Vallejo Rucandano desde Lanchares

PR-S32 El Vallejo Rucándano (31-05-2015)


Nuestro punto de inicio se sitúa en la localidad cántabra de Lanchares. Aparcamos a la entrada del pueblo, junto a dos descomunales ejemplares de Roble. Tomamos la calle que nace a la izquierda de los árboles, la calle que pasa bajo el edificio de la Iglesia, y un poco más adelante deja a la derecha una casa con portalada. En este punto el asfalto se convierte en camino y se dirige hacia unos depósitos de agua. El camino pasa junto a uno algo más antiguo y deja a su derecha otro más moderno. Continuamos ascendiendo suavemente, la pista se interna en un bosque mixto de hayas y robles, que en un principio parece extenderse por el Vallejo que desciende a nuestra derecha y que será por el que discurra el camino de regreso. Pero en este momento, el camino parece bordear el hayedo por su parte superior. Al poco, cambiamos de vertiente y empezamos a descender zambulléndonos sin solución de continuidad en este precioso y umbrío bosque. Tras un buen tramo de recorrido (debemos seguir siempre las indicaciones y el camino más marcado) Llegamos, a un calvero en el bosque en los que el trazado parece difuminarse. Una señal nos permite localizar la continuación del recorrido, un tanto hacia la izquierda, y convertido ya en una senda. Para ello hemos de cruzar una alambrada. Nos estamos internando por el Vallejo Rucándano, por cuyo fondo discurre un cauce casi siempre seco (de hecho en varios tramos la senda discurre por el propio cauce), y en su recorrido descendente. Pasada la alambrada hay que continuar por un sendero a la izquierda, al principio crea dudas pero enseguida encuentras el poste indicador y las marcas del PR. El bonito trayecto en ocasiones se hace dificultoso debido al barro, por lo que hay que salir del camino de ved en cuando. Llegamos a una zona en que el bosque parece desaparecer repentinamente para dar lugar a una pradera. Desde aquí podemos ver la imponente mole del pico Jano (de frente) y otra, de menos altura a la derecha. Tras avanzar unos 200 metros por este paisaje llegamos a un poste indicador con la dirección a seguir. Continuamos de frente hasta llegar al embalse de Alsa, retrocedemos hasta el poste y continuamos su indicación. Tomar el nuevo camino implica un giro de casi 180 grados, de modo que podremos contemplar el Vallejo por el que acabamos de transitar desde una perspectiva elevada. Poco después al camino gira un tanto hacia la derecha y parece difuminarse en una pradera que nos conduce a otro pequeño bosquete de hayas, pero al alcanzar las mismas vuelve a mostrarse claramente. A partir de aquí el recorrido entra en su fase de ascenso más acusado, pero en todo caso no asfixiante, por un paisaje carente de arbolado. El camino asciende en zigzag y llega a otro poste indicador, a la derecha vemos unas naves para el ganado, continuamos el ascenso por la izquierda llegando a una especie de collado. Si miramos de frente sin cambiar de sentido veremos la loma que constituye El Mojón. Ascendiendo hacia el mismo y luego girando hacia la izquierda, en esta zona las marcas se pierden un poco por lo que hay que ir atentos. En este punto el camino gira hacia la derecha, cruza una valla por una portilla, y empieza a descender internándose en un nuevo hayedo, por un camino en su primer tramo embarrado. De esta manera, habremos bordeado El Mojón por su parte norte. Este nuevo sendero continúa acompañado por una valla de alambre a su izquierda. Tras unos 300 metros la valla nos abandona y en un pequeño claro está la señal que nos indica el sendero por el que continuar: Hacia la derecha, en sentido descendente, y acompañados por un cauce seco, a nuestra izquierda. El fuerte descenso nos permite disfrutar de excelentes rincones en este nuevo hayedo. Una cerrada curva, nos sirve para pasar al otro lado del arroyo y enseguida cruzar una nueva corriente. El paisaje en este lado del Vallejo va siendo cada vez más abierto Finalmente nos alejamos un poco del cauce y nos acabamos incorporando a un camino, punto en el que podemos disfrutar de nuevo de la vista del embalse del Ebro y observamos el pueblo de Lanchares a poco más de dos kilómetros. Ya en la parte baja, siguiendo siempre el camino principal, llegamos al pueblo. Desde aquí basta con que sigamos la calle principal (en su parte inferior) para llegar al punto de partida