Valle de Salio (Carande)
near Carande, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Punto de partida: Carande.
Espacio protegido: Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre.
Época recomendada: Todo el año excepto con nieve.
Elementos de interés: Bosques de hayas y robles, vistas panorámicas de la montaña de Riaño, embalse de Riaño y avistamiento de fauna salvaje.
Tipo de camino: Pista de tierra balizada con un falso PR. El trayecto se encuentra balizado hasta llegar a la zona de la "Loma de Repujedo". A partir de aquí es muy fácil desorientarse por lo que es imprescindible el track hasta llegar al collado de la Carrizosa.
Servicios: Los establecimientos más cercanos se encuentran en Riaño.
Descripción del itinerario.
En plena berrea otoñal que mejor lugar que la montaña de Riaño para darnos un paseo por los montes de Carande para disfrutar de la naturaleza en estado puro.
El itinerario parte de Carande, localidad junto con la vecina Horcadas, superviviente a la construcción del embalse de Riaño, una actuación catastrófica para una zona tan bonita como la montaña de Riaño. Junto a la iglesia parroquial, tomaremos el camino que asciende en dirección suroeste (figuras 1, 2 y 3).
Los primeros dos kilómetros serán los más pindios de la ruta, en especial el primer tramo en el que llegaremos a una cancela de madera muy cerca ya de las antenas. Si echamos una vista atrás mientras ascendemos podremos contemplar el macizo calizo de Las Pintas así como las extensas masas forestales de robles y hayas (figuras 4, 5, 6, 7 y 8).
A continuación y sin dejar de subir entramos primero en un pequeño robledal para, finalmente completar la ascensión total hasta los 1327 metros donde entramos de lleno en el hayedo de Valdecolina, perfectamente conservado donde disfrutaremos no sólo de las hayas si no también de los avellanos, acebos, serbales... y como no (y aún más en esta época) de los hongos y las setas (figuras de la 9 a la 16).
Posteriormente saldremos a una campa abierta, lugar donde decidimos comer muy cerca de una fuente que ya no contaba con agua (figuras 17 y 18). El prolongado descenso finaliza cuando lleguemos a la altura del refugio de Henar, bastante acogedor para lo que son este tipo de refugios libres (figuras 19 y 20).
Cuando pasemos una res ganadera giraremos hacia la izquierda (figura 21) por un camino que nos llevará a los invernales de Salio, construcciones levantadas para que las vacas pasen los meses del invierno sin tener que ir y volver de Carande (figuras 22 y 23).
Siguiendo la pista y en función de la época del año en que hagamos la ruta nos toparemos con uno de los brazos del embalse de Riaño que cuando sus niveles se encuentran a más del 90% llega hasta los invernales. No hay que olvidar que en este entorno se encontraba Salio, uno de los pueblos anegados por la construcción del embalse (figuras 24 y 25).
Continuaremos por un joven robledal a media ladera del límite con las aguas del embalse. A partir de aquí llegarán los problemas pues la señalización desaparece a la altura de la loma de Repujedo (figuras 26 y 27). Tras apañárnoslas entre brezos y escobas entramos en un joven hayedo que atravesaremos de la mejor manera que podamos. Es muy fácil desorientarse (figuras 28, 29, 30 y 31). Cuando hayamos salido del hayedo el paisaje cambia radicalmente, mucho más abierto, entramos en el valle de Pujedo, el hogar de las vacas (figura 32). La mejor opción es recorrerlo hasta el final, pudiendo tomar como referencia el arroyo que lo atraviesa. Cuando tengamos ocasión subiremos hacia la derecha para enlazar con la pista forestal que se inicia en el collado de la Carrizosa (figuras 33 y 34).
Del collado a Carande nos separan solo dos kilómetros, de los que podremos contemplar el desastre ecológico que supuso para los habitantes de Carande (y los que eliminaron del mapa) la construcción del embalse de Riaño, donde se salvó la ermita de Quintanilla, perteneciente a la pedanía de Carande (figura 35). La ruta finaliza entrando por las calles de Carande donde antes podremos refrescarnos en una fuente-manadero (figura 36).
Impresiones.
La montaña de Riaño no decepciona y siempre cumple las expectativas. Primero con Horcadas y ahora con Carande, a pesar de la construcción del embalse de Riaño que limitó la belleza de este entorno. Las extensas masas forestales de hayas y robles del entorno de Carande son una de las muestras forestales más extensas y desconocidas del Parque Regional de la Montaña de Riaño y Mampodre.
Los corzos, abundantes en la zona, nos sorprenderán con sus "ladridos" de alerta, y no será complicado observar algún ejemplar si caminamos en silencio, especialmente al amanecer y al atardecer. La berrea, durante el mes de octubre, es otra de las joyas de este recorrido.
Espacio protegido: Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre.
Época recomendada: Todo el año excepto con nieve.
Elementos de interés: Bosques de hayas y robles, vistas panorámicas de la montaña de Riaño, embalse de Riaño y avistamiento de fauna salvaje.
Tipo de camino: Pista de tierra balizada con un falso PR. El trayecto se encuentra balizado hasta llegar a la zona de la "Loma de Repujedo". A partir de aquí es muy fácil desorientarse por lo que es imprescindible el track hasta llegar al collado de la Carrizosa.
Servicios: Los establecimientos más cercanos se encuentran en Riaño.
Descripción del itinerario.
En plena berrea otoñal que mejor lugar que la montaña de Riaño para darnos un paseo por los montes de Carande para disfrutar de la naturaleza en estado puro.
El itinerario parte de Carande, localidad junto con la vecina Horcadas, superviviente a la construcción del embalse de Riaño, una actuación catastrófica para una zona tan bonita como la montaña de Riaño. Junto a la iglesia parroquial, tomaremos el camino que asciende en dirección suroeste (figuras 1, 2 y 3).
Los primeros dos kilómetros serán los más pindios de la ruta, en especial el primer tramo en el que llegaremos a una cancela de madera muy cerca ya de las antenas. Si echamos una vista atrás mientras ascendemos podremos contemplar el macizo calizo de Las Pintas así como las extensas masas forestales de robles y hayas (figuras 4, 5, 6, 7 y 8).
A continuación y sin dejar de subir entramos primero en un pequeño robledal para, finalmente completar la ascensión total hasta los 1327 metros donde entramos de lleno en el hayedo de Valdecolina, perfectamente conservado donde disfrutaremos no sólo de las hayas si no también de los avellanos, acebos, serbales... y como no (y aún más en esta época) de los hongos y las setas (figuras de la 9 a la 16).
Posteriormente saldremos a una campa abierta, lugar donde decidimos comer muy cerca de una fuente que ya no contaba con agua (figuras 17 y 18). El prolongado descenso finaliza cuando lleguemos a la altura del refugio de Henar, bastante acogedor para lo que son este tipo de refugios libres (figuras 19 y 20).
Cuando pasemos una res ganadera giraremos hacia la izquierda (figura 21) por un camino que nos llevará a los invernales de Salio, construcciones levantadas para que las vacas pasen los meses del invierno sin tener que ir y volver de Carande (figuras 22 y 23).
Siguiendo la pista y en función de la época del año en que hagamos la ruta nos toparemos con uno de los brazos del embalse de Riaño que cuando sus niveles se encuentran a más del 90% llega hasta los invernales. No hay que olvidar que en este entorno se encontraba Salio, uno de los pueblos anegados por la construcción del embalse (figuras 24 y 25).
Continuaremos por un joven robledal a media ladera del límite con las aguas del embalse. A partir de aquí llegarán los problemas pues la señalización desaparece a la altura de la loma de Repujedo (figuras 26 y 27). Tras apañárnoslas entre brezos y escobas entramos en un joven hayedo que atravesaremos de la mejor manera que podamos. Es muy fácil desorientarse (figuras 28, 29, 30 y 31). Cuando hayamos salido del hayedo el paisaje cambia radicalmente, mucho más abierto, entramos en el valle de Pujedo, el hogar de las vacas (figura 32). La mejor opción es recorrerlo hasta el final, pudiendo tomar como referencia el arroyo que lo atraviesa. Cuando tengamos ocasión subiremos hacia la derecha para enlazar con la pista forestal que se inicia en el collado de la Carrizosa (figuras 33 y 34).
Del collado a Carande nos separan solo dos kilómetros, de los que podremos contemplar el desastre ecológico que supuso para los habitantes de Carande (y los que eliminaron del mapa) la construcción del embalse de Riaño, donde se salvó la ermita de Quintanilla, perteneciente a la pedanía de Carande (figura 35). La ruta finaliza entrando por las calles de Carande donde antes podremos refrescarnos en una fuente-manadero (figura 36).
Impresiones.
La montaña de Riaño no decepciona y siempre cumple las expectativas. Primero con Horcadas y ahora con Carande, a pesar de la construcción del embalse de Riaño que limitó la belleza de este entorno. Las extensas masas forestales de hayas y robles del entorno de Carande son una de las muestras forestales más extensas y desconocidas del Parque Regional de la Montaña de Riaño y Mampodre.
Los corzos, abundantes en la zona, nos sorprenderán con sus "ladridos" de alerta, y no será complicado observar algún ejemplar si caminamos en silencio, especialmente al amanecer y al atardecer. La berrea, durante el mes de octubre, es otra de las joyas de este recorrido.
Waypoints
Comments (2)
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Information
Easy to follow
Scenery
Difficult
La zona del hayedo es dificil y mal señalizada Nos ha costado un huevo y parte del otro termina la ruta nos hemos medio perdido porque está muy difícil de seguir
Hola Mdizmaneiro, como bien dices la zona del hayedo está sin balizar y la senda es prácticamente imperceptible. Es imprescindible echar mano del track en esa zona. Un saludo.