Vía Verde de Atxuri (Munguía)
near Mungia, País Vasco (España)
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Trail photos
Itinerary description
Punto de partida: Munguía.
Espacio protegido:
Época recomendada: Todo el año.
Elementos de interés: La vega del río Arretabarri o Atxuri, su vegetación ribereña y los pocos restos de la vía férrea.
Tipo de camino: Asfalto en su totalidad. La vía verde se sigue sin ninguna dificultad.
Servicios: Munguía cuenta con todo tipo de servicios.
Descripción del itinerario.
El rastro de la añorada “Chocolatera”, tren que revolucionara el comercio en la comarca de Munguía, es hoy en día un apacible paseo abierto al valle del río Butrón.
Empezamos en el parque Uriguen, concretamente en la casa del Olentzero, y nos dirigimos hacia el oeste, hacia la vía verde, cuyos primeros metros comparten camino con el GR 280. Una vez llegamos a la vía verde, lo primero que notamos es la cantidad de paseantes que usan este recorrido (figuras 1, 2 y 3).
Tras atravesar el río Atxuri y pasar bajo la autovía Derio-Munguía (BI-631), la ruta se encara ante una larga recta dibujada ente el talud de la autovía y el cauce del río con su estela de fresnos, robles, álamos, avellanos, arces, alisos y sauces. El firme es de asfalto y en él está marcado por dónde se debe circular: por la izquierda para los que van, por el centro para las ruedas y por la derecha para los que ya regresan (figuras 4, 5 y 6).
El reguero del Atxuri es una de tantas pequeñas corrientes que surcan estas tierras antes de entregarse al Butrón, río con mayúsculas que vertebra la comarca de Munguía. Aunque de pequeño caudal, esos pequeños arroyos aportaron humedad a las ricas huertas y extensos pastos (figuras 7, 8 y 9).
La vía verde pasa bajo la autovía y, sin despegarse del río, describe una amplia y corta curva ferroviaria para encarar nuevamente otra larga recta. Aunque igual de llana, esta segunda recta resulta aún más apacible, pues se aleja del soniquete de los vehículos que circulan por la autovía y atraviesa las praderas que colman, en el seno del pequeño valle del Atxuri, la vega derecha del río (figuras 10 y 11).
Tras cruzar con cuidado, al otro lado de la carretera el carril asfaltado se enfrasca en la rampa más acentuada de toda la ruta, alejándose definitivamente del río Atxuri. En dicha cuesta debieron emplearse a fondo unas locomotoras que, alimentadas de carbón hasta 1952, recorrían 12 kilómetros en 50 minutos (figuras 12, 13 y 14).
La acentuada rampa da paso al giro cerrado en torno al polígono industrial de Zabalondo. Las naves industriales cercenan las vistas al valle y toda nuestra atención se explaya por los prados y ondulaciones de la izquierda. En el rodeo a Zabalondo cruzaremos a nivel la carretera que sube al embalse de Olena (figuras 15 y 16).
El último tramo es diferente, la guinda del pastel. La vía se acomoda en una ladera montañosa cubierta de arbolado y adquiere la apariencia de un elevado balcón sobre el amplio valle del río Butrón. En tan privilegiada posición regala panorámicas de verde pastos, caseríos y suaves ondulaciones montañosas. La ruta concluye en una campa sobre la autovía, a los pies del monte Artebakarra (figuras 17, 18, 19 y 20).
Impresiones.
Cómoda y plácida vía verde ideal para un paseo matutino o vespertino. La sencillez de este paseo sólo te va a exigir elegir el momento idóneo para recorrerla. La única pega son los pocos restos de la vía férrea que se conservan, apenas unos raíles y el tendido eléctrico al final de la vía verde.
Historia sobre el ferrocarril.
A diferencia de otros ferrocarriles, en esta comarca no había ni una mina o potente factoría que justificara esta línea. Fue pues, desde su origen, un ferrocarril de marcado carácter rural que fue gestionado primero por la empresa "Ferrocarril de Luchana a Munguía" y, tras la guerra civil, se incorporó a la red de la empresa "Ferrocarriles y Transportes Suburbanos de Bilbao". Era una línea de tráficos aceptables, ya que tuvo una clara especialización en el movimiento de pequeñas mercancías y, sobre todo, viajeros.
Pero otro modo de transporte, el avión, tuvo mucho que ver con su muerte. La ampliación de las pistas del aeropuerto de Sondika, en 1975, se llevó por delante un trozo de aquel ferrocarril. Hoy día se hubieran estudiado alternativas, pero en aquella década resultaba muy sencillo clausurar una pequeña línea rural.
Así, de esta manera, desde aquel año los trenes de esta línea concluyeron su recorrido en Sondika, quedando olvidado el resto del trazado entre prados y bosques hasta esta reciente redención en clave de vía verde.
Espacio protegido:
Época recomendada: Todo el año.
Elementos de interés: La vega del río Arretabarri o Atxuri, su vegetación ribereña y los pocos restos de la vía férrea.
Tipo de camino: Asfalto en su totalidad. La vía verde se sigue sin ninguna dificultad.
Servicios: Munguía cuenta con todo tipo de servicios.
Descripción del itinerario.
El rastro de la añorada “Chocolatera”, tren que revolucionara el comercio en la comarca de Munguía, es hoy en día un apacible paseo abierto al valle del río Butrón.
Empezamos en el parque Uriguen, concretamente en la casa del Olentzero, y nos dirigimos hacia el oeste, hacia la vía verde, cuyos primeros metros comparten camino con el GR 280. Una vez llegamos a la vía verde, lo primero que notamos es la cantidad de paseantes que usan este recorrido (figuras 1, 2 y 3).
Tras atravesar el río Atxuri y pasar bajo la autovía Derio-Munguía (BI-631), la ruta se encara ante una larga recta dibujada ente el talud de la autovía y el cauce del río con su estela de fresnos, robles, álamos, avellanos, arces, alisos y sauces. El firme es de asfalto y en él está marcado por dónde se debe circular: por la izquierda para los que van, por el centro para las ruedas y por la derecha para los que ya regresan (figuras 4, 5 y 6).
El reguero del Atxuri es una de tantas pequeñas corrientes que surcan estas tierras antes de entregarse al Butrón, río con mayúsculas que vertebra la comarca de Munguía. Aunque de pequeño caudal, esos pequeños arroyos aportaron humedad a las ricas huertas y extensos pastos (figuras 7, 8 y 9).
La vía verde pasa bajo la autovía y, sin despegarse del río, describe una amplia y corta curva ferroviaria para encarar nuevamente otra larga recta. Aunque igual de llana, esta segunda recta resulta aún más apacible, pues se aleja del soniquete de los vehículos que circulan por la autovía y atraviesa las praderas que colman, en el seno del pequeño valle del Atxuri, la vega derecha del río (figuras 10 y 11).
Tras cruzar con cuidado, al otro lado de la carretera el carril asfaltado se enfrasca en la rampa más acentuada de toda la ruta, alejándose definitivamente del río Atxuri. En dicha cuesta debieron emplearse a fondo unas locomotoras que, alimentadas de carbón hasta 1952, recorrían 12 kilómetros en 50 minutos (figuras 12, 13 y 14).
La acentuada rampa da paso al giro cerrado en torno al polígono industrial de Zabalondo. Las naves industriales cercenan las vistas al valle y toda nuestra atención se explaya por los prados y ondulaciones de la izquierda. En el rodeo a Zabalondo cruzaremos a nivel la carretera que sube al embalse de Olena (figuras 15 y 16).
El último tramo es diferente, la guinda del pastel. La vía se acomoda en una ladera montañosa cubierta de arbolado y adquiere la apariencia de un elevado balcón sobre el amplio valle del río Butrón. En tan privilegiada posición regala panorámicas de verde pastos, caseríos y suaves ondulaciones montañosas. La ruta concluye en una campa sobre la autovía, a los pies del monte Artebakarra (figuras 17, 18, 19 y 20).
Impresiones.
Cómoda y plácida vía verde ideal para un paseo matutino o vespertino. La sencillez de este paseo sólo te va a exigir elegir el momento idóneo para recorrerla. La única pega son los pocos restos de la vía férrea que se conservan, apenas unos raíles y el tendido eléctrico al final de la vía verde.
Historia sobre el ferrocarril.
A diferencia de otros ferrocarriles, en esta comarca no había ni una mina o potente factoría que justificara esta línea. Fue pues, desde su origen, un ferrocarril de marcado carácter rural que fue gestionado primero por la empresa "Ferrocarril de Luchana a Munguía" y, tras la guerra civil, se incorporó a la red de la empresa "Ferrocarriles y Transportes Suburbanos de Bilbao". Era una línea de tráficos aceptables, ya que tuvo una clara especialización en el movimiento de pequeñas mercancías y, sobre todo, viajeros.
Pero otro modo de transporte, el avión, tuvo mucho que ver con su muerte. La ampliación de las pistas del aeropuerto de Sondika, en 1975, se llevó por delante un trozo de aquel ferrocarril. Hoy día se hubieran estudiado alternativas, pero en aquella década resultaba muy sencillo clausurar una pequeña línea rural.
Así, de esta manera, desde aquel año los trenes de esta línea concluyeron su recorrido en Sondika, quedando olvidado el resto del trazado entre prados y bosques hasta esta reciente redención en clave de vía verde.
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