Vega de Río Palmas a Arco de Las Peńitas. Betancuria. Fuerteventura

Preciosa ruta al barranco de Las Peńitas, una de las más icónicas de Fuerteventura. El camino es seguro, está bien acondicionado y se puede disfrutar en familia.
Nosotros lo iniciamos desde el pequeńo caserío de Vega de Río Palmas, sentido bajada, y transcurre por el cauce del barranco , pasando por la Presa de Las Peńitas, construida durante la Guerra Civil, hoy en desuso al estar llena de sedimentos.
Más abajo, el barranco se convierte en una especie de desfiladero.
Nos sorprende ver en este paraje tan seco, unas grandes charcas alojadas entre las enormes rocas pulidas por la lluvia, que a modo de manto rocoso visten todo el cauce.
Siguiendo las seńales del sendero encontramos colgada en la vertiente derecha , la famosa Ermita de la Peńa. Hasta aqui vienen en romería, el tercer sábado de septiembre miles de peregrinos a venerar a la Virgen de La Peńa, patrona de la Isla.
Dentro del pequeńo santuario escriben los visitantes en sus paredes blancas mensajes y sueños, pueden verse más de mil. (ya no queda espacio para los que llegan ). :) :)
En la parte baja del barranco nos sorprende una imagen de postal propia del desierto ……, se trata de un hermoso palmeral , junto a grandes charcas que dibujan un oasis perfecto.
Allí probamos unos exóticos tunos indios de un rojo intenso que abrimos con el método más antiguo, una pua grande de la propia tunera.

En el tramo final subimos por una bifurcación a la derecha , en busca de uno de los arcos naturales más bonitos de Canarias. Después de subir la pendiente lo miras y te sale un gran …. …. uuuaaaauuuu :) :) .
Este majestuoso arco labrado por el viento y la lluvia durante miles de ańos te deja sin palabras, ….. de un color arena tostado, junto al acantilado, aunque enorme , se le ve frágil pues unos de sus pilares de apoyo ya está demasiado delgado y me temo que caiga con alguna tormenta.
Bajo el arco, sentados mirando al acantilado sientes una paz que solo mi perro interrumpe. :) :) .
En la vuelta bajamos a los pies del palmeral , para luego subir por las charcas , dando saltos a través de las grandes rocas, hasta la puerta de la pequeńa ermita.
Más arriba, cruzamos la presa retornando la subida por el lado derecho, al encuentro de un antiguo molino de viento típico majorero, que todavía mueve sus aspas, allí resiste junto a un abandonado caserío, que por su arquitectura y diseńo intuimos que fue próspero.
Volvemos con la sonrisa que nos ha dibujado este original paraje majorero.