Valle del río Moros, circular invernal

NOTA IMPORTANTE: Esta información tiene únicamente carácter orientativo, quienquiera que haga uso y seguimiento total o parcial del track y su texto adicional asume la plena responsabilidad ante los riesgos propios de la práctica de la actividad senderista.

Pocos valles hay tan fríos y húmedos en la sierra del Guadarrama como el del río Moros, surcado por numerosos arroyos y un cauce fluvial que no es raro verlo helado durante el invierno. Tal abundancia de aguas hace densos su bosques, de pinos principalmente, y brinda un atractivo escenario al caminante que recorre su nutrida red de carreteras, pistas y sendas que nos han dejado los leñadores que vienen explotando su riqueza maderera desde hace siglos.

Nuestro recorrido comienza en el área recreativa de la Panera, de cómodo aparcamiento, y progresa en suave ascenso por la vertiente Oeste del valle, la que conforman las laderas de la cuerda de la Mujer Muerta.

Con el curso del río cercano y a nuestra derecha, nos iremos encontrando sucesivos refugios de pequeño tamaño y algo descuidados pero útiles, que atraeran nuestra atención. Veremos también una instalación para carga y descarga del ganado que vaga libre en busca de alimento por la zona.

En la cabecera del valle, dos embalses acumulan las aguas del río y regulan su cauce, brindándonos bellos reflejos de la vegetación y escarpaduras rocosas que conforman sus márgenes. Tras bordear el primero y atravesar el segundo, pasamos a la vertiente Este y seguimos en ascenso suave pero continuado hasta la garganta del arroyo del Tejo, donde se sitúa el techo de nuestro recorrido circular. Allí podemos encontrar una pequeña represa medio escondida entre los pinos.

El camino mantiene la cota en su discurrir entre gargantas que bajan de las alturas de la peña del Águila, dejándonos ver bellas panorámicas de los perfiles de la Mujer Muerta ( la Pinareja, la peña del Oso, el alto del Pasapán...) al otro lado del valle. Comenzamos luego a descender casi sin darnos cuenta y, en un determinado punto, tomaremos otra ancha pista que sale a nuestra derecha para que se acentúe nuestro descenso hasta las partes bajas del valle, donde es más notoria la explotación maderera y abundan los corredores de arrastre de los troncos talados.

No tardaremos en retornar a los márgenes del río y aproximarnos al inicio de nuestro recorrido, aunque antes hallaremos las ruinas de un viejo molino que añadirán satisfacción a esa permanente curiosidad que solemos demostrar los senderistas.