Venta Ticiano, Molata del Almendro, Cortijo Riverte, Venta Ticiano

Recorrido realizado el 09/11/18

Fabuloso e impresionante recorrido de baja montaña, por uno de los lugares más impactantes e impresionantes de la Sierra de Huebras, perteneciente a la Sierra de Segura, de la zona Albaceteña.

Hace algún tiempo tuve conocimiento de este lugar. Ví videos y comentarios de compañeros que habían conocido el lugar y todos coincidían que era algo, que, tardando estaba en descubrir. Había que programar una actividad por la zona que fuese mínimo de dos días. Llegar aquí no está tan a mano. Un viaje de tres horas y carretera mala como es desde Huescar a Santiago de la Espada por el Puerto de La Losa, o bien por la Puebla de Don Fadrique y por el Puerto del Pinar.

Bien temprano (como es costumbre, y aún más en este caso, por la distancia, además de por la carretera) me amanece en las afueras de Huescar camino de Santiago bajo una fina lluvia. Los kilómetros van pasando y pasado el desvío de Los Collados de la Sagra, esta lluvia menuda se convierte en nieve. La carretera va serpenteando en zigzag hacia La Losa, y el entorno está todo blanco. Nadie ha pasado aún. No hay ninguna huella en el asfalto. En una curva el coche patina y quiere salir de la carretera aún a pesar de ir muy despacio. Todas las alarmas se encienden, y te preguntas qué hacer....¿dar media vuelta, o seguir?..... la Molata seguirá ahí, nadie se la va a llevar.... continuo con muchas reservas y de una finca vallada, un todoterreno con remolque se incorpora a la carretera. Sin pensarlo, Sigo sus rodadas hasta superar la Losa. Cuanto más bajo, menos nieve hasta que esta es solo un recuerdo.

Una vez en Santiago, es continuar la carretera del Cañón del río Zumeta hacia las Juntas de los Ríos Zumeta y Segura, bajo una fina lluvia hasta Venta Ticiano que es el inicio de este espectacular recorrido.

En Venta Ticiano, iniciamos el recorrido por el Sendero señalizado Ruta TRECE (Venta Ticiano, Gontar) en suave ascenso entre el margen derecho del río Zumeta y los verticales Acantilados de la Silleta dando vistas al Cañón.

A los dos kilómetros del inicio, abandonamos el sendero a nuestra derecha en fuerte ascenso sin senda ni traza definida bajo la intimidación de este colosal Castellón de la Molata del Almendro, buscando la entrada de la grieta, que justo sin saberlo, la tengo encima de mi cabeza. Desde abajo la Grieta parece inalcanzable e inaccesible.

En la base de la pared de roca, pareciera que no hay ninguna entrada, pero estar, está. Una flecha de pintura blanca nos indica la puerta de acceso a esta grieta descomunal que vamos a descubrir. La grieta es como si un disco gigante de sierra hubiese separado una parte pequeña de este gran Castellón. Imaginemos que un dentista nos parte un trozo de muela sin desgajarse.

Nada más entrar los primeros pasos (pequeñas trepadas) son sencillos pero la humedad y el agua en la roca hace que no sea agradable el tacto con ella. A continuación, pasamos bajo un gran bloque de roca empotrado en la pared del desfiladero, (porque la grieta es eso: un desfiladero) tras el cual hay un resalte que no reviste dificultad, pero a partir de aquí, encontramos la gran dificultad del desfiladero. Un muro de entre cinco y seis metros IV grado de escalada. Está asegurado con una cuerda con nudos para ayuda en la subida. Supero las dudas iniciales y allá que vamos.

Superado el escollo, pasamos otra vez bajo un colosal bloque de roca a modo de galería que tras unas trepadillas, da acceso a un descansillo en el centro de la grieta . A la derecha hay una abertura desde la cual observamos el cauce del río Zumeta en las profundidades del Cañón del Río.

Desde el descansillo, remontamos un tramo de pedrera hasta coronar en un claro, cual si fuese un cráter lleno de Almeces (Almencinos-Mermecinos), que es la antesala de salida de la grieta. Ha costado superar este pecho final, pero la lluvia no ceja y el terreno está muy suelto.

En esta antesala, a nuestra derecha tenemos una pared vertical asegurada con un cable de acero con lazadas a modo de estribos y una cuerda de escalada con nudos: MUY IMPORTANTE: OLVIDAROS DE ESA INVITACIÓN SI ESTÁ LLOVIENDO, O HA LLOVIDO RECIENTEMENTE.

Nos lleva a la cumbre de la Molata, y ahí arriba no hay salida. En mi caso, por desconocimiento subí, y nada más superar el tramo de escalada y trepada final, fui consciente del tremendo error....

Está lloviendo (agua fina, pero agua) la roca es caliza (la peor para trepar por ella estando húmeda o mojada).

Si peligroso ha sido subir, bajar lo es aún más....realmente hay serio peligro de bajar en estas condiciones....¿qué hacer?...

Aún a sabiendas de que no hay salida, que lo que hay es un cortado de de cincuenta o sesenta metros de altura mínima, llamo al amigo ALSAMUZ. Lamentablemente confirma mis sospechas. Una gran incertidumbre se apodera de mi....

Sentado en este cenital otero, contemplo el horizonte. Dejó de llover y hasta ha salido el sol, hasta tengo apetito...pues a comer.

Aquí no voy a quedarme a vivir, así que hay que intentarlo...lo peor es dejarse atenazar por el miedo, tampoco hacerse el superman.

Con sumo cuidado voy destrepando hacia donde está montada la reunión con parabolts que asegura la cuerda de escalada y el cable de acero. Al llegar a ella, el alivio y liberación de la carga emocional es como un sedante.

Superados los escollos, en la salida observamos los Macalones. A la derecha el de allá, y a la izquierda el de acá, y a hacia ellos vamos.

Desde la salida, el sendero tiene tramos que está visible y otros que se pierde. Hay que ir a media ladera buscando el Macalón de acá en cuya base hay que salvar el paso mediante un pequeño vasar asegurado con un cable de acero. En mi opinión dicho cable debería tener más sección. Antes de llegar al vasar, a nuestra izquierda observaremos una gran cueva en la pared vertical del Macalón. Hace las veces de aprisco y resguardo para el ganado.

Superado el vasar, accedemos a la zona alta del Arroyo Riverte que hoy aunque poca, lleva agua. En suave ascenso llegamos al Quinal que antiguamente utilizaban antaño para pesar las Sabinas y el Espliego de la zona tras la recogida.

Muy cerca del Quinal tenemos el pozo y abrevadero del cortijo. Ahora toca regresar.

Seguiremos el sendero 14 por la solana del macalón. A poco de iniciar el regreso, pasaremos una puerta en la valla de la finca caminando en bajada por una paramera donde abundan las sabinas y los arbustos espinosos hasta llegar a un segundo portillo en la alambrada. Desde aquí podremos divisar las aldeas de Jaén como de la Muela, Marchena y Marchenica, al otro lado del cañón, y el valle aguas arriba del Zumeta. El sendero comienza a zigzaguear por la base de los acantilados internándose en un bosquete de Cornicabras hasta la unión con la carretera de Las Juntas hasta llegar a Venta Ticiano.

P.D. Comentar que ha sido una experiencia extraordinaria. La Molata del Almendro ha cubierto todas las expectativas generadas por los comentarios de los que la conocen. Todos estos han hecho justicia a su grandeza. Un consejo: PROCURAR NO IR SOLO (quien fue a hablar)
Por último agradecer las indicaciones de ALSAMUZ y su disponibilidad si el tema hubiese ido a mayores. Alfonso, muy agradecido.