Valles Pasiegos. Ruta de las cabañas pasiegas. San Roque de Ríomiera

Es una pequeña parte del sendero de pequeño recorrido de las cabañas pasiegas. La cabaña pasiega es la construcción más característica del paisaje pasiego. Se trataba de un edificio adaptado a las necesidades de vivienda y redil para el ganado vacuno. Su origen, aún poco claro, parece situarse a finales del siglo XVII o inicios del XVIII, cuando los pasiegos habrían iniciado su expansión por la Cornisa Cantábrica, procedentes del norte de Burgos. Arquitectónicamente, parece ser una adaptación de la casa barroca popular del siglo XVIII. Esencialmente existen dos tipos de cabañas, las denominadas “bajeras” o “vividoras”, ocupadas durante las épocas invernales y situadas en zonas bajas del valle, y las de las zonas altas, denominadas “cabañas”, más pequeñas y sencillas.

Las cabañas presentan una volumetría muy simple, generalmente de planta rectangular y con cubierta a dos aguas con el caballete perpendicular a la fachada principal donde se ubica la puerta de entrada, generalmente orientada al sur. La cubierta es de lajas de piedra o “lastras”, las cuales forman una superficie escamosa, con un vuelo muy escaso o nulo. Sobre ella sobresale la chimenea. La cubierta generalmente se prolonga sobre la puerta de entrada formando un cobertizo, y parte de él se suele utilizar como pequeño corral para animales domésticos, por lo que se cierra con barandilla ciega de tablazón.

Por lo general presentan dos pisos: la planta baja, en semisótano, destinado a la estabulación del ganado vacuno, y la superior, llamada “payo”, a la que se accede mediante una escalera maciza de piedra adosada al cobertizo conocido como “patín”. La planta superior, aislada de humedad y calefactada por los animales de la planta inferior, presenta dos áreas se parada por un tabique de tablazón de madera destinada a cocina y hábitat por un lado y pajar por otro.

Los gruesos muros son de piedra en mampostería irregular, aunque suelen tener grandes piezas de sillería bien labrada en esquinales y en torno a los vanos. La piedra suele quedar vista, aunque a veces también se enluce con una fina capa de cal que mantiene la textura de la misma, y se decora con esgrafiados de diseño primitivo.