VALDESOTOS-LOMA DEL RISCAL-COLLADO CABEZAS-PICO CABEZAS-LOMA DE LA MORALEJA-CHORRO DEL CARRIZAL

Marcha realizada el sábado 30 de enero de 2021
AVISO: Se entiende, que todo aquel que quiera realizar esta misma ruta, asume la responsabilidad que conlleva una actividad no exenta de posibles riesgos o incidentes, en un entorno en el que el sentido común y las circunstancias pueden marcar la diferencia entre pasar un buen día o todo lo contrario.
Hoy nos hemos acercado hasta uno de los pueblos más tranquilos de todo el Sistema Central, en esta ocasión por tierras de Guadalajara. Está enclavado en uno de los mejores lugares desde el punto de vista paisajístico; y todo ello debido a una orografía de lo más irregular y abrupta, producto de la fuerte erosión que en todo este entorno natural han producido los abundantes arroyos, en el proceso de modelado de materiales como la pizarra, que es la que más abunda y forma el suelo de toda esta zona. Así mismo, el pico Cabezas es uno de los mejores miradores al que se puede ascender realizando un ascenso y esfuerzo de lo más aceptable; y es que dicha cumbre de Cabezas hace de magnífico balcón y ofrece una inmejorables vistas panorámicas en trescientos sesenta grados de un entorno tan montañoso como es éste.
Antes de iniciar la descripción, propiamente dicha, aclarar que hasta Valdesotos se puede llegar por dos trayectos totalmente diferentes, uno sería el que hemos elegido nosotros, y que ha pasado por la ciudad de Guadalajara, para desde ahí coger la carretera hacia Tamajón, que se deja unos kilómetros antes de llegar a dicha población, cogiendo por la izquierda hacia Puebla de Valles (muy cerca éste de Valdesotos). O bien una segunda opción, que pasando por la población madrileña de Torrelaguna y poco después por Patones de Abajo, para desviarse antes de llegar al Pontón de la Oliva por una carretera comarcal (CM-123), hasta llegar a otra carretera local (GU-1065), que acaba saliendo a la altura del puente romano sobre el río Jarama, muy cerca ya de Valdesotos.

Nosotros, una vez llegamos a dicha población, dejamos el coche en el aparcamiento que hay antes de entrar en el pueblo y a la derecha de la carretera. Poco después, ya seguimos andando de frente hacia el pueblo, para en un minuto llegar hasta la fachada del ayuntamiento, que curiosamente en sus bajos también tiene el bar “El Chorro”. En ese punto bajamos la calle Huelga por la derecha para dirigirnos hacia el arroyo del Carrizal, habiendo hecho antes otro giro a la izquierda, pero sin dejar la misma calle Huelga, que un poco más adelante conectará, primero con la calle Plazuela y luego con la calle Angosta que es la que nos saca del pueblo y nos lleva hacia el puente sobre el citado y caudaloso arroyo. Hasta aquí y desde el aparcamiento poco más de cuatrocientos metros. Nada más pasar el puente, un poste señaliza que por la izquierda se va al citado Chorro (que nosotros dejaremos para la vuelta). Desde aquí iniciamos una subida, que ya no dejaremos hasta llegar a la cumbre del pico Cabezas, pero primero y a unos trescientos cincuenta metros pasaremos por la zona denominada El Prado, que nos muestra unos cuantos ejemplares de encinas centenarias. Cuatrocientos y pico metros después, y sin dejar este antiguo camino de acceso a las tainas de arriba, también dejamos por la derecha una anciana fuente, que sin embargo todavía lleva agua. Seiscientos metros después ya nos encontramos en la umbría del cerro de la Cabeza de los Vallejo. Se puede apreciar lo angosto que es este viejo camino en algunos tramos, así como el fuerte desnivel que hay hasta la parte baja del profundo barranco que va quedando a nuestra izquierda.

A partir de este punto se empieza a vislumbrar la parte final de este encajonado barranco, y es que si por la izquierda ya podemos ver la parte alta de la Cuerda de las Majadas, de frente ya tenemos muy cerca, a unos setecientos metros, una de las tainas de esta zona; mientras que otro tanto más allá también podemos ver la Loma del Riscal. El rumbo norte, con ligera tendencia al este, que hemos traído hasta dicha loma, da un brusco giro a la izquierda para a lo largo de este tramo de no más de un kilómetro y cuarto de pista, volver a girar hacia el norte poco antes de dejar dicha pista y coger un sendero que entre pinar de reforestación (pinos resineros) nos permite ascender el macizo del pico Cabezas por su vertiente sureste. En otro kilómetro y cuarto, que se asciende sin mayor dificultad, nos hemos plantado en un pequeño colladito, justo en la base de la parte final de subida hasta la cumbre.

Esta parte final, que desde medio kilómetro antes de llegar al citado collado cambió por enésima vez el rumbo norte a rumbo oeste, culmina en poco más de trescientos metros en el mismísimo vértice geodésico de la cumbre del pico Cabezas. Las vistas bien merecen el ligero esfuerzo de subida hasta aquí, añadiendo a todo ello, que si las rachas de viento que a veces nos traían nieve granulada han ido aumentando conforme subíamos, al llegar a dicha cumbre ha habido momentos en los que el viento nos hacía difícil mantener la verticalidad.

Desde el Cabezas y nuevamente con cambio de rumbo a norte, medio kilómetro más hasta un amplio manantial, para a los cien metros girar ligeramente a la izquierda y con algo de bajada hasta conectar con la pista, que por la Loma de la Moraleja y dibujando todo el tiempo una curva tras otra, no dejaremos en los próximos 5 kilómetros de bajada. Tras los cuales se acaba saliendo a otra senda, que tras recorrer durante unos setecientos metros más, habremos cerrado la circular hasta llegar a poca distancia de la Loma del Riscal y de la taina por la que pasábamos de mañana durante la subida. Este tramo, ya conocido pero ahora de bajada hasta el cruce, que muy cerca del citado puente, señaliza hacia El Chorro, y que nosotros vamos a seguir durante un corto tramo de poco más de un kilómetro, que pensamos merece la pena realizar sobre todo por el rincón al que se llega, y en el que confluyen el arroyo del Carrizal, que da lugar a la cascada del Chorro, y enfrente y por la izquierda el arroyo de la Gazachuela que da lugar a otra pequeña cascada que parece salir liberada de un impresionante barranco escabado en pleno macizo de pizarra.