Vértice geodésico Moralejo (Almaciles, Puebla de Don Fadrique)
near Almaciles, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Una ruta muy recomendable por los grandes paisajes durante todo el recorrido, por algunos rincones singularmente bellos, y porque, además, es de dificultad baja.
Partimos de Almaciles, una tranquila pedanía perteneciente a Puebla de Don Fadrique, el municipio más noroccidental de la Provincia de Granada. Buscaremos la Iglesia de San Antón, junto a la que se encuentra la fuente del pueblo, de la que llenaremos nuestra botella.
Salimos del núcleo urbano por el cementerio, y de inmediato se abre a nuestros ojos la inmensidad de los Campos de Almaciles, predominando el cultivo de cereal y las plantaciones de almendros, que en esta época están florecidos y son una auténtica explosión visual.
Caminamos por pista de tierra y vemos a la derecha las antenas que coronan el Cerro del Moralejo, nuestra meta de hoy. Al rato llegaremos a un pequeño pinar donde parte un camino menor a la derecha, que será el que escojamos, siempre buscando bordear el cerro.
En este tramo las vistas hacia el sur sólo son interrumpidas por la Sierra de María, cuya muralla cierra nuestro horizonte visual a muchas decenas de kilómetros de distancia.
Seguimos entre almendros, ahora en dirección oeste, y al frente destaca la cercana silueta del Cerro del Bujo (en el mapa Cerro Bajo). En la bifurcación que viene elegimos ir a la derecha. Este camino pasará entre el Bujo y el Moralejo, discurriendo por un lecho de rambla.
Cuando estemos a la altura de la cima del Bujo tomaremos un camino a la derecha que se dirige frontalmente al Moralejo. Andamos ahora de espaldas al Bujo y ascendiendo suavemente en paralelo a un pequeño barranquillo. Nos alejamos así de terrenos de cultivo para entrar en suelo de monte.
El camino hace un giro brusco a la derecha y a continuación vuelve a virar a la izquierda. Ya divisamos los chopos que delatan la ubicación del Cortijo del Moralejo.
La vieja casa está en ruinas, apenas quedan algunas de sus paredes. Sin embargo, la belleza del lugar es imponente. Aquí podríamos recargar agua.
Tras un breve descanso para recrearnos en la belleza del lugar y de las vistas, proseguimos nuestra ruta e iniciamos el unicornio tramo monte a través que nos espera. Sin embargo, el terreno es de muy fácil tránsito, y no conlleva ninguna dificultad más allá del esfuerzo físico para salvar poco más de cien metros de desnivel.
Conectamos con un camino, ya con las antenas muy cerca. Subimos por él la empinada cuesta, pero como ya tenemos vistas de la vertiente norte, pararemos alguna que otra vez para sacar fotos y recuperar el aliento.
Antes de hacer cumbre nos topamos con una puerta. Todo está vallado, pero la puerta no tiene candado, de modo que pasamos y la dejamos cerrada. Estamos a unos metros de llegar a las antenas, pero no es aquí donde se ubica el vértice geodésico. Deberemos sobrepasar el grupo de antenas y hacer un pequeño descenso para alcanzar una segunda cima. Es en ella donde encontramos el icónico pilón.
Las vistas son maravillosas. Muy aconsejable traer prismáticos. Si miramos hacia el este (Murcia) vemos campos y más campos, la Sierra de Mojantes, la de Los Odres y Revolcadores, donde se alza el techo de Murcia: Los Obispos. A nuestros pies, Almaciles, y a la izquierda del Almacilón vislumbramos la pedanía moratallera de Cañada de la Cruz.
Al norte (Albacete) la Cuerda de la Gitana, que limita las provincias de Murcia y Albacete, y a la izquierda la Sierra de las Cabras, que acoge el techo de Albacete.
Al oeste (Granada), tenemos en primera instancia las sierras vecinas al Moralejo, y algo más alejado distinguimos a la perfección Puebla de Don Fadrique, el Cerro de los Lobos bajo el que se asienta, y a su derecha, dominando el territorio, La Sagra y sus 2383 metros de altitud.
Para ver el sur lo mejor es regresar a las antenas. Los infinitos campos alcanzan hasta la mencionada Sierra de María, que pertenece ya a la Provincia de Almería.
Toca descender, y para ello utilizaremos el camino de tierra hasta su desembocadura en la carretera. Hay que ir con cuidado en algunos puntos en los que la pendiente es mayor, ya que la piedra suelta puede hacernos dar un patinazo.
Cuando lleguemos a la carretera la cruzaremos con mucha precaución. La visibilidad es buena, pero es una carretera bastante transitada y hay mucho cafre que va demasiado rápido. El arcén es ancho, y a los pocos metros podremos salir del asfalto a un camino paralelo en desuso.
Tomamos la vieja carretera que va a la izquierda de la actual, pasando primero junto a las ruinas del Cortijo de las Ánimas y el de la Tejera (aún se conservan los viejos hornos utilizados para hacer las tejas), y poco después veremos los restos del Cortijo de la Erica.
También aquí nos espera un hermoso paisaje que combina tablas de almendros, campos de cereal, carrascales y las elevadas sierras de Murcia y Albacete.
Volvemos a salir a la carretera, por cuyo arcén tendremos que caminar apenas cien metros. Sí, es ancho, pero los coches y trailers pasan volando e imponen bastante, así que cuidado y acelerad el paso para cruzar lo antes posible al otro lado, a la altura del Restaurante La Codorniz (o como lo conoce todo el mundo, el Cacarín).
Desde aquí entramos a Almaciles por un camino en subida y en cinco minutos estaremos nuevamente en la fuente, junto a la iglesia, reponiendo fuerzas.
Partimos de Almaciles, una tranquila pedanía perteneciente a Puebla de Don Fadrique, el municipio más noroccidental de la Provincia de Granada. Buscaremos la Iglesia de San Antón, junto a la que se encuentra la fuente del pueblo, de la que llenaremos nuestra botella.
Salimos del núcleo urbano por el cementerio, y de inmediato se abre a nuestros ojos la inmensidad de los Campos de Almaciles, predominando el cultivo de cereal y las plantaciones de almendros, que en esta época están florecidos y son una auténtica explosión visual.
Caminamos por pista de tierra y vemos a la derecha las antenas que coronan el Cerro del Moralejo, nuestra meta de hoy. Al rato llegaremos a un pequeño pinar donde parte un camino menor a la derecha, que será el que escojamos, siempre buscando bordear el cerro.
En este tramo las vistas hacia el sur sólo son interrumpidas por la Sierra de María, cuya muralla cierra nuestro horizonte visual a muchas decenas de kilómetros de distancia.
Seguimos entre almendros, ahora en dirección oeste, y al frente destaca la cercana silueta del Cerro del Bujo (en el mapa Cerro Bajo). En la bifurcación que viene elegimos ir a la derecha. Este camino pasará entre el Bujo y el Moralejo, discurriendo por un lecho de rambla.
Cuando estemos a la altura de la cima del Bujo tomaremos un camino a la derecha que se dirige frontalmente al Moralejo. Andamos ahora de espaldas al Bujo y ascendiendo suavemente en paralelo a un pequeño barranquillo. Nos alejamos así de terrenos de cultivo para entrar en suelo de monte.
El camino hace un giro brusco a la derecha y a continuación vuelve a virar a la izquierda. Ya divisamos los chopos que delatan la ubicación del Cortijo del Moralejo.
La vieja casa está en ruinas, apenas quedan algunas de sus paredes. Sin embargo, la belleza del lugar es imponente. Aquí podríamos recargar agua.
Tras un breve descanso para recrearnos en la belleza del lugar y de las vistas, proseguimos nuestra ruta e iniciamos el unicornio tramo monte a través que nos espera. Sin embargo, el terreno es de muy fácil tránsito, y no conlleva ninguna dificultad más allá del esfuerzo físico para salvar poco más de cien metros de desnivel.
Conectamos con un camino, ya con las antenas muy cerca. Subimos por él la empinada cuesta, pero como ya tenemos vistas de la vertiente norte, pararemos alguna que otra vez para sacar fotos y recuperar el aliento.
Antes de hacer cumbre nos topamos con una puerta. Todo está vallado, pero la puerta no tiene candado, de modo que pasamos y la dejamos cerrada. Estamos a unos metros de llegar a las antenas, pero no es aquí donde se ubica el vértice geodésico. Deberemos sobrepasar el grupo de antenas y hacer un pequeño descenso para alcanzar una segunda cima. Es en ella donde encontramos el icónico pilón.
Las vistas son maravillosas. Muy aconsejable traer prismáticos. Si miramos hacia el este (Murcia) vemos campos y más campos, la Sierra de Mojantes, la de Los Odres y Revolcadores, donde se alza el techo de Murcia: Los Obispos. A nuestros pies, Almaciles, y a la izquierda del Almacilón vislumbramos la pedanía moratallera de Cañada de la Cruz.
Al norte (Albacete) la Cuerda de la Gitana, que limita las provincias de Murcia y Albacete, y a la izquierda la Sierra de las Cabras, que acoge el techo de Albacete.
Al oeste (Granada), tenemos en primera instancia las sierras vecinas al Moralejo, y algo más alejado distinguimos a la perfección Puebla de Don Fadrique, el Cerro de los Lobos bajo el que se asienta, y a su derecha, dominando el territorio, La Sagra y sus 2383 metros de altitud.
Para ver el sur lo mejor es regresar a las antenas. Los infinitos campos alcanzan hasta la mencionada Sierra de María, que pertenece ya a la Provincia de Almería.
Toca descender, y para ello utilizaremos el camino de tierra hasta su desembocadura en la carretera. Hay que ir con cuidado en algunos puntos en los que la pendiente es mayor, ya que la piedra suelta puede hacernos dar un patinazo.
Cuando lleguemos a la carretera la cruzaremos con mucha precaución. La visibilidad es buena, pero es una carretera bastante transitada y hay mucho cafre que va demasiado rápido. El arcén es ancho, y a los pocos metros podremos salir del asfalto a un camino paralelo en desuso.
Tomamos la vieja carretera que va a la izquierda de la actual, pasando primero junto a las ruinas del Cortijo de las Ánimas y el de la Tejera (aún se conservan los viejos hornos utilizados para hacer las tejas), y poco después veremos los restos del Cortijo de la Erica.
También aquí nos espera un hermoso paisaje que combina tablas de almendros, campos de cereal, carrascales y las elevadas sierras de Murcia y Albacete.
Volvemos a salir a la carretera, por cuyo arcén tendremos que caminar apenas cien metros. Sí, es ancho, pero los coches y trailers pasan volando e imponen bastante, así que cuidado y acelerad el paso para cruzar lo antes posible al otro lado, a la altura del Restaurante La Codorniz (o como lo conoce todo el mundo, el Cacarín).
Desde aquí entramos a Almaciles por un camino en subida y en cinco minutos estaremos nuevamente en la fuente, junto a la iglesia, reponiendo fuerzas.
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