217. Valle de Valdelucio y Cascada de Barriolucio desde Corralejo

📸 FOTOS:
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').

📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.


INDICE IBP de Dificultad de la Ruta

Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/

El resultado del análisis IBP es de 43 (para Senderismo): dificultad 'Fácil' para una preparación física 'Media'.

El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 262 metros (superior al que estima Wikiloc).

PREÁMBULO

En la meteorológicamente inestable primavera, el tiempo pone condiciones y obliga a cambiar de planes y rumbo de la noche a la mañana.

Hasta la hora de abrir los ojos el mismo día de la ruta, teníamos otra en mente; por una zona donde ‘iba a hacer bueno’. Pero, una vez deslegañados y actualizados, comprobamos que no era tan bueno.

Había que buscar un tiempo mejor. Allá, en una esquina por el noroeste. Pero, por allí no teníamos ninguna ruta preparada. Pues venga, a fabricar una sobre mapa, a matacaballo; para salir pronto y evitar calores.

Vimos dos rutas de otros senderistas por Valdelucio. Entre otras pegas, sin embargo, eran algo cortas para nuestras ‘ambiciones’. Además, una no tenía fotos y sí un comentario poco alentador; la otra, una docena de fotos de las de ‘mejor no me mires’.

A pesar de todo, decidimos ir. Primero (bueno, quizá segundo), como despecho ante esa pobre imagen recibida. Había que enlucirla. Y (ahora sí) primero, por lo que habíamos visto de la zona de lejos, o intuimos, a partir de alguna otra ruta previa [1 y 2].

Y esos fueron los antecedentes. Con las prisas en el diseño manual, ‘cruzábamos los dedos’ para que no ‘se nos hubiera ido la mano’ en el mapa. Y que, a consecuencia de ello, los pies se vieran después en algún apuro. Se verá….

[1] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/geoparque-de-las-loras-desde-valdelucio-92736885

[2] https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/de-rebolledo-traspena-a-la-lorilla-124854618

LA RUTA

Comenzamos en el pueblo de Corralejo de Valdelucio. A mi buen amigo de la isla majorera (ver {*}, debajo), ahora ausente de su tierra, le escribí poco después de finalizada la ruta, en pretendida letrilla:

--“Hoy hemos estado en Corralejo. ¡Hoé, qué lejos!”.
“El mar, un par de albercas; de dunas, ya ni una”.

Se me quedó estupefacto:

--“¡Ñó, colega, cómo va a ser eso!”.
--“Tranquilo”, le aclaré, “es otro Corralejo”.

{*} (Desentuerto o desenredo: hay un Corralejo en Fuerteventura, Islas Canarias, en un bello paraje, el Parque Natural de Corralejo, de dunas junto al mar y frente al islote de Lobos.)

Desde Corralejo (el burgalés) subimos hasta uno de los ramales del Geoparque de Las Loras (km 1,3). Allí, nos salimos del camino por la derecha. Cruzamos una valla y faldeamos por la ladera sur. No hay sendero. Exploremos….

Ahí comienza una travesía que desaconsejo (ver alternativas en Posibles Dificultades, debajo). Al principio es estimulante. Luego resulta algo cansina e incómoda. Finalmente, decidimos salir a la carretera BU-V-6215 (km 4,1).

Hay bonitos paisajes a los lados, de suave valle entre montañas. La carretera es una pasarela; ni la ves. Hay tranquilidad total. Hasta Barriolucio o Barrio-Lucio (km 5,4). Allí nos esperan una anécdota y una cascada.

Nos encaminamos luego a La Riba de Valdelucio (km 6,7). Después, hasta Escuderos de Valdelucio (km 8,6), vamos en parte por camino y en otra por orillas de fincas. Con relativo desahogo y sin causar daño. O eso o la carretera.

Desde Escuderos enfilamos un largo trecho, realmente ameno, por caminos en buen estado. En el km 12,5, desaparece abruptamente la senda, recién arada. No queda más remedio que pisar surco hasta dar con una pista (km 12,9).

A partir de ahí, podríamos echar a correr si quisiéramos (que no), hasta el final. De hacerlo, nos perderíamos los detalles de una agradable campiña. Terminamos en Corralejo (éste; no el de Fuerteventura, que eso sería demasiado, así de un tirón y corriendo).

Posibles Dificultades:

La ruta no conlleva exigencias especiales, aunque sí ciertas incomodidades en algunos tramos de la primera mitad. Justamente en esas partes, una guía se hace conveniente.

Para ellas, no obstante, hay *Alternativas*:

• Lo mayor del tramo crítico (del km 1,3 al 4,1) puede evitarse bajando hasta la carretera BU-V-6215 en algún punto entre el km 1,3 y el 2,1. Ningún vehículo pasó; ni siquiera el panadero de Basconcillos.

• Otra alternativa, más radical: Alargando el itinerario, se puede continuar por la pista que traíamos desde Corralejo; desde el km 1,3 hasta Solanas de Valdelucio; y luego por la carretera hasta Barriolucio.

Asimismo, una parte del tramo entre La Riba y Escuderos, cuando el camino desaparece (no creo que lleguen a 500 m), puede hacerse por carretera. No merece la pena este reajuste.

DESTACADO

Decía en el Preámbulo que no habíamos recibido buenas sensaciones de otros senderistas en dos rutas cercanas. A pesar de ello, tuvimos fe. Y la realidad fue bastante mejor que los augurios. También es verdad que el colorido atuendo pos-primaveral ayudó.

(1) Detalles del Conjunto:

Pasamos por cuatro pueblos: Corralejo, Barriolucio, La Riba, y Escuderos; todos, de Valdelucio. Pequeños o muy pequeños, pero con historia y carácter forjado en la laboriosidad. Algo queda de sus otrora pujantes campos de patatas de calidad.

El itinerario de la ruta es un entretenimiento constante. Sin grandes destellos festivos, te va pasando de una estampa a otra sin que decaiga el interés. No te da tiempo a aburrirte ni a saciarte. Lo vas viendo venir o alejarse, pero aun así te sorprende.

El lado sur de Valdelucio, desde Solanas (no llegamos a él) hasta Escuderos, está apretado entre montañas. El lado norte es más abierto, formando campiña. Entre uno y otro, nos encabalgamos por sendos portillos, al ir y al volver. Variedad, pues.

El río Lucio da nombre todo el valle (Val-del-Lucio). Recorre el lado sur. Una de sus fuentes es el arroyo de Las Solanas (que viene de Solanas). Otra se le une en Barriolucio, bajando del Molino del Diablo. Por mil vericuetos, terminará desaguando en Oporto.

Uno de los ingredientes paisajistas más atractivos es el cordal rocoso que delimita este valle (y la comarca del Tozo) por el sur a lo largo de 25 km. Su parte más agreste se concentra en las proximidades de la presente ruta.

Nos acompaña ese cordal durante más de la mitad del trayecto. Maravilla su reluciente y plateada piedra caliza, con crestas onduladas y aristadas en sus puntas. Dobles crestas, a veces, superpuestas en distintos niveles de altura.

Y, ¿para qué hablar de la primavera en los campos y caminos, si ya no estamos en primavera? En realidad, en estos húmedos valles se mantiene su ebullición de frondosidad y color. Es un momento ideal para hacer esta ruta.

(2) La Cascada de Barriolucio:

Más allá del conjunto de la ruta, el elemento singular más destacado es la cascada. En algún sitio le dicen La Tovera (con ‘v’). Quizá sea así por la toba que contiene. En ese caso, el nombre sería tan original como el de ‘Chucho’ para tu perro (¡¿y qué?!).

Se forma al sur de Barriolucio, a partir del arroyo de Fuentilloso, que viene de las estribaciones septentrionales de La Lorilla, y cae por el Molino del Diablo. Todo ello es un lugar para admirar; para extasiarse con la grandeza de la sencillez en la naturaleza.

Documentándome al respecto, he visto un sitio en internet (’blog’) donde se desarrolla una extensa y agria discusión sobre ‘si sí o si no’ debería publicarse algo/nada que informe sobre esta cascada, incluida su mera existencia:

• En un lado, hay quien argumenta que debería prohibirse (sic) su publicidad, por el riesgo de afluencia y deterioro de un entorno tan sensible.

• En el otro, hay quien dice que bastaría con que se pusiera alguna protección perimetral (además de la sempiterna cantinela de la ‘educación’).

En medio, alguien ha puesto un letrero: “Respeta la toba: No subirse. Es extremadamente frágil”. Efectivamente, la toba es una “Piedra caliza muy porosa y ligera que se forma por precipitación de cal disuelta en agua”.

Ahora no estaba muy boyante (pero tampoco poco). El lugar es mágico, con las aguas cristalinas, los cantarines regatos, el denso musgo en la toba y en los árboles. Todo ello arropado en la umbría de un bosquete. Sólo le faltó la niebla….

Cuídalo.

ANÉCDOTA

Barriolucio lo conforman media docena escasa de casas y ex-casas, y los restos de una iglesia que lo fue. Aparte de su bella cascada, hay en Barriolucio algún otro espacio bonito y cuidado con mimo, con arte y buen gusto.

Por éste último pasamos. Nos salieron al encuentro tres perros. Plenamente convencidos de su función de guardianes del tesoro. Como debe ser (pero sin morder). Dos eran grandes, tipo mastín, y uno pequeño. Nos echamos para atrás.

Enseguida apareció el dueño. Un hombre amable, que se detuvo varios minutos a charlar con nosotros, y nos hizo sentir como en casa (era su casa). Hasta encontramos lazos y conocidos comunes. Eso siempre añade sintonía y confianza.

De los perros, una atendía por ‘Nieves’. Tan hermoso como inusual nombre (para un perro). Era la jefa. Menos mal que estaba sujeta, aunque con amplia libertad de movimientos. Inteligente, se calmó nada más vernos hablar con el dueño.

Al otro, grandullón, lo llamó ‘Chema’. Ladró cuando lo hicieron los otros, pero permaneció siempre alejado. Cuando fuimos a pasar, huyó temeroso, cohibido. …De mí, que me encantan los perros (y yo a ellos; modestia aparte). Un golpe bajo a mi autoestima.

Y el tercero, un pequeñajo, comparado con ‘Nieves’ y ‘Chema’, quería erigirse en ‘mandamás’. Fue el que más se nos acercó y el que más enseñó los dientes. Nos dijo el dueño: “Sí, le gusta azuzar, malmeter, engrescar a los otros”. ¡Así, con léxico!

No llegamos a oír su nombre. No me extrañaría que se llamase ‘Chuchi’ (polivalente). Con esos nombres, deben de sentirse realmente en familia; en la familia humana. Gracias, señor, por su hospitalidad.