Vértice geodésico Rameles y árboles monumentales (Baños de Gilico, Calasparra)

Baños de Gilico está en la carretera de Mula a Calasparra. Hay una explanada y varios edificios auxiliares proximos a la casa principal, en cuyo interior se encuentra el primero de los dos árboles monumentales que vamos a visitar.

Se trata del Taray de los Baños de Gilico, el de mayor porte de toda la Región de Murcia. Se puede ver a unos quince metros de distancia, y ciertamente sorprende el grosor de su tronco.

Entre olivos y bordeando terreno de monte llegamos en un par de minutos al segundo árbol monumental: el Pino de los Remeles. Un ejemplar gigantesco que perdió uno de sus brazos, desgajado a causa de su propio peso.

Ya sólo resta ir al vértice geodésico Rameles, más por alargar el paseo que por el interés del lugar en sí, aunque caminando por la naturaleza uno siempre encuentra alicientes que le alegran el alma.

Aquí lo más interesante es el extenso paisaje, que pasa por las montañas de Caravaca y Moratalla, la Sierra del Molino, el valle del tramo final del río Quípar, que forma el Pantano de Alfonso XIII antes de desembocar en el Segura, y que también vemos en lontananza. El Almorchón, Oro y Ricote también son sierras visibles si miramos al norte y al este. Pero sobre todo me gusta ver las grandes extensiones de tierras relativamente llanas y que alternan suelo de monte y cultivos de secano como cereal, olivo y almendro.

Hay que llevar cuidado al pasar por unos paneles de abejas. A mí me han perseguido unas pocas a las que he debido importunar involuntariamente y he tenido que echar a correr y todo. Es la primera vez que me sucede. De hecho ya pasé por aquí anteriormente,la primera vez que vine a este vértice geodésico, y no tuve el menor sobresalto.

Pocos minutos y menos esfuerzo se necesitan para llegar al vértice. Desde ahí toca transitar un rato monte a través, por terreno fácil y con los lagartos huyendo a nuestro paso. Una larga balsa rectangular queda a nuestra derecha. Desembocamos en el camino que pasa junto a ella y así arribamos a la trasera de la Casa de los Baños de Gilico.