VALONSADERO

Marcha realizada por el grupo de senderismo SERMAR el 30/11/2013 (Guía Pedro)
El monte Valonsadero se encuentra dentro del término municipal de Soria a escasos 4 kilómetros al noroeste del casco urbano y cuenta con 2.793 hectáreas de superficie de masa arbolada, grandes praderas y vegas. Dispone de una importante riqueza natural: paisajística, geológica, así como de flora y fauna. Por todo ello el monte está protegido y catalogado como zona natural de esparcimiento y monte de utilidad pública. Destaca de forma notable su riqueza artística por los numerosos abrigos con pinturas rupestres que se ubican en diferentes áreas del monte, que están datados entre los años 3000 y 2000 antes de Cristo por lo que cuentan con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC).
Además de ser un área recreativa y de ocio su aprovechamiento ha supuesto para Soria una fuente de recursos económicos a lo largo de la historia.
Por todo esto y por la importancia de este monte como escenario de varios festejos relacionados con las Fiestas de San Juan o de la Madre de Dios de la capital soriana, Valonsadero es desde el punto de vista emocional y sentimental, un espacio entrañable para los habitantes de Soria.
Este monte fue un regalo del rey Alfonso VIII a la ciudad de Soria en el año 1256, cuando Alfonso X otorgó su fuero a Soria.
A principio del siglo XX había 44 ganaderos y más de 1.100 reses. A lo largo del siglo el protagonismo ganadero fue perdiéndose especialmente en los últimos años. En la actualidad hay más de 2.500 hectáreas de superficie pastada seccionada en tres lotes para el aprovechamiento del ganado vacuno, especialmente de la raza Limousin. También se ha perdido el aprovechamiento de madera ya que ahora solo se realizan limpiezas forestales.
Comenzamos esta marcha desde el azud de Buitrago junto al embalse del mismo nombre. Tomamos dirección SSE. Atravesamos un paso canadiense y caminamos por el GR 14 (también conocido como Senda del Duero que es un sendero de gran recorrido que pretende seguir el curso fluvial del río Duero por España y Portugal desde Duruelo de la Sierra hasta Oporto).
Durante nuestro recorrido nos encontraremos con gran cantidad de señalizaciones de sendas con marcas rojas y blancas, rojas y amarillas… No vamos a seguir exactamente ninguna de ellas por lo que solo pueden servirnos para desorientarnos.
Seguimos pues, una pista forestal donde predomina el roble y algunos pinos silvestres. Seguimos esta pista durante aproximadamente 1,2 kms hasta alcanzar el río Pedrajas donde, a lo largo de su escaso cauce, podemos observar unas filas de chopos invadidos por el muérdago.
Aquí nos encontramos un panel informativo donde surgen varios posibles caminos para continuar. Nosotros tomamos la pista de la derecha, justo la que está marcada con una “X” de por donde no se debería continuar.
Continuamos por esta pista de frente durante unos 4 kms más sin hacer caso de las bifurcaciones que surgen tanto a nuestra izquierda como a nuestra derecha.
Al final de la pista y junto a una antena de telefonía, debemos tomar la pista semi-asfaltada hacia la derecha (hacia el Sur). Poco más de 1 km y llegamos junto a una fábrica de aglomerados que aprovecha las maderas que surgen de las limpiezas forestales del monte.
Aquí seguimos el tendido eléctrico en dirección NW junto a la valla de maderos que servían hasta hace pocos años para seguir el recorrido de los toros.
Caminamos unos 600 mts y nos metemos por el pinar por un paso en la valla de maderos, ahora en dirección Norte. Seguimos avanzando por el pinar junto al arroyo del Cubillo hasta que surge el robledal y los praderíos.
En 1,2 kms llegamos a una pista recientemente compactada con zahorras. Tomamos la pista hacia la izquierda (Oeste) para abandonarla rápidamente. Ascendemos junto a una roca que tiene forma de una gran cara. Y en poco más de 1 km habremos alcanzado el cerro de los Castillejos desde donde se tiene unas vistas privilegiadas del Monte Valonsadero. Un cartel indica cada punto que se pueda divisar desde este mirador, la Sierra de Santa Ana y San Marcos, el Pico Frentes, los Picos de Urbión o la Sierra de Cebollera entre otros.
Ahora bajamos hacia un arroyo que enseguida desemboca en el río Pedrajas. Cruzamos por un puente de madera y tomamos la pista de la izquierda para ascender a un nuevo alto. Tomamos el desvío a la derecha y descendemos de nuevo al valle de otro arroyo donde hay un precioso robledal. Aquí paramos un rato para reponer fuerzas.
De nuevo continuamos la marcha, 1 km más y llegamos al puente del Canto de los siglos XVI y XVII, recientemente rehabilitado. Tras la foto de rigor, sin cruzar el puente, seguimos en dirección Norte y tras superar una ligera inclinación, llegamos a la Casa de la Ciudad, una edificación reseñable al ser la primera construida en este paraje para los guardas del monte.
Alcanzada la cumbre merece la pena detenerse un instante y contemplar la panorámica que se divisa desde este punto que es indescriptible.
Seguimos nuestra marcha por el paraje del Cajigar atravesando un bonito robledal. El último tramo, ya en bajada, nos lleva hasta Cañada Honda. Un lugar muy conocido por todos los sanjuaneros al ser el epicentro de la celebración en los actos previos a las fiestas de San Juan y, cómo no, del Jueves de La Saca.
Muy próximo a Cañada Honda encontramos el abrigo llamado “El Mirador”. Para algunos la Capilla Sixtina del arte rupestre de Soria dado el gran número de figuras y formas representadas.
Según los estudios datan de entre el año 3000 y 2000 Antes de Cristo (Calcolítico-Edad de Bronce) y fueron realizadas por pueblos nómadas que narraban en las paredes hechos cotidianos mezclados con deidades simples. Se trata de dibujos esquemáticos, muy lineales y pictográficos que representan figuras humanas, animales y plantas. Cuentan con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC). Teógenes Ortego las descubrió y dio a conocer en 1951. Desde entonces se han registrado 500 muestras pictóricas repartidas en abrigos y cuevas de todo el monte, concretamente en 34 estaciones estudiadas. Actualmente diez de estos abrigos seleccionados por su proximidad e interés permiten una visita cómoda a través de un itinerario señalizado con una breve explicación y reproducción gráfica para su entendimiento a los que se accede a través de Cañada Honda.
Regresamos hacia los corrales y tomamos dirección a la Casa del Guarda, en poco más de 1 km llegamos. Se trata de una casa ahora reconvertida en restaurante donde finalizamos esta marcha.
En Valonsadero es fácil observar diferentes especies animales, tales como ciervos, corzos, jabalíes, liebres, conejos, gatos monteses, nutrias, garduñas, ginetas, murciélagos orejudos, murciélagos comunes, murciélagos ratoneros, comadrejas, ratones de campo y ardillas. El Río Duero y el río Pedrajas son las dos corrientes de agua del monte, por lo que hay numerosas especies de anfibios y peces. La geología y las abundantes rocas propician la presencia de reptiles fáciles de ver en la época estival. En cuanto a las aves, se han observado hasta 135 especies diferentes, destaca el milano real ya que está en peligro. En cuanto a la vegetación, destacan por su abundancia el fresno, el pino, la carrasca, el chopo y sobre todo, el roble rebollo, el quejigo y otras especies arbustivas. De las 2.793 hectáreas, 2.100 son de masa arbolada, el resto en su mayoría son zonas de pradera y pastizal. Además hay más de una docena de especies micológicas comestibles, destacando la seta de cardo, la senderilla, el níscalo, la amanita caesarea y el boletus edulis.