetustos muros de piedra que lo han sustentado durante siglos.
Hacia el oeste se nos muestra desde la altura el municipio de Valdepeñas de Jaen, enclavado en el Valle del Río Susana que contemplamos en toda su extensión, con la Morenilla, el Castellón, al fondo la Sierra Ahíllos y la Caracolera, el Cerro Caballo, la Montesina. Más al norte apreciamos el Jabalcuz, La Pandera y el Peñón de Gil López, con todo el Valle de Ranera a los pies de estos dos últimos. Retomamos el sendero que traíamos, que ahora toma rumbo noreste y que cómodamente nos lleva ganando altura hasta un punto donde el sendero se bifurca . Tomamos el de la izquierda que comienza a descender, saliendo del pinar y a través de pedrera y formaciones kársticas nos conduce por toda la cara norte de La Solana con unas estupendas vistas hasta el Peñón de Gi Lopez, con su espeso pinar hasta el mismo pico, que se yergue altivo sobre el Valle de Ranera y Los Cierzos, frente a La Pandera, con cuyas vistas nos estuvimos recreando mientras almorzamos.

Empezamos ahora a descender hacia el suroeste bordeando los tajos del Peñon Gil González, a través de pinar y llegamos a un punto donde nos encontramos unas antiguas corraletas de piedra a los pies de un farallón rocoso. En este punto el sendero se difumina y cuesta trabajo seguirlo, pero solo hay que continuar la dirección que traíamos en suave descenso y en unos metros topamos con una pista que tomamos a la derecha en claro descenso y que ya no soltarlos hasta llegar un par de kilómetros más abajo, al ramal de pista, donde ya completamos el tramo circular, a partir del cual ya sólo queda regresar sobre nuestros pasos, volviendo a disfrutar del Sendero de Las Chorreras en sentido inverso, hasta retornar a Valdepeñas de Jaén.