Valle del río Hurdano, La Huetre y los Casares desde el poblado de Porteros

Otra deliciosa incursión a las Hurdes andando desde la provincia de Salamanca.

Antes de que nada, destacar que este track contiene un tramo de unos 200m de campo a través del bueno. Estaba previsto en el plan, pero ciertamente la densidad de jaras y escobas superó mis peores expectativas y en muchos momentos se hacía realmente duro avanzar, incluso al perrito que nos acompañaba.
Valga este inciso como disclaimer para que cualquiera que quiera seguir el track sea consciente del tramo salvaje.

El motivo por el cual se hizo necesario el tramo de matorraling no es otro que conseguir conectar el puerto situado justo encima de Porteros junto al pico de la Cantosita, con el puerto de Robledo para trazar la circular completa desde Porteros. La otra alternativa habría sido dejar el coche en el bajo del río Chico junto a las casas del Rodillo y coger pista directa que sale de allí, pero entonces a la vuelta habría que andar 3,5km más para volver de Porteros al coche por la "carretera". Después de ver la densidad del matorral quizá sí merezca la pena esta opción!

Al lío.

Salimos de Porteros, un lugar curioso que despierta la imaginación y cuyas ruinas visitamos, como siempre con un sentimiento de tristeza por el abandono que presenta.

Cruzamos el río Chico y enseguida en el primer cruce cogemos el camino de la derecha; por el de la izquierda bajaremos esta tarde, si dios quiere!
Este camino está menos pisado que el inicial y jaras y escobas están creciendo en él. Poco a poco hay más jaras y de repente el camino se acaba, tal y como sabíamos. Es aquí donde sé (porque lo he estudiado en la imagen satélite) que solo 200m lineales nos separan del cortafuegos desde el que conectar con la siguiente pista, pero como ya he comentado la densidad del matorral es tal que sudamos la gota gorda hasta por fin salir al cortafuegos como Franks de la Jungla. La próxima vez me traeré el machete :D!

Desde el cortafuegos al collado es coser y cantar, y enseguida llegamos y damos vista al impresionante valle del río Hurdano con esos paredones cortados a pico de aspecto lunar y la bonita presa de Robledo al fondo.

Bajamos por la senda, que aquí está balizada con postes marcados con doble raya blanca y azul oscuro, y enseguida alcanzamos el camino quasi-horizontal que nos llevará a la Huetre, colgando del abismo y con vistas constantes de impresión.

Bajamos a la Huetre por los típicos caminos hurdanos que salvan estas pendientes con zetas interminables y nos dirigimos a la piscina natural (que ahora en Septiembre ya no está llena) a comer y dejar que el perrito disfrute del baño.

Volvemos a subir a la Huetre y por carretera nos acercamos a Casares de las Hurdes, donde seguimos admirando la belleza de las callejuelas y construcciones Hurdanas.

Desde Casares no está muy claro por dónde subir mejor al puerto de Robledo, ya que queremos evitar la carretera que va haciendo larguísimas revueltas para salvar la pendiente. Finalmente tomamos un camino hormigonado que nos sube a Robledo, y aquí un paisano nos asusta diciendo que el camino está mu mal (un clásico) y que vayamos por carretera. Le hacemos caso, pero al cabo de un par de km nos sale un camino estupendo que decidimos tomar y que efectivamente nos sube directos al puerto.

Del puerto avanzamos cómodamente 1km por la línea de cumbres y enseguida la pista baja en dirección a Porteros, cerrando un bonito círculo que de nuevo ha unido dos comarcas tan cercanas, pero tan lejanas a la vez, como tan habitualmente ocurría antes de que la revolución industrial acabara con las tradiciones de la zona.