Valle de Abdalajis - Pico Capilla
near Valle de Abdalagís, Andalucía (España)
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Itinerary description
Ruta circular desde Valle de Abdalagís pasando por:
- Ermita del Cristo de la Sierra (0.6 km)
- Ruinas Cortijo del Charcón (4.7 km)
- Pico Capilla (7.6 km)
- Manantial valle de abdalajis (11.9 km)
El Lunes 8 de Enero 2024, disfrutamos de una de las versiones más bonitas de ascenso y descenso del Pico Capilla, desde el Valle de Abdalajís, desde donde arrancamos la caminata, dirigiendo nuestros pasos hacia la Ermita del Santísimo Cristo de la Sierra, y después tomando las escaleras que nos suben hasta el cercano “Mirador del Gangarro”, curioso nombre que sirve para denominar a una piedra que se mueve cuando nos subimos encima de ella. Desde el mirador del “Gangarro” parte del grupo continuó por la cordal y la otra parte lo hizo regresando sobre sus pasos hasta la Ermita, para tomar el “Camino del Charcón”, dejando a la derecha, los dos llanitos donde se celebra la Romería del Santísimo Cristo de la Sierra, el primer domingo de mayo, desde donde ya empezamos a disfrutar del Tajo de Las Palomas, con el cortijo del mismo nombre a sus pies, y más adelante, una enorme piedra de forma cúbica, conocida como “Piedra del Dado”, que posiblemente se desprendió de la parte superior de la parte superior de uno de los tajos que nos flanquean.
El 9 de octubre de 1680, día en que a las 7:15 am tembló la tierra con una intensidad de 9 en una escala de 10. Fue el seísmo más fuerte conocido en la Historia de la provincia de Málaga, dejándose sentir en las provincias de Sevilla, Granada, Córdoba o Jaén, siendo conocido como “El Terremoto de Málaga”. La fuerza máxima con que tembló la tierra en el Valle de Abdalajís tuvo qu4e ser escalofriante porque el epicentro estuvo en la Sierra de Aguas, donde se unen los términos municipales de las cercanas localidades de Álora y Carratraca. Según un informe enviado al rey Carlos II en la provincia de Málaga murieron setenta personas y hubo alrededor de cien heridos.
Desde la “Piedra del Dado” empezamos a ganar altura en pronunciados zigzags, y en el exterior de la última curva, tomamos el ramal que nos lleva hasta la denominada “Cruz del Picacho”, que desde el Valle de Abdalajís vemos allí arriba como una atalaya casi inexpugnable, que en realidad es el extremo, oriental del Tajo del Cuervo, junto a cuya zona superior vamos a caminar durante el siguiente trecho, abandonando el camino principal para acercarnos a visitar la antigua Fuente Abrevadero y las ruinas del Cortijo del Charcón, que le dan nombre al precioso “Torcalito” del mismo nombre al que le dedicamos más de una hora a inventariar figuras atravesando el Torcal de Sur a Norte, pasando por formaciones imitativas como”La Betería Antiarérea”, “El Tanque”, “La Piedra del Vaivén”, “El Conjunto de Gigantes y Cabezudos”; “El Tótem y “La Tortuga”, “La Esfinge”, “El Ovni” o “El Arca” entre otras.
Desde el punto donde confluyen los tras senderos que desde allí se unen, tomando como punto de partida el Valle de Abdalajís: senderos del camino del nacimiento, de la Ratilla y del Charcón (el nuestro), iniciamos la ascensión al Pico Capilla, que debido a sus difuminados senderos entre abundantes aulagas o tramos de abundante piedra suelta, rara vez subiremos y bajaremos por la misma traza, ya que se presta a múltiples variantes. Sirva la máxima de “mientras vayamos subiendo, vamos bien”, después de pasar junto a un bloque calizo solitario, fácilmente identificable, accedimos a la cumbre por el precioso canuto S-O, tras el cual, la cumbre ya queda a tiro de piedra, donde estuvimos disfrutando de un agradable almuerzo, bajo el cálido sol del mediodía invernal, con una suave brisa que no incomodaba. El descenso lo hicimos por su vertiente Sur, S-E, siguiendo tenues senderos de cabra, con los bastones a todo el “largo” que daban, debido a la fuerte pendiente del terreno y la abundante piedra suelta, hasta regresar a la encrucijada de senderos, desde donde tomamos el “Sendero de la Ratilla”, en dirección Este, que rápidamente abandonamos para tomar un sendero paralelo, que discurre sobre los andenes que forman la base de los preciosos tajos de la Muela, que junto con el Torcal del Charcón, son un auténtico espectáculo geológico, que no dejará indiferente ni al senderista más exigente.
El tramo del sendero que discurre por los andenes del Tajo de la Muela, finaliza en el Collado de la Piedra del Oso, desde donde tenemos la opción de continuar por “La vaguada del Canal”, o bien, comohicimos nosotros, mantenernos por lo que sería la continuación de la línea de tajos que traíamos, girando levemente a nuestra derecha y después caminando sobre un enorme lapiaz, horadado por la acción erosiva de los numerosos acuíferos sobre los que caminamos en este tramo, hasta el punto que en época de lluvias abundantes el agua se escucha fluir en abundancia bajo nuestros pies, aunque no la veamos, y en continuo descenso, venimos a aterrizar al área recreativa de “Los Atenores”, presidida por una fuente y con un popular restaurante justo enfrente, donde se come super bien, en relación calidad precio, y que también lleva el nombre de “Atenores” que según nos comentó una Señora del pueblo que pasaba por allí, es la palabra que antaño se utilizaba para denominar a un conjunto de acequias. Quedando ya la localidad del Valle de Abdalajís, a la que llegamos caminando unos 300 m por la carretera que viene desde Antequera, tras pasar por la antigua Fuente Lavadero, su Cementerio y su Tanatorio.
Pasajes de la historia del Valle de Abdalajís:
Durante el largo periodo cronológico que abarca la Prehistoria, numerosos grupos de personas y diferentes sociedades dejaron su huella en las tierras que hoy conocemos como Valle de Abdalajís.
Durante miles de años, los grupos de cazadores-recolectores se desplazaban y vivían estacionalmente en este territorio en su camino hacia la costa o el interior. Y con el inicio del Neolítico en el año 5.000 a.C. la agricultura y la ganadería irrumpen en estas tierras.
En torno al último milenio a.C. los pobladores de este territorio van a iniciar una transformación provocada por la colonización de fenicios y griegos que comercian y se instalan en las costas.
La actividad comercial entre las sociedades al norte de la Vega de Antequera y la costa malagueña se van a intensificar por lo que el control y defensa de las vías de comunicación adquiere vital importancia. Por ello, en este periodo se empieza a articular una serie de fortificaciones estratégicas para controlar este paso natural que une Tartessos con Malaka.
La conquista de Roma de la Península Ibérica no significó sólo el dominio político italiano sino que se inicia un proceso cultural en el que Hispania se adapta plenamente en el conjunto del mundo romano (economía, sociedad, cultura, religión).
Ya no es necesaria la defensa del poblado por lo que estos oppidum se despueblan y las gentes del mundo ibérico bajan a los valles. El Cerro del Castillo y las otras fortificaciones se abandonan y se establece la nueva ciudad romana, Nescania, ubicada bajo las casas del actual valle de Abdalajís.
Poco conocemos del longevo periodo de dominación musulmana en Valle de Abdalajís. La arqueología nos indica que sobre las ruinas de Nescania, no existió población alguna. Sin embargo, se han constatado 7 yacimientos enmarcados en este periodo, además de numerosos hallazgos aislados por todo el municipio.
En el Nacimiento encontramos restos emiral-califa a almohade – nazarí relacionados con labores agrícolas, a funciones militares y defensivas responden los yacimientos de con el Cerro del Castillo y Torrecilla. De este modo, los habitantes de la zona de Valle de Abdalajís y de su Sierra vivían diseminados en huertas y cortijos dedicados a la agricultura y la ganadería.
Las crónicas árabes documentan que en el año 904 los omeyas cordobeses al mando del príncipe AbaÌ„n dirigen una campaña contra Bobastro, ciudad fundada por el Caudillo rebelde “Omar Ibn Hafsún” situada en las Mesas de Villaverde, El Chorro, que tuvo en jaque al poder cordobés durante más de 50 años. Camino del llamado “Nido de Águilas” las tropas cordobesas acamparon en “WaÌ diÌ-Nisqaniya”, ruinas de la antigua ciudad romana de Nescania, destruyendo todos sus cultivos a su paso. Este testimonio nos muestra que las Sierras y Valle de Abdalajís tuvieron un papel destacado en la contienda entre “Omar Ibn Hafsún” y su primogénito “Suleyman” contra el gran Emirato Omeya cordobés.
Tras la expulsión de los musulmanes de Málaga, se realizaron diferentes repartimientos de tierras que antes habían sido propiedad de los moros. Del repartimiento cupo buena parte a un vecino de Antequera, Don Juan de Eslava, a quien se puede considerar como la piedra angular del origen de la villa de Valle de Abdalajís y aborigen de la genealogía del Señorío Jurisdiccional que gobernó esta villa desde 1559 hasta las Cortes de Cádiz de 1811.
Ya en el siglo diecisiete se empiezan a conocer las primeras calles del pueblo como son, entre otras, la plaza pública, calle Real, calle Alameda, calle Fresca, barrio del Medio, Castillejo, Callejón o la calle Albaicín. En cualquier caso su trazado urbano es el resultado de la constancia y fidelidad con la arquitectura romana y árabe, sus antecedentes históricos. Es en el siglo diecinueve cuando se produce una profunda transformación política, social y económica que modifica la estructura de los pueblos: la disolución y abolición de los Señoríos y, entre ellos, el de Abdalajís. De esta forma el señorío del Valle de Abdalajís queda interrumpido desde 1812 a 1814, según el acuerdo de las Cortes de Cádiz, para restablecerse en 1814 con la etapa absolutista de Fernando Séptimo.
Muerto éste en 1833, la reina regenta María Cristina consigue abolir la política de los señoríos. Así Don Isidro Mesías de Vargas, conde de los Corbos y último señor del Valle, quedo convertido en particular, simple y puro propietario de sus fincas en el Valle de Abdalajís falleciendo en 1880 y desaparecido definitivamente de la Villa la Casa de los Padillas. En esta fecha el Valle de Abdalajís contaba con 2.859 habitantes y ya estaban consolidadas muchas de las actuales calles y fuentes.
A partir de esta fecha, el pueblo fue aumentando en el número de habitantes y conformando la actual estructura urbana, alcanzando en los años 60 del siglo veinte un total de 3.987 habitantes.
Este Valle está rodeado por lomas y cerros como los de Asperillas, Golondrina, Parra, Zorreas, Canal, Chacón, Capilla, Rata y Ratilla. Pero, quizá el más popular por su encanto, es el de Candelitos. Esta sucesión de cerros hace que la actividad deportiva dedicada al vuelo tenga una especial relevancia en el municipio, hasta el punto que se la considera como la capital del vuelo, básicamente en ala delta, parapente o viajes en globo. El término municipal cuenta con al menos 14 manantiales que riegan parte de las más de 2.100 hectáreas de su territorio. Huertas, cítricos, setas, espárragos, caracoles, palmitos... son algunos de los productos que ofrece esta tierra.
El mayor crimen hidrológico perpetrado en Andalucía en lo que va de Siglo XXI:
El lema de toda la vida del Valle de Abdalajís era “La Villa de los Manatiales”, el pueblo más rico en acuíferos de toda la provincia de Málaga y uno de los más ricos de agua en toda España.
El 24 de marzo de 2006, la tuneladora que excavaba el túnel para la línea ferroviaria de alta velocidad Córdoba-Málaga reventó los acuíferos de la sierra del Valle de Abdalajís. Y ello, pese a que estos acuíferos estaban perfectamente delimitados en el atlas hidrológico de la provincia de Málaga de 1988.
En menos de una semana el primero de sus manantiales dejo de verter agua, en julio le ocurrió lo mismo al manantial más emblemático, Los Atanores. De igual manera, se secó el depósito municipal que abastecía de agua a la población.
La empresa pública responsable de la obra, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), argumentaba que el caudal drenado por el túnel era de 2 litros por segundo. Pero el profesor Pulido Bosch de la Universidad de Almería asegura en un estudio que el caudal drenado inicialmente rozaba los 600 l/s, algo que corrobora la simple observación de los caudales que fluían por el túnel.
Ahora, en el municipio Valle de Abdalajís, caracterizado hasta hace poco por su gran número de manantiales, la Fuente de la Reina es la única activa tras este crimen hidrológico, pero con un caudal muy reducido. En un primer momento, para abastecer de agua a la población, regar las huertas y dar de beber al ganado, hubo que recurrir a camiones cisterna que traían el agua desde Antequera. Después, la puesta en marcha de un pozo ha permitido abastecer al municipio, aunque esta agua pertenece al mismo acuífero dañado y retrasa la recuperación de los manantiales.
En los últimos años, se han visto manadas de cabra montés dentro del casco urbano en busca del agua o bebiendo en piscinas privadas. El Arroyo las Piedras ha perdido gran parte de su flora y fauna, ya que se ha convertido en un cauce seco. La actividad agrícola y ganadera, uno de los recursos económicos más importantes de la zona, ha sufrido grandes pérdidas…
La rotura y destrucción de los acuíferos en la Sierra del valle de Abdalajis durante las obras de construcción del túnel para la vía del AVE (Córdoba-Málaga) provocaron tremendos desequilibrios ecológicos, ya que no sólo destruyeron los acuíferos y los manantiales, sino que dejaron sin agua potable a los vecinos del municipio, llegándose a perder entre 200 y 400 litros de agua potable por segundo; unos 18 millones de litros diarios, incumpliéndose flagrantemente la Directiva marco europea del agua (2000/60/CE). Esta Directiva indica que hay que incluir criterios de sostenibilidad y protección de los recursos hídricos en los proyectos de gestión, caracterización y restauración de las aguas subterráneas. Lo cual se pasaron por los huevos los gobiernos tanto de la Junta de Andalucía como el Gobierno Central (ambos del PSOE) por aquel entonces, que ahora por muchísimo menos de lo que supuso aquel crimen, ahora ponen el grito en el cielo por lo de Doñana. Por aquel entonces, este tremendo crimen ecológico, fue silenciado en todos los MEDIOS DE MANIPULACIÓN MASIVA. Pero si interesa denunciar otro delito ecológico (aunque sea mucho menor), para atacar al Gobierno de una CC.AA. de un color político al Gobierno Central que es el que maneja los MEDIOS DE MANIPULACIÓN MASIVA, lo pregonan a los cuatro vientos (o lo silencian) según convenga. Algo que refleja, una vez más la INFINITA HIPOCRESÍA Y CORRUPCIÓN de quienes ahora pretenden vendernos la moto por cambiar en muy poco tiempo los coches de gasoil/gasolina por híbridos/eléctricos, para favorecer el CAMBIO CLIMÁTICO, que también utilizan sistemáticamente para manipularnos como borregos y vendernos lo que les interese, cuando les interese, con la Agenda 2030 y su puta madre, restándonos cada vez más libertades, cada vez con menor poder adquisitivo y en consecuencia peor calidad de vida.
Tras este imperdonable crimen hidrológico perpetrado el nuevo lema del Valle de Abdalajís es “Un lugar para perderse”.
- Ermita del Cristo de la Sierra (0.6 km)
- Ruinas Cortijo del Charcón (4.7 km)
- Pico Capilla (7.6 km)
- Manantial valle de abdalajis (11.9 km)
El Lunes 8 de Enero 2024, disfrutamos de una de las versiones más bonitas de ascenso y descenso del Pico Capilla, desde el Valle de Abdalajís, desde donde arrancamos la caminata, dirigiendo nuestros pasos hacia la Ermita del Santísimo Cristo de la Sierra, y después tomando las escaleras que nos suben hasta el cercano “Mirador del Gangarro”, curioso nombre que sirve para denominar a una piedra que se mueve cuando nos subimos encima de ella. Desde el mirador del “Gangarro” parte del grupo continuó por la cordal y la otra parte lo hizo regresando sobre sus pasos hasta la Ermita, para tomar el “Camino del Charcón”, dejando a la derecha, los dos llanitos donde se celebra la Romería del Santísimo Cristo de la Sierra, el primer domingo de mayo, desde donde ya empezamos a disfrutar del Tajo de Las Palomas, con el cortijo del mismo nombre a sus pies, y más adelante, una enorme piedra de forma cúbica, conocida como “Piedra del Dado”, que posiblemente se desprendió de la parte superior de la parte superior de uno de los tajos que nos flanquean.
El 9 de octubre de 1680, día en que a las 7:15 am tembló la tierra con una intensidad de 9 en una escala de 10. Fue el seísmo más fuerte conocido en la Historia de la provincia de Málaga, dejándose sentir en las provincias de Sevilla, Granada, Córdoba o Jaén, siendo conocido como “El Terremoto de Málaga”. La fuerza máxima con que tembló la tierra en el Valle de Abdalajís tuvo qu4e ser escalofriante porque el epicentro estuvo en la Sierra de Aguas, donde se unen los términos municipales de las cercanas localidades de Álora y Carratraca. Según un informe enviado al rey Carlos II en la provincia de Málaga murieron setenta personas y hubo alrededor de cien heridos.
Desde la “Piedra del Dado” empezamos a ganar altura en pronunciados zigzags, y en el exterior de la última curva, tomamos el ramal que nos lleva hasta la denominada “Cruz del Picacho”, que desde el Valle de Abdalajís vemos allí arriba como una atalaya casi inexpugnable, que en realidad es el extremo, oriental del Tajo del Cuervo, junto a cuya zona superior vamos a caminar durante el siguiente trecho, abandonando el camino principal para acercarnos a visitar la antigua Fuente Abrevadero y las ruinas del Cortijo del Charcón, que le dan nombre al precioso “Torcalito” del mismo nombre al que le dedicamos más de una hora a inventariar figuras atravesando el Torcal de Sur a Norte, pasando por formaciones imitativas como”La Betería Antiarérea”, “El Tanque”, “La Piedra del Vaivén”, “El Conjunto de Gigantes y Cabezudos”; “El Tótem y “La Tortuga”, “La Esfinge”, “El Ovni” o “El Arca” entre otras.
Desde el punto donde confluyen los tras senderos que desde allí se unen, tomando como punto de partida el Valle de Abdalajís: senderos del camino del nacimiento, de la Ratilla y del Charcón (el nuestro), iniciamos la ascensión al Pico Capilla, que debido a sus difuminados senderos entre abundantes aulagas o tramos de abundante piedra suelta, rara vez subiremos y bajaremos por la misma traza, ya que se presta a múltiples variantes. Sirva la máxima de “mientras vayamos subiendo, vamos bien”, después de pasar junto a un bloque calizo solitario, fácilmente identificable, accedimos a la cumbre por el precioso canuto S-O, tras el cual, la cumbre ya queda a tiro de piedra, donde estuvimos disfrutando de un agradable almuerzo, bajo el cálido sol del mediodía invernal, con una suave brisa que no incomodaba. El descenso lo hicimos por su vertiente Sur, S-E, siguiendo tenues senderos de cabra, con los bastones a todo el “largo” que daban, debido a la fuerte pendiente del terreno y la abundante piedra suelta, hasta regresar a la encrucijada de senderos, desde donde tomamos el “Sendero de la Ratilla”, en dirección Este, que rápidamente abandonamos para tomar un sendero paralelo, que discurre sobre los andenes que forman la base de los preciosos tajos de la Muela, que junto con el Torcal del Charcón, son un auténtico espectáculo geológico, que no dejará indiferente ni al senderista más exigente.
El tramo del sendero que discurre por los andenes del Tajo de la Muela, finaliza en el Collado de la Piedra del Oso, desde donde tenemos la opción de continuar por “La vaguada del Canal”, o bien, comohicimos nosotros, mantenernos por lo que sería la continuación de la línea de tajos que traíamos, girando levemente a nuestra derecha y después caminando sobre un enorme lapiaz, horadado por la acción erosiva de los numerosos acuíferos sobre los que caminamos en este tramo, hasta el punto que en época de lluvias abundantes el agua se escucha fluir en abundancia bajo nuestros pies, aunque no la veamos, y en continuo descenso, venimos a aterrizar al área recreativa de “Los Atenores”, presidida por una fuente y con un popular restaurante justo enfrente, donde se come super bien, en relación calidad precio, y que también lleva el nombre de “Atenores” que según nos comentó una Señora del pueblo que pasaba por allí, es la palabra que antaño se utilizaba para denominar a un conjunto de acequias. Quedando ya la localidad del Valle de Abdalajís, a la que llegamos caminando unos 300 m por la carretera que viene desde Antequera, tras pasar por la antigua Fuente Lavadero, su Cementerio y su Tanatorio.
Pasajes de la historia del Valle de Abdalajís:
Durante el largo periodo cronológico que abarca la Prehistoria, numerosos grupos de personas y diferentes sociedades dejaron su huella en las tierras que hoy conocemos como Valle de Abdalajís.
Durante miles de años, los grupos de cazadores-recolectores se desplazaban y vivían estacionalmente en este territorio en su camino hacia la costa o el interior. Y con el inicio del Neolítico en el año 5.000 a.C. la agricultura y la ganadería irrumpen en estas tierras.
En torno al último milenio a.C. los pobladores de este territorio van a iniciar una transformación provocada por la colonización de fenicios y griegos que comercian y se instalan en las costas.
La actividad comercial entre las sociedades al norte de la Vega de Antequera y la costa malagueña se van a intensificar por lo que el control y defensa de las vías de comunicación adquiere vital importancia. Por ello, en este periodo se empieza a articular una serie de fortificaciones estratégicas para controlar este paso natural que une Tartessos con Malaka.
La conquista de Roma de la Península Ibérica no significó sólo el dominio político italiano sino que se inicia un proceso cultural en el que Hispania se adapta plenamente en el conjunto del mundo romano (economía, sociedad, cultura, religión).
Ya no es necesaria la defensa del poblado por lo que estos oppidum se despueblan y las gentes del mundo ibérico bajan a los valles. El Cerro del Castillo y las otras fortificaciones se abandonan y se establece la nueva ciudad romana, Nescania, ubicada bajo las casas del actual valle de Abdalajís.
Poco conocemos del longevo periodo de dominación musulmana en Valle de Abdalajís. La arqueología nos indica que sobre las ruinas de Nescania, no existió población alguna. Sin embargo, se han constatado 7 yacimientos enmarcados en este periodo, además de numerosos hallazgos aislados por todo el municipio.
En el Nacimiento encontramos restos emiral-califa a almohade – nazarí relacionados con labores agrícolas, a funciones militares y defensivas responden los yacimientos de con el Cerro del Castillo y Torrecilla. De este modo, los habitantes de la zona de Valle de Abdalajís y de su Sierra vivían diseminados en huertas y cortijos dedicados a la agricultura y la ganadería.
Las crónicas árabes documentan que en el año 904 los omeyas cordobeses al mando del príncipe AbaÌ„n dirigen una campaña contra Bobastro, ciudad fundada por el Caudillo rebelde “Omar Ibn Hafsún” situada en las Mesas de Villaverde, El Chorro, que tuvo en jaque al poder cordobés durante más de 50 años. Camino del llamado “Nido de Águilas” las tropas cordobesas acamparon en “WaÌ diÌ-Nisqaniya”, ruinas de la antigua ciudad romana de Nescania, destruyendo todos sus cultivos a su paso. Este testimonio nos muestra que las Sierras y Valle de Abdalajís tuvieron un papel destacado en la contienda entre “Omar Ibn Hafsún” y su primogénito “Suleyman” contra el gran Emirato Omeya cordobés.
Tras la expulsión de los musulmanes de Málaga, se realizaron diferentes repartimientos de tierras que antes habían sido propiedad de los moros. Del repartimiento cupo buena parte a un vecino de Antequera, Don Juan de Eslava, a quien se puede considerar como la piedra angular del origen de la villa de Valle de Abdalajís y aborigen de la genealogía del Señorío Jurisdiccional que gobernó esta villa desde 1559 hasta las Cortes de Cádiz de 1811.
Ya en el siglo diecisiete se empiezan a conocer las primeras calles del pueblo como son, entre otras, la plaza pública, calle Real, calle Alameda, calle Fresca, barrio del Medio, Castillejo, Callejón o la calle Albaicín. En cualquier caso su trazado urbano es el resultado de la constancia y fidelidad con la arquitectura romana y árabe, sus antecedentes históricos. Es en el siglo diecinueve cuando se produce una profunda transformación política, social y económica que modifica la estructura de los pueblos: la disolución y abolición de los Señoríos y, entre ellos, el de Abdalajís. De esta forma el señorío del Valle de Abdalajís queda interrumpido desde 1812 a 1814, según el acuerdo de las Cortes de Cádiz, para restablecerse en 1814 con la etapa absolutista de Fernando Séptimo.
Muerto éste en 1833, la reina regenta María Cristina consigue abolir la política de los señoríos. Así Don Isidro Mesías de Vargas, conde de los Corbos y último señor del Valle, quedo convertido en particular, simple y puro propietario de sus fincas en el Valle de Abdalajís falleciendo en 1880 y desaparecido definitivamente de la Villa la Casa de los Padillas. En esta fecha el Valle de Abdalajís contaba con 2.859 habitantes y ya estaban consolidadas muchas de las actuales calles y fuentes.
A partir de esta fecha, el pueblo fue aumentando en el número de habitantes y conformando la actual estructura urbana, alcanzando en los años 60 del siglo veinte un total de 3.987 habitantes.
Este Valle está rodeado por lomas y cerros como los de Asperillas, Golondrina, Parra, Zorreas, Canal, Chacón, Capilla, Rata y Ratilla. Pero, quizá el más popular por su encanto, es el de Candelitos. Esta sucesión de cerros hace que la actividad deportiva dedicada al vuelo tenga una especial relevancia en el municipio, hasta el punto que se la considera como la capital del vuelo, básicamente en ala delta, parapente o viajes en globo. El término municipal cuenta con al menos 14 manantiales que riegan parte de las más de 2.100 hectáreas de su territorio. Huertas, cítricos, setas, espárragos, caracoles, palmitos... son algunos de los productos que ofrece esta tierra.
El mayor crimen hidrológico perpetrado en Andalucía en lo que va de Siglo XXI:
El lema de toda la vida del Valle de Abdalajís era “La Villa de los Manatiales”, el pueblo más rico en acuíferos de toda la provincia de Málaga y uno de los más ricos de agua en toda España.
El 24 de marzo de 2006, la tuneladora que excavaba el túnel para la línea ferroviaria de alta velocidad Córdoba-Málaga reventó los acuíferos de la sierra del Valle de Abdalajís. Y ello, pese a que estos acuíferos estaban perfectamente delimitados en el atlas hidrológico de la provincia de Málaga de 1988.
En menos de una semana el primero de sus manantiales dejo de verter agua, en julio le ocurrió lo mismo al manantial más emblemático, Los Atanores. De igual manera, se secó el depósito municipal que abastecía de agua a la población.
La empresa pública responsable de la obra, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), argumentaba que el caudal drenado por el túnel era de 2 litros por segundo. Pero el profesor Pulido Bosch de la Universidad de Almería asegura en un estudio que el caudal drenado inicialmente rozaba los 600 l/s, algo que corrobora la simple observación de los caudales que fluían por el túnel.
Ahora, en el municipio Valle de Abdalajís, caracterizado hasta hace poco por su gran número de manantiales, la Fuente de la Reina es la única activa tras este crimen hidrológico, pero con un caudal muy reducido. En un primer momento, para abastecer de agua a la población, regar las huertas y dar de beber al ganado, hubo que recurrir a camiones cisterna que traían el agua desde Antequera. Después, la puesta en marcha de un pozo ha permitido abastecer al municipio, aunque esta agua pertenece al mismo acuífero dañado y retrasa la recuperación de los manantiales.
En los últimos años, se han visto manadas de cabra montés dentro del casco urbano en busca del agua o bebiendo en piscinas privadas. El Arroyo las Piedras ha perdido gran parte de su flora y fauna, ya que se ha convertido en un cauce seco. La actividad agrícola y ganadera, uno de los recursos económicos más importantes de la zona, ha sufrido grandes pérdidas…
La rotura y destrucción de los acuíferos en la Sierra del valle de Abdalajis durante las obras de construcción del túnel para la vía del AVE (Córdoba-Málaga) provocaron tremendos desequilibrios ecológicos, ya que no sólo destruyeron los acuíferos y los manantiales, sino que dejaron sin agua potable a los vecinos del municipio, llegándose a perder entre 200 y 400 litros de agua potable por segundo; unos 18 millones de litros diarios, incumpliéndose flagrantemente la Directiva marco europea del agua (2000/60/CE). Esta Directiva indica que hay que incluir criterios de sostenibilidad y protección de los recursos hídricos en los proyectos de gestión, caracterización y restauración de las aguas subterráneas. Lo cual se pasaron por los huevos los gobiernos tanto de la Junta de Andalucía como el Gobierno Central (ambos del PSOE) por aquel entonces, que ahora por muchísimo menos de lo que supuso aquel crimen, ahora ponen el grito en el cielo por lo de Doñana. Por aquel entonces, este tremendo crimen ecológico, fue silenciado en todos los MEDIOS DE MANIPULACIÓN MASIVA. Pero si interesa denunciar otro delito ecológico (aunque sea mucho menor), para atacar al Gobierno de una CC.AA. de un color político al Gobierno Central que es el que maneja los MEDIOS DE MANIPULACIÓN MASIVA, lo pregonan a los cuatro vientos (o lo silencian) según convenga. Algo que refleja, una vez más la INFINITA HIPOCRESÍA Y CORRUPCIÓN de quienes ahora pretenden vendernos la moto por cambiar en muy poco tiempo los coches de gasoil/gasolina por híbridos/eléctricos, para favorecer el CAMBIO CLIMÁTICO, que también utilizan sistemáticamente para manipularnos como borregos y vendernos lo que les interese, cuando les interese, con la Agenda 2030 y su puta madre, restándonos cada vez más libertades, cada vez con menor poder adquisitivo y en consecuencia peor calidad de vida.
Tras este imperdonable crimen hidrológico perpetrado el nuevo lema del Valle de Abdalajís es “Un lugar para perderse”.
Waypoints
Car park
1,300 ft
Gasolinera REPSOL del Valle de Abdalajís
Panorama
1,416 ft
Mirador del Gangarro
Waypoint
1,360 ft
Llano de la Romería del Santo Cristo de la Sierra
Se celebra el primer domingo de mayo
Intersection
2,302 ft
Sendero de aproximación a La Cruz
Geocache
3,710 ft
Bloque calizo solitario
Geocache
2,679 ft
Los Tres 'Mascarones de Proa'
Geocache
2,339 ft
El Delfín
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