Valle de Otíñar: Casa pintor- Bco Tinaja Petroglifos- Puerto de la Senda- Paraje de Yedrón- Senda Nueva- Castillo de Otiñar.
near Otiñar, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Cómo llegar:
Para acceder al punto de inicio de la ruta hemos subido otro track, en coche, que nos conducirá desde Puente de la Sierra, localidad cercana a Jaén, hasta la Casa del Pintor en el Valle de Otíñar. La podéis encontrar en:
https://es.wikiloc.com/rutas-coche/puente-de-la-sierra-casa-del-pintor-valle-de-otinar-35245264
Descripción de la ruta:
Es una ruta muy completa y extraordinaria, una más en el desconocido entorno de la sierra de Jaén, en la que se une una naturaleza salvaje y espectacular, con la arqueología, historia y un geosendero único en el que podemos ver cómo el tiempo ha ido modelando estas montañas.
Justo en el inicio de esta ruta encontramos el impresionante BARRANCO DE LA TINAJA, antiguo túnel en el que son muy evidentes los estratos del Jurásico Medio y otros fenómenos geológicos. En este barranco se encuentra LA CUEVA DEL TORIL; es un abrigo natural “gigantesco”, de 67 metros de apertura y 12 de profundidad, con una sorprendente treintena de PETROGLIFOS E IDEOGRAMAS de círculos concéntricos y antropomórficos (la diosa de la Fertilidad) grabados en la roca. Son Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Monumento. Hace décadas que se conoce su existencia. Tanto las representaciones, como la técnica que se utilizó están consideradas excepcionales en el contexto de la Alta Andalucía.
Piensa en una comunidad habitando este valle. Estamos en plena Edad del Cobre y este es un poblado minero, dedicado a la explotación de las vetas de silex que abundan en la zona. Una muralla, de unos 200 metros de longitud, circunda la aldea; la protege; de ella aún quedan algunos restos actualmente. Frente a ella, extramuros, pero sin salir del Collado de los Bastianes (nombre con el que se conoce este lugar), hay una necrópolis dolménica.
Un grupo de arqueólogos y astrólogos han comprobado que, hace 4.500 años, la llamada Cueva del Toril fue un santuario asociado al sol y al agua; han visitado la Cueva en cada estación del año y en solsticios y equinoccios. El objetivo que los guiaba era estudiar el comportamiento de las sombras del sol sobre las marcas y si respondía a algún patrón. Y han confirmado su hipótesis. Los petroglifos actúan como un calendario solar y se piensa que la Cueva del Toril pudo ser un santuario asociado a los elementos básicos del agua y del sol.
Unos metros más allá veremos los restos del ARA, las murallas o DEFENSAS PALEOCELTAS y escalera paleocelta antes mencionadas.
En nuestra andanza dejaremos el Castillo de Otíñar a la izquierda, posponiendo su visita y descripción para el final como colofón a esta interesantísima ruta.
Continuaremos ascendiendo suavemente por una pista, de la que nos saldremos por una estrecha senda para evitar los largos zigzagueos de la pista; llegando a la caseta del canal subterráneo de aguas del Embalse de Quiebrajano. Desde aquí seguiremos el amplio carril pasando por dos cadenas que impiden el paso a los vehículos. En el tramo entre ambas cadenas encontramos una parcela vallada en la que un cartel puesto por la Asociación de vecinos de Otiñar, indica la ubicación de la FUENTE DE LA OLIVILLA. Como estaba todo vallado y había perros decidimos no pasar.
Después de un par de intersecciones, la pista forestal por la que caminamos empieza a difuminarse y a convertirse en un precioso sendero que va ascendiendo y salvando los arroyuelos y barrancos que descienden del Cerro de Peña Blanca y del Cagasebo, y por el que vamos divisando en todo momento los grandes cortados de la otra ladera del valle, con la Cruz de Chimba, Matamulos y su Puntal.
Inmersos en un denso bosque de encinas, quejigos y pinos transitaremos por los parajes de LA MESETA DE LA YEGUA Y LAS VÍBORAS, donde seremos premiados por el intenso olor de un romeral en flor; salpicado de numerosas flores entre las que cabe destacar la Orquídea Itálica o “El Picha” como comúnmente se la conoce.
Al llegar al paraje RINCONADA DEL ACEBUCHAL, nos vemos sorprendidos por un gran ARCO PETREO. Unos metros más y nos veremos inmersos en un precioso y antiguo QUEJIGAL, con algunos ejemplares de gran porte salpicados por unos pocos enebros enormes. Un tramo más de exigente ascenso y desembocamos en el PUERTO DE LA SENDA. En éste frondoso Puerto, cruce de senderos, seguiremos a la derecha por un fuerte ascenso, recorriendo agrestes enclaves de gran belleza, llegando a un MIRADOR NATURAL, obteniendo vistas de las Alcandoras, Cruz de la Chimba, Matamulos, Embalse de Quiebrajano, Pitillos……
Después del mirador pasaremos por otro bello quejigal salpicado de Orquídeas Sangre de Cristo, Peonías, Ombligos de Venus, Gamones, Hierba de Ballesteros… todo un placer para los amantes de la botánica. Posteriormente y continuando con el ascenso pasaremos por un encinar situado en un barranco, y tras una leve trepada sobre rocas veremos el ÁRBOL DE LA CRUZ; pequeña y rústica cruz de madera clavada en un árbol muerto en el Puerto del Raso. Lamentablemente alguien la arrancó y la ha hizo desaparecer; pero actualmente ha sido restaurada con otra nueva cruz.
Continuando con el largo ascenso llagamos al MONOLITO DE LA PUERTA DEL YEDRÓN; y muy cerca la CUEVA-REFUGIO DEL YEDRÓN. Uno de los grandes atractivos de ésta ruta, aparte de por supuesto los paisajísticos, es la visita a la singular Cueva del Yedrón. Ésta es una maravilla. En realidad se trata de un pequeño abrigo que alguien se ha encargado de convertir en refugio, sellando cualquier resquicio o apertura, poniendo una bella puerta y pintando y acondicionando con toda clase de detalles su interior. Pero lo realmente fascinante se encuentra en el exterior, habiendo varios grabados en las rocas con símbolos celtas( nudos, trisquel), vascos (Lauburu), inscripciones en sanscrito indú, un símbolo solar, un reloj de sol, barandas, escaleras esculpidas en la roca, dos miradores y depósitos que recogen el agua de lluvia que cae por las rocas a un bidón de forma ingeniosa. Se encuentra a una altura de 1150 m como reza en una tablilla. Cueva transformada en un precioso refugio de montaña hecho por un descendiente de Berges. Aquí decidimos realizar el almuerzo; sin duda un sitio espectacular.
Una vez retomadas las energías, afrontamos el último y duro tramo de ascenso hasta el PUERTO DE RASO 1260 m, repleto de Gamones que desgraciadamente solo tenían varios en flor; en un par de semanas esto debe estar precioso. Este puerto se encuentra en las estribaciones del Cerro Peña Blanca 1362 m y del Puntal de Senda Nueva con una altitud de 1115 m. Desde su cumbre tenemos unas panorámicas excelentes con vista a Jaén y al Castillo de Santa Catalina…
Iniciamos el tortuoso descenso por SENDA NUEVA, que no hace honor a su nombre, ya que, a nuestro parecer, se trata de un sendero muy pedregoso, poco definido, con mucho desnivel y que se nos hizo extremadamente largo. Las vistas son una maravilla, pero no puedes quitarle ojo al terreno ya que si no vas al suelo. Tras un paso entre rocas llegamos a una GRAN SIMA rodeada de DIACLASAS. Desde aquí el sendero es aún menos definido, y hay que ir buscando las huellas de las cabras, enlazando pequeñas sendas con otras que nos conducen hasta las inmediaciones del CASTILLO DE OTÍÑAR.
El CASTILLO DE OTÍÑAR es una antigua fortaleza medieval considerada como Bien de Interés Cultural. El castillo ocupa la parte más angosta de la meseta que corona el cerro. El castillo tiene planta alargada, con un recinto construido en mampostería, que aprovecha las defensas naturales en su parte oriental. Los restantes lienzos de muralla tienen más entidad, incluso con un pequeño bastión en su lado oeste. Dentro del recinto, hay restos de edificios de vivienda y un aljibe.
En la parte sur del recinto, situado sobre un roquedal, se construyó un pequeño alcázar, que se mantiene en pie. Está construido en sillería y dispone de una airosa torre del homenaje de dos plantas, situada sobre un risco. Las cámaras interiores de la torre tienen bóveda de medio cañón, construida en ladrillo. La escalera de acceso está adosada a los muros.
Parece que, hasta el Pacto de Jaén, el poblado de Otíñar tuvo un carácter eminentemente agrícola y careció de defensas. La fijación de la frontera convirtió este lugar en un punto decisivo en la vigilancia de los pasos serranos que por la Sierra Sur de Jaén unían la ciudad de Jaén con el Prebético granadino. Su construcción se suele datar en la segunda mitad del siglo XIII, aunque el alcazarejo se considera posterior, del siglo XV. Parece que el recinto pudo edificarse sobre otras estructuras más antiguas, de origen andalusí.
Como parte del sistema defensivo de Jaén, tenía conexión visual con la atalaya de Torrebermeja, que a su vez comunicaba con el castillo de la ciudad.
Origen árabe, también su nombre Otiñar en árabe alumbrar. Protegía a la población de Otiñar Viejo. En 1228, Fernando III devastó las huertas de Jaén y luego, remontando el río de Jaén y el Frío, llegó a un lugar que la crónica llama Arorimar, el Otíñar que conocemos. Fernando III lo devastó y siguió adelante. Otíñar debía ser un simple núcleo rural dotado de ciertas defensas de tierra y madera de las que han quedado vestigios a todo lo largo del escarpe del cerro, frente al castillo actual. Propiciaría la existencia de este núcleo la estrecha pero fértil vega del Valdearazo y la abundante caza del sector. Secundariamente, Otíñar vigilaba uno de los portillos del sistema subbético que comunican Jaén con Granada. Era el centinela del camino de Granada. A raíz del Pacto de Jaén (1246), Otíñar cobró importancia al quedar cerca de la frontera. Durante la Reconquista se le dotó de alcaldía, surgiendo al amparo de la fortaleza un núcleo de población que poseía incluso parroquia (siglo XIV).Vigilaba la bifurcación del camino viejo de Granada que venía de Cárchel y Carchelejo para desembocar en el río por la Cañada de las Hazadillas. Desde Otíñar se podían hacer ahumadas a las atalayas del Castillo de Torrebermeja (Peñas de Castro) que comunicaban a Jaén.
En las inmediaciones del castillo también se pueden visitar los restos de una BASÍLICA MOZÁRABE O VISIGODA y los restos de las CABAÑAS DE UN POBLADO PALEOCELTA.
Interesantísimo potencial histórico, cultural, natural y paisajístico que, a nuestro parecer, la Diputación de Jaén y la Junta de Andalucía tienen total y penosamente desaprovechado.
Para acceder al punto de inicio de la ruta hemos subido otro track, en coche, que nos conducirá desde Puente de la Sierra, localidad cercana a Jaén, hasta la Casa del Pintor en el Valle de Otíñar. La podéis encontrar en:
https://es.wikiloc.com/rutas-coche/puente-de-la-sierra-casa-del-pintor-valle-de-otinar-35245264
Descripción de la ruta:
Es una ruta muy completa y extraordinaria, una más en el desconocido entorno de la sierra de Jaén, en la que se une una naturaleza salvaje y espectacular, con la arqueología, historia y un geosendero único en el que podemos ver cómo el tiempo ha ido modelando estas montañas.
Justo en el inicio de esta ruta encontramos el impresionante BARRANCO DE LA TINAJA, antiguo túnel en el que son muy evidentes los estratos del Jurásico Medio y otros fenómenos geológicos. En este barranco se encuentra LA CUEVA DEL TORIL; es un abrigo natural “gigantesco”, de 67 metros de apertura y 12 de profundidad, con una sorprendente treintena de PETROGLIFOS E IDEOGRAMAS de círculos concéntricos y antropomórficos (la diosa de la Fertilidad) grabados en la roca. Son Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Monumento. Hace décadas que se conoce su existencia. Tanto las representaciones, como la técnica que se utilizó están consideradas excepcionales en el contexto de la Alta Andalucía.
Piensa en una comunidad habitando este valle. Estamos en plena Edad del Cobre y este es un poblado minero, dedicado a la explotación de las vetas de silex que abundan en la zona. Una muralla, de unos 200 metros de longitud, circunda la aldea; la protege; de ella aún quedan algunos restos actualmente. Frente a ella, extramuros, pero sin salir del Collado de los Bastianes (nombre con el que se conoce este lugar), hay una necrópolis dolménica.
Un grupo de arqueólogos y astrólogos han comprobado que, hace 4.500 años, la llamada Cueva del Toril fue un santuario asociado al sol y al agua; han visitado la Cueva en cada estación del año y en solsticios y equinoccios. El objetivo que los guiaba era estudiar el comportamiento de las sombras del sol sobre las marcas y si respondía a algún patrón. Y han confirmado su hipótesis. Los petroglifos actúan como un calendario solar y se piensa que la Cueva del Toril pudo ser un santuario asociado a los elementos básicos del agua y del sol.
Unos metros más allá veremos los restos del ARA, las murallas o DEFENSAS PALEOCELTAS y escalera paleocelta antes mencionadas.
En nuestra andanza dejaremos el Castillo de Otíñar a la izquierda, posponiendo su visita y descripción para el final como colofón a esta interesantísima ruta.
Continuaremos ascendiendo suavemente por una pista, de la que nos saldremos por una estrecha senda para evitar los largos zigzagueos de la pista; llegando a la caseta del canal subterráneo de aguas del Embalse de Quiebrajano. Desde aquí seguiremos el amplio carril pasando por dos cadenas que impiden el paso a los vehículos. En el tramo entre ambas cadenas encontramos una parcela vallada en la que un cartel puesto por la Asociación de vecinos de Otiñar, indica la ubicación de la FUENTE DE LA OLIVILLA. Como estaba todo vallado y había perros decidimos no pasar.
Después de un par de intersecciones, la pista forestal por la que caminamos empieza a difuminarse y a convertirse en un precioso sendero que va ascendiendo y salvando los arroyuelos y barrancos que descienden del Cerro de Peña Blanca y del Cagasebo, y por el que vamos divisando en todo momento los grandes cortados de la otra ladera del valle, con la Cruz de Chimba, Matamulos y su Puntal.
Inmersos en un denso bosque de encinas, quejigos y pinos transitaremos por los parajes de LA MESETA DE LA YEGUA Y LAS VÍBORAS, donde seremos premiados por el intenso olor de un romeral en flor; salpicado de numerosas flores entre las que cabe destacar la Orquídea Itálica o “El Picha” como comúnmente se la conoce.
Al llegar al paraje RINCONADA DEL ACEBUCHAL, nos vemos sorprendidos por un gran ARCO PETREO. Unos metros más y nos veremos inmersos en un precioso y antiguo QUEJIGAL, con algunos ejemplares de gran porte salpicados por unos pocos enebros enormes. Un tramo más de exigente ascenso y desembocamos en el PUERTO DE LA SENDA. En éste frondoso Puerto, cruce de senderos, seguiremos a la derecha por un fuerte ascenso, recorriendo agrestes enclaves de gran belleza, llegando a un MIRADOR NATURAL, obteniendo vistas de las Alcandoras, Cruz de la Chimba, Matamulos, Embalse de Quiebrajano, Pitillos……
Después del mirador pasaremos por otro bello quejigal salpicado de Orquídeas Sangre de Cristo, Peonías, Ombligos de Venus, Gamones, Hierba de Ballesteros… todo un placer para los amantes de la botánica. Posteriormente y continuando con el ascenso pasaremos por un encinar situado en un barranco, y tras una leve trepada sobre rocas veremos el ÁRBOL DE LA CRUZ; pequeña y rústica cruz de madera clavada en un árbol muerto en el Puerto del Raso. Lamentablemente alguien la arrancó y la ha hizo desaparecer; pero actualmente ha sido restaurada con otra nueva cruz.
Continuando con el largo ascenso llagamos al MONOLITO DE LA PUERTA DEL YEDRÓN; y muy cerca la CUEVA-REFUGIO DEL YEDRÓN. Uno de los grandes atractivos de ésta ruta, aparte de por supuesto los paisajísticos, es la visita a la singular Cueva del Yedrón. Ésta es una maravilla. En realidad se trata de un pequeño abrigo que alguien se ha encargado de convertir en refugio, sellando cualquier resquicio o apertura, poniendo una bella puerta y pintando y acondicionando con toda clase de detalles su interior. Pero lo realmente fascinante se encuentra en el exterior, habiendo varios grabados en las rocas con símbolos celtas( nudos, trisquel), vascos (Lauburu), inscripciones en sanscrito indú, un símbolo solar, un reloj de sol, barandas, escaleras esculpidas en la roca, dos miradores y depósitos que recogen el agua de lluvia que cae por las rocas a un bidón de forma ingeniosa. Se encuentra a una altura de 1150 m como reza en una tablilla. Cueva transformada en un precioso refugio de montaña hecho por un descendiente de Berges. Aquí decidimos realizar el almuerzo; sin duda un sitio espectacular.
Una vez retomadas las energías, afrontamos el último y duro tramo de ascenso hasta el PUERTO DE RASO 1260 m, repleto de Gamones que desgraciadamente solo tenían varios en flor; en un par de semanas esto debe estar precioso. Este puerto se encuentra en las estribaciones del Cerro Peña Blanca 1362 m y del Puntal de Senda Nueva con una altitud de 1115 m. Desde su cumbre tenemos unas panorámicas excelentes con vista a Jaén y al Castillo de Santa Catalina…
Iniciamos el tortuoso descenso por SENDA NUEVA, que no hace honor a su nombre, ya que, a nuestro parecer, se trata de un sendero muy pedregoso, poco definido, con mucho desnivel y que se nos hizo extremadamente largo. Las vistas son una maravilla, pero no puedes quitarle ojo al terreno ya que si no vas al suelo. Tras un paso entre rocas llegamos a una GRAN SIMA rodeada de DIACLASAS. Desde aquí el sendero es aún menos definido, y hay que ir buscando las huellas de las cabras, enlazando pequeñas sendas con otras que nos conducen hasta las inmediaciones del CASTILLO DE OTÍÑAR.
El CASTILLO DE OTÍÑAR es una antigua fortaleza medieval considerada como Bien de Interés Cultural. El castillo ocupa la parte más angosta de la meseta que corona el cerro. El castillo tiene planta alargada, con un recinto construido en mampostería, que aprovecha las defensas naturales en su parte oriental. Los restantes lienzos de muralla tienen más entidad, incluso con un pequeño bastión en su lado oeste. Dentro del recinto, hay restos de edificios de vivienda y un aljibe.
En la parte sur del recinto, situado sobre un roquedal, se construyó un pequeño alcázar, que se mantiene en pie. Está construido en sillería y dispone de una airosa torre del homenaje de dos plantas, situada sobre un risco. Las cámaras interiores de la torre tienen bóveda de medio cañón, construida en ladrillo. La escalera de acceso está adosada a los muros.
Parece que, hasta el Pacto de Jaén, el poblado de Otíñar tuvo un carácter eminentemente agrícola y careció de defensas. La fijación de la frontera convirtió este lugar en un punto decisivo en la vigilancia de los pasos serranos que por la Sierra Sur de Jaén unían la ciudad de Jaén con el Prebético granadino. Su construcción se suele datar en la segunda mitad del siglo XIII, aunque el alcazarejo se considera posterior, del siglo XV. Parece que el recinto pudo edificarse sobre otras estructuras más antiguas, de origen andalusí.
Como parte del sistema defensivo de Jaén, tenía conexión visual con la atalaya de Torrebermeja, que a su vez comunicaba con el castillo de la ciudad.
Origen árabe, también su nombre Otiñar en árabe alumbrar. Protegía a la población de Otiñar Viejo. En 1228, Fernando III devastó las huertas de Jaén y luego, remontando el río de Jaén y el Frío, llegó a un lugar que la crónica llama Arorimar, el Otíñar que conocemos. Fernando III lo devastó y siguió adelante. Otíñar debía ser un simple núcleo rural dotado de ciertas defensas de tierra y madera de las que han quedado vestigios a todo lo largo del escarpe del cerro, frente al castillo actual. Propiciaría la existencia de este núcleo la estrecha pero fértil vega del Valdearazo y la abundante caza del sector. Secundariamente, Otíñar vigilaba uno de los portillos del sistema subbético que comunican Jaén con Granada. Era el centinela del camino de Granada. A raíz del Pacto de Jaén (1246), Otíñar cobró importancia al quedar cerca de la frontera. Durante la Reconquista se le dotó de alcaldía, surgiendo al amparo de la fortaleza un núcleo de población que poseía incluso parroquia (siglo XIV).Vigilaba la bifurcación del camino viejo de Granada que venía de Cárchel y Carchelejo para desembocar en el río por la Cañada de las Hazadillas. Desde Otíñar se podían hacer ahumadas a las atalayas del Castillo de Torrebermeja (Peñas de Castro) que comunicaban a Jaén.
En las inmediaciones del castillo también se pueden visitar los restos de una BASÍLICA MOZÁRABE O VISIGODA y los restos de las CABAÑAS DE UN POBLADO PALEOCELTA.
Interesantísimo potencial histórico, cultural, natural y paisajístico que, a nuestro parecer, la Diputación de Jaén y la Junta de Andalucía tienen total y penosamente desaprovechado.
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Comments (9)
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Mi más sincera enhorabuena, de los más completos y mejor explicados, gracias
Muchas gracias antonioruso73 por tus comentarios. Y si ya valoras la ruta lo bordas.
Un cordial saludo
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Todo ok
treintanovias, me alegro que todo haya ido bien. Gracias por la valoración.
Un saludo
Muy agradecido por haberte molestado en recabar tan detallada información.
La voy a hacer próximamente y tu información me ha resultado imprescindible.
Muchas gracias
Se me olvidaba la valoración! 🙋♂️
Juano Mesas, gracias por tus comentarios y valoración.
Saludos
Hola, hay que pedir algún permiso para realizar esta ruta? Gracias, un saludo
Camino79, no hay que pedir ningún permiso. Entrada libre:):):). Que lo paséis muy bien.
Salu2