Vasares del Veleta: lagunas de Aguas Verdes, Morra y Cabra - Raspones del Río Seco - Cerro de los Machos - Veredón Inferior.

Hoy nos juntamos Guanchi, Galo, Antonio y yo para montar nuevamente en la lanzadera que nos lleva desde la Hoya de la Mora hasta las posiciones del Veleta, con la intención de "explorar" una nueva zona de Sierra Nevada. Nos dirigimos por el carril hasta el collado que separa el refugio de la Carihuela del puntal de Loma Púa y descendemos por la cuerda de esta última hasta encontrar el desvío que nos lleva a los vasares del Veleta y en concreto a la preciosa laguna de Aguas Verdes. Estos vasares se desploman en un gran barranco que cae hasta los hoyos del Veleta, un maravilloso circo glacial que ya cruzamos hace unas semanas. Esta vez lo que haremos es bordear todo el barranco buscando la zona de la Morra del Veleta, donde se encuentra la laguna de la Morra, encajonada entre la cuerda que baja de los Machos hasta la Puerta y la hoya del Veleta. Desde ahí subimos hasta un collado y volvemos a bajar por la ladera de los dos cerros que forman la Morra de los Hoyos del Veleta, para llegar a nuestro siguiente objetivo, la laguna de la Cabra. Durante todo este camino el paisaje es muy áspero, con una piedra oscura formando grandes cortados que crean un grandioso espectáculo; hablamos de la posibilidad de subir hasta la cima de la Mora, pero calculamos que nos estrecharía mucho el margen para llegar a la lanzadera de vuelta y decidimos bajar directamente hasta la Cabra.

Hacemos un primer receso en el borde del espejo de la bella laguna, mirando de reojo a la empinadísima pared que debíamos ascender a continuación para acceder al Portillón de los Raspones del Rio Seco. El ascenso es realmente trabajoso y cada uno va buscando la trazada que le resulta más cómoda; en mi caso, tras unos zigzag previos me oriento hacia la pared de la derecha para tener un punto apoyo adicional. La fuerte subida nos lleva hasta una brecha en los Raspones que da acceso a la cuenca del Río Seco; descansamos un ratillo y enfrentamos el canuto de bajada, cuya pronunciada pendiente hace que yo baje sentado durante casi todo el recorrido (no así mis hábiles compañeros). Cruzamos los bloques de roca que hay en la base de los Raspones y buscamos el lecho del río Seco para llegar hasta la laguna Grande, desde donde subimos hasta el carril que va del Veleta al Mulhacén. Así damos por finalizada la primera parte de la ruta, en la que casi todo el camino se hace por lanchares y campo a través, orientándonos por los relieves del terreno y buscando algunos majanos alzados por otros senderistas.

Nos disponemos ahora a subir hasta la cima del cerro de los Machos, que con 3.329 metros es la cuarta cumbre más alta de Sierra Nevada y que dispone de unas vistas panorámicas inigualables. Inicialmente la subida tiene un fuerte desnivel, hasta que llegamos al collado de Zacatín, donde la pendiente se dulcifica y nos deja mansamente junto al gran monolito de piedra que corona su cima. Aquí nos tomamos tranquilamente el almuerzo con la vista puesta en las ciclópeas moles de más de 3.000 metros que nos rodean, mientras rememoramos las numerosas rutas que hemos hecho en estos meses por esta parte del Parque Nacional. Recogemos todo y reordenamos las mochilas, ahora más livianas, para emprender el tortuoso camino hacia las trancadas del Guarnón, antesala del gigantesco barranco que se desarrolla en la cara norte del Veleta y que baja hasta desembocar en el río Genil en plena vereda de la Estrella. Pasamos junto a la laguna del Veleta, la de mayor altura en todo el parque y después tomamos el desvío que nos llevará al siguiente hito de nuestra caminata.

El Veredón Inferior es un vertiginoso paso de montaña con continuos tramos aéreos y un par de sitios en los que se producen unos notables estrechamientos, coincidentes con zonas de borreguiles con una espesa vegetación que puede provocar un peligroso resbalón; por "suerte" en esta época está bastante seca, lo que disminuye el riesgo de este vasar. El trayecto es muy estimulante y en menos tiempo del que desearíamos llegamos a la parte superior de los Tajos del Campanario, donde se yergue el monumento a la esquiadora Susana. Desde aquí solo nos queda ascender por el rocoso cordal que nos separa de las posiciones del Veleta.