Vallada: Penyó, Castell i Ermita de Sant Sebastià

Vallada es un municipio valenciano situado a unos 75 kilómetros de la capital y enclavado en la comarca de La Costera. Su geografía queda marcada por el valle del río Cànyoles, donde reposa el núcleo urbano de esta población, hacia el norte por los últimos espolones del macizo del Caroig, y hacia el sur por la Serra Grosa, de orientación prebética. Limita con Moixent y Montesa y con Enguera, ya en la Canal de Navarrés, y Ontinyent (la Vall d'Albaida).

La ruta aquí planteada pasará por algunos de los elementos geográficos más interesantes de Vallada y, para eso, arrancamos desde las faldas de la Penya del Sol. Comenzaremos caminando en sentido sur en la zona de Els Clots, siguiendo una pista forestal. Tras haber andado durante unos dos kilómetros, tomaremos un sendero que sale hacia nuestra derecha con el objetivo de encumbrar el Penyó de Vallada, un modesto montículo desde el que se puede disfrutar de muy buenas vistas. La subida al Penyó posee cierto carácter técnico y hay instalado un cable de acero pegado a la roca para facilitar los pasos que puedan resultar más complicados. En la cima del Penyó, a 573 metros sobre el nivel del mar, hay un panel informativo y una enorme cruz que es bien visible desde lejos. Sin duda, las vistas desde este punto bien merece la pena el esfuerzo para subir hasta aquí.

Con cuidado, deshacemos el camino que nos llevó hasta la cima y tomaremos poco después un sendero a nuestra derecha y que rodea el Penyó mientras caminamos hacia el norte. Cruzamos el Barranc de la Font d'Arnau y viraremos hacia la derecha para seguir por un sendero que nos llevará directamente al Castillo de Vallada. El Castillo de Vallada es una antigua fortaleza de origen musulmán construida en un promontorio a 552 msnm sobre el núcleo poblado. Desde este lugar la panorámica es también inigualable, divisándose muy bien todo el valle del río Cànyoles. Por desgracia y a causa del paso del tiempo y de un intenso terremoto en 1748, de la estructura original apenas han quedado unos pocos lienzos de las murallas y los restos de una de las torres defensivas.

Cumplido el objetivo de visitar el castillo, desandamos el sendero que nos llevo hasta él, volvemos a cruzar el barranco y giramos hacia la izquierda. El sendero que ahora pisamos nos conduce hasta la Penya de l'Àguila, otro lugar con interesantes vistas. Seguimos caminando por el sendero hasta bajar de nuevo al Barranc de la Font d'Arnau, por cuyo lecho discurre un poco de agua. Llegamos así a la Érmita de Sant Sebastià, centro religioso cuya edificación original se remonta al siglo XVI. Desde aquí, un agradable paseo nos guía hasta la Font de Dalt de l'Ermita, surtidor en el que encontramos un buen chorro de agua pese a la horrible sequía que estamos sufriendo.

Seguimos andando para pasar junto a la Érmita del Crist para después tomar un sendero, bastante vertical, que termina en la carretera, por la que transitaremos unos metros hasta salirnos por una pista que nos devolverá al punto inicial de esta excursión.