Ventas de Zafarraya - Cueva Oreá - Cueva de los Guaicos - Hoyo del Toro - Tajo del Cabrero - Mirador del Polje - Veredas Blancas
near Ventas de Zafarraya, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Hoy nos acercamos a Ventas de Zafarraya para realizar la ruta integral de la sierra del Cabrero, que junto con la sierra de Guaro y la Torca componen la Sierra de Alhama. Despertó un día despejado, aunque con la visibilidad reducida por la persistente calima que nos acompaña desde hace tiempo y un mar de nubes que se agolpaba sobre la costa e impedía ver el mar (a la vuelta toda esa niebla se colaba por el Boquete). Dejamos el coche en el aparcamiento del mirador del Boquete e iniciamos el pronunciado ascenso que nos lleva inicialmente al mirador del Pradillo, con fantásticas vistas sobre el polje de Zafarraya y después hasta el mirador de la "U", con parada intermedia en la curiosa cueva Oreá. No nos entretuvimos demasiado en estos puntos pues ya los hemos visitado en varias ocasiones y teníamos prisa por enfrentar el exigente reto que nos aguardaba.
Situados en el mirador de la "U" estudiamos la cresta que tenemos por delante y que parece inaccesible; hacemos una primera aproximación por el lado derecho, pero este es el más abrupto e inmediatamente nos damos la vuelta (mi compañero Antonio había hecho esta ruta por la misma cresta, pero se trata de un ejercicio de equilibrio y fuerza para el que yo no estoy preparado). Así pues cambiamos de ladera y bajamos por el lado izquierdo en el sentido de la marcha (se puede comenzar en el mismo mirador), perdiendo progresivamente altura por el tajo de la Cueva, hasta que nos acercamos a una escarpada arista que nos pareció inabordable, así que hubo que rodearla con un descenso bastante expuesto por un canal. Sorteado el obstáculo, tomamos como referencia un collado anterior al cerro del Hoyo del Toro y fuimos ganando altura progresivamente hasta allí. Es momento de advertir que desde que dejamos atrás el mirador ya casi no existe ningún tipo de senda y que todo el recorrido por la sierra se hará mediante trochas desgastadas por los zapatos de los senderistas, que han ido buscando los pasos de las cabras que dejan piedras descoloridas con sus orines y cagarrutas.
Tras el esfuerzo de alcanzar el collado, caminamos por la dolina que da su nombre al cerro del Hoyo del Toro hasta llegar a su base. Allí se encuentra la entrada "malagueña" de cueva de los Guaicos; se trata de un paso estrecho al que sigue una cuesta de unos cinco metros que después tuerce a derecha y tras un corto pasillo desemboca en una pequeña sala dividida en dos partes por una gran roca, una de las cuales acaba en una gatera (a la que no accedimos), que lleva a otras salas más amplias donde hubo asentamientos humanos y continúa hasta la entrada "granadina" a la cueva. Aprovechamos la visita para reponer fuerzas antes de trepar hasta el vértice geodésico del también llamado pico de la Umbría, desde el que tenemos una amplia visión de 360º, si bien la calima emborrona las panorámicas. Es destacable el penoso estado que presenta el pantano de la Viñuela, por debajo del 10% de su capacidad y ya declarado "pantano muerto". Volvemos a buscar la vertiente izquierda de la sierra para continuar y llegar a un nuevo alto desde el que accedemos a la depresión anterior al tajo del Cabrero, donde aparece una difusa senda que sube desde el puente del Aguadero. Esta continúa poco trecho y conforme entramos en la falda del tajo del Cabrero volvemos a seguir los caminos de cabras hasta llegar a la cima del también conocido como pico Marchamona.
Bajamos de la cima por el mismo lugar que habíamos recorrido en el ascenso. Había visto algunos tracks que hacen un descenso directo, pero Antonio comentó que eran bajadas muy abruptas y creía conveniente dar un mayor rodeo para ir perdiendo cota de forma más progresiva; en cualquier caso ese descenso es campo a través y se trata de ir buscando la curva de nivel del mirador del Polje, para acceder a la senda de Veredas Blancas de la manera menos incómoda. Yo llegué al mirador con la luz de reserva encendida y antes de embeberme con el delicioso paisaje, rebusqué en la mochila para encontrar algo que me ayudase a recuperar las fuerzas. Después descendemos por la senda de Veredas Blancas, cruzando un bonito pinar que, pese a estar reseco, mantiene un sorprendente verdor. Alcanzado el llano lo que nos queda es caminar lo más rápido posible a la búsqueda del primer bar donde tomar unas buenas jarras de cerveza.
Situados en el mirador de la "U" estudiamos la cresta que tenemos por delante y que parece inaccesible; hacemos una primera aproximación por el lado derecho, pero este es el más abrupto e inmediatamente nos damos la vuelta (mi compañero Antonio había hecho esta ruta por la misma cresta, pero se trata de un ejercicio de equilibrio y fuerza para el que yo no estoy preparado). Así pues cambiamos de ladera y bajamos por el lado izquierdo en el sentido de la marcha (se puede comenzar en el mismo mirador), perdiendo progresivamente altura por el tajo de la Cueva, hasta que nos acercamos a una escarpada arista que nos pareció inabordable, así que hubo que rodearla con un descenso bastante expuesto por un canal. Sorteado el obstáculo, tomamos como referencia un collado anterior al cerro del Hoyo del Toro y fuimos ganando altura progresivamente hasta allí. Es momento de advertir que desde que dejamos atrás el mirador ya casi no existe ningún tipo de senda y que todo el recorrido por la sierra se hará mediante trochas desgastadas por los zapatos de los senderistas, que han ido buscando los pasos de las cabras que dejan piedras descoloridas con sus orines y cagarrutas.
Tras el esfuerzo de alcanzar el collado, caminamos por la dolina que da su nombre al cerro del Hoyo del Toro hasta llegar a su base. Allí se encuentra la entrada "malagueña" de cueva de los Guaicos; se trata de un paso estrecho al que sigue una cuesta de unos cinco metros que después tuerce a derecha y tras un corto pasillo desemboca en una pequeña sala dividida en dos partes por una gran roca, una de las cuales acaba en una gatera (a la que no accedimos), que lleva a otras salas más amplias donde hubo asentamientos humanos y continúa hasta la entrada "granadina" a la cueva. Aprovechamos la visita para reponer fuerzas antes de trepar hasta el vértice geodésico del también llamado pico de la Umbría, desde el que tenemos una amplia visión de 360º, si bien la calima emborrona las panorámicas. Es destacable el penoso estado que presenta el pantano de la Viñuela, por debajo del 10% de su capacidad y ya declarado "pantano muerto". Volvemos a buscar la vertiente izquierda de la sierra para continuar y llegar a un nuevo alto desde el que accedemos a la depresión anterior al tajo del Cabrero, donde aparece una difusa senda que sube desde el puente del Aguadero. Esta continúa poco trecho y conforme entramos en la falda del tajo del Cabrero volvemos a seguir los caminos de cabras hasta llegar a la cima del también conocido como pico Marchamona.
Bajamos de la cima por el mismo lugar que habíamos recorrido en el ascenso. Había visto algunos tracks que hacen un descenso directo, pero Antonio comentó que eran bajadas muy abruptas y creía conveniente dar un mayor rodeo para ir perdiendo cota de forma más progresiva; en cualquier caso ese descenso es campo a través y se trata de ir buscando la curva de nivel del mirador del Polje, para acceder a la senda de Veredas Blancas de la manera menos incómoda. Yo llegué al mirador con la luz de reserva encendida y antes de embeberme con el delicioso paisaje, rebusqué en la mochila para encontrar algo que me ayudase a recuperar las fuerzas. Después descendemos por la senda de Veredas Blancas, cruzando un bonito pinar que, pese a estar reseco, mantiene un sorprendente verdor. Alcanzado el llano lo que nos queda es caminar lo más rápido posible a la búsqueda del primer bar donde tomar unas buenas jarras de cerveza.
Waypoints
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